El territorio del azor Accipiter gentilis es propiedad bien defendida ante la presencia de cualquier intruso merodeador.
Ya sentí su presencia después de tener las cámaras ubicadas desde tiempo atrás, aunque para otro fin, cuando me dedicó un estridente reclamo intimidatorio de aviso.
Un altivo álamo blanco con hiedra abrazada a su enorme tronco, soportaba su nido a gran altura. El azor estaba dispuesto a dejar claro que en ese espacio no iba a permitir, sin airadas protestas, el paso de cualquier energúmeno mamífero o rapaz que osara invadir su terreno reproductor.
En este vídeo puede apreciarse la plasticidad de una rapaz de extraordinaria belleza.
El azor era halagado como ave de cetrería por Félix Rodríguez de la Fuente. Y los cetreros medievales, lo valoraban sobremanera en sus tratados de cetrería.
Un altivo álamo blanco con hiedra abrazada a su enorme tronco, soportaba su nido a gran altura. El azor estaba dispuesto a dejar claro que en ese espacio no iba a permitir, sin airadas protestas, el paso de cualquier energúmeno mamífero o rapaz que osara invadir su terreno reproductor.
En este vídeo puede apreciarse la plasticidad de una rapaz de extraordinaria belleza.
El azor era halagado como ave de cetrería por Félix Rodríguez de la Fuente. Y los cetreros medievales, lo valoraban sobremanera en sus tratados de cetrería.
Taiga el azor fue un capítulo extraordinario, con apasionantes lances de vuelo dignos de ensueño, dada la estrecha relación del hombre y el ave forestal durante sus actuaciones. El cetrero con su guante de cuero satinado por el desgaste, y la rapaz obediente al encuentro de su adiestrador, dejaban un poso de admiración en el televidente gracias a la gran capacidad voladora del azor.
Así Félix, en la entrada sobre esta rapaz del entrañable Cuaderno de Campo "Rapaces del bosque", bordaba esta maravillosa frase para definir perfectamente la aparición del azor en cualquier esquema forestal.
"Por donde va pasando el azor, en vuelo de caza, es como si pasara la muerte".