Esta corneja cenicienta (Corvus c. cornix) también sabe sacar muy buen partido del Coliseo romano.
El hombre, desde tiempo inmemorial,
incluso transformando agresivamente algunos hábitats a su conveniencia, ha
favorecido con sus infraestructuras y, sobre todo, con la generación de
residuos orgánicos, el asentamiento interesado de muchas especies animales que
han visto colmadas sus principales necesidades biológicas a su lado.
Las aves son grandes observadoras,
y saben por ello, sacar el máximo partido de sus intrusiones en territorio
humano donde las facilidades abundan. Sin embargo, el hacinamiento por la
limitación de los espacios habitables así como la lucha por ellos, hacen que
los ciclos fenológicos se aceleren gracias a la bonanza, y provoquen como en el
gorrión común, abandonos prematuros de los pollos del nido por la desatención
de los adultos dispuestos a criar de nuevo. Los etólogos conocen, debido al
estrés que genera la ciudad en aves urbanas, ciertas
aberraciones en su comportamiento. Ésta y otras tantas causas negativas, son la
otra cara de la moneda.
Me recordó la estampa de este
zorzal charlo (Turdus viscivorus) habitual en parques urbanos por su manera de alcanzar
el agua de esta boca de riego a la de aquellos herrerillos que desmembraban las
tapas de las botellas de leche con el mismo fin.
Los etólogos descubrieron que,
hacia 1914, algún herrerillo (Parus caeruleus) consiguió acceder a la nata láctea
de las botellas de vidrio perforando el aluminio que le separaba de su
contenido. El lechero depositaba a la entrada de las viviendas la caja de leche,
y los herrerillos, mediante un selectivo aprendizaje, fueron imitando la ocasión
con el consiguiente y nutritivo resultado por todo el territorio inglés. Se
fastidió el invento cuando los lecheros colocaron vasos vacíos de yogur boca
abajo en el cuello de las botellas.
Garceta grande (Egretta alba)
Garza real (Ardea cinerea)
Las garcetas grandes (Egretta alba)
y las reales (Ardea cinerea) como el resto de ardeidos son tremendamente
territoriales, pero, cuando existe un lugar -llamémoslo neutral, por el interés
común- al que todas acceden dada su temperatura agradable para escapar de las
crudas heladas, entonces la permisividad se acentúa debido al logro de un mismo
fin; el de mitigar las bajas temperaturas del río. Pero, ¿cuál es ese lugar?
pues la salida de agua templada de la depuradora de una gran ciudad al devolver
al río el líquido elemento una vez tratado dentro de las instalaciones. Cuando
el sol caldea la mañana, las garzas parecen independizarse, se separan y pelean
por una buena parcela de pesca a lo largo del río. Se acabó la comunidad
hasta la noche.


Como el agua de la depuradora sale
templada en invierno, el contraste de temperaturas marca la diferencia, por
ello, se convierte en una fuente de atracción y activación para los insectos de
los que el bisbita alpino (Anthus spinoletta) llegado de cotas más altas, saca
el correspondiente partido en días difíciles del frío invierno.
Hembra de águila real (Aquila chrysaetos)
Macho de águila real (Aquila chrysaetos)
Hay aves como esta pareja de
águilas reales (Aquila chrysaetos) que descansan y montan la guardia utilizando
torres de alta tensión de gran altura; en este caso, sobre el terreno seco y
desabrigado de la estepa monegrina.
La instalación de aerogeneradores sobre
nuestros montes, ha multiplicado el número de torres que soportan interminables
cordones metálicos, cuyo fin, es trasladar la energía generada por estas
turbinas a distintos puntos creando peligrosas autopistas eléctricas por los
valles. No polemizaré sobre la incidencia beneficiosa o perjudicial de estos
artefactos, como tampoco lo haré sobre la correcta o incorrecta valoración de
los estudios de impacto medioambiental realizados
en los lugares donde se instalaron y se instalarán estos gigantes eólicos. Sé
que mueren muchas aves, quirópteros e insectos víctimas de sus enormes palas, y
también sé, que el impacto visual en el paisaje es demoledor. Las águilas y
otras aves en un futuro próximo dispondrán de muchas más estructuras metálicas de
este tipo para posarse y anidar.
Abejarucos (Merops apiaster)
No son sólo grandes rapaces las
víctimas de los aerogeneradores, el 30% de aves muertas son aláudidos que,
junto a vencejos abejarucos y otros pequeños pájaros difíciles de localizar en
los muestreos, suman como mínimo hasta 2000 bajas anuales. Para animales
carroñeros como el zorro, estas masacres se convierten en un productivo filón.
En este horrendo rincón vive y
anida una pareja de búhos reales. Como el lugar es rico en especies presa, las
rapaces nocturnas han aprendido a convivir con todo el despliegue metálico que
lo rodea antes que abandonarlo. Como el águila real, su antagonista el búho
real también utiliza las torres de alta tensión como atalaya de caza y
descansadero.