domingo, 24 de febrero de 2013

Marca España...



A ver cuando se plantea y se lleva a cabo también la utilización de banderas que señalen la pureza y calidad de nuestros ríos como se hace con las playas. Que se sepa donde van los fondos de protección del medio ambiente para que no se nos caiga la cara de vergüenza viendo estas estampas, más típicas de lo admisible.


Para un turismo de calidad… hay tanto que limpiar en este país.
Río Ebro a su paso por Zaragoza.

jueves, 21 de febrero de 2013

El carbonero carnicero



Hembra de carbonero común (Parus major)
Macho de carbonero común (Parus major)
El carbonero común (Parus major) es el representante más grande de la familia de los páridos, del orden de los paseriformes. Es un pájaro adaptado a la explotación forestal, en cuyos árboles rebusca todos los invertebrados de los que se alimenta y que constituyen la base de su dieta. En otoño e invierno la alimentación es más vegetariana, consumiendo frutos variados y propios de dichas estaciones.
Reconozco que, aun siendo un ferviente amante de la ornitología y a pesar de comprender la crudeza de la lucha por la supervivencia, me quedó muy mal cuerpo tras ver este increíble video hace días.

Quien sea sólo amante de la belleza de las aves por su colorido o su canto, de la primavera florida y soleada, no se lo recomiendo por su crudeza.
 
El rigor invernal de los países nórdicos hace que las aves ante la escasez de recursos alimenticios actúen en consecuencia, haciendo uso de cualquier estrategia y método para conseguirlo.

En fin, me muero de ganas de conocer vuestra opinión tanto del impacto de la secuencia, como de las hipótesis que os sugiere el tema.




domingo, 17 de febrero de 2013

Bico de lacre - pico de coral (Estrilda astrild)


Observé a esta especie por la ribera del río Paraíba en Resende Brasil. Había un nutrido grupo de estos pajarillos alimentándose de semillas, moviéndose discretamente entre la vegetación baja pero espesa con la facilidad de las avecillas trogloditas. Su adaptación ha sido exitosa para un pajarillo que procedía del sur africano y fue introducido en Brasil mediante barcos negreros en el reinado de D. Pedro I. Gracias a su reducida capacidad de vuelo su distribución es menos espontánea que la del gorrión común. Por lo tanto, se ha establecido en pequeñas poblaciones en diversas regiones brasileñas.

En su país de origen, vive en sabanas, estepas, zonas agrícolas y marjales, a menudo en zonas acuáticas cuando el entorno es más árido. Se reúne en bandadas, a veces de miles de individuos, sobre todo, para pasar la noche. Es una de las aves más abundantes del planeta.
Aunque no desdeña otras semillas autóctonas en su distribución brasileña, el pico de coral se alimenta básicamente de semillas de gramíneas africanas como el Pennisetum purpureum conocida como hierba de elefante, pasto de Napier o pasto de Uganda; es evidente que el nombre refrenda la relación animal – planta, ya que es alimento favorito de los elefantes africanos. Su productividad es muy alta tanto para forraje animal como para biocombustibles, y su introducción en Brasil supuso al pajarillo una ayuda inestimable.
Es otra víctima más del enjaulamiento que, aprovechándose del transporte de sus captores, ha logrado conquistar el Nuevo Mundo. Sé que muchos ecologistas no soportan estos desbarajustes pero, el hombre que perjudica a tantas especies también es capaz de favorecerlas indirectamente en un proceso de dispersión que éstas no conseguirían por medios propios. Es sencillo de entender: en la naturaleza lo más importante es sobrevivir y expandirse, conquistar nuevos espacios. La especie humana también es prisionera de La Tierra, es la máxima responsable de alterar el curso natural de la vida.



Pico de coral (Estrilda astrild), ejemplar capturado en Zaragoza.

miércoles, 13 de febrero de 2013

El otro viaje de los buitres leonados




Bueno, éste no es otro que el viaje del descanso eterno. Desgraciadamente, el chorreo de muertes provocado por estas máquinas de matar sobre nuestros montes es lento e inagotable.

Me gusta y practico la labor voluntaria autónoma, es decir, sin que medien ciertas asociaciones ecologistas. Mientras disfruto del entorno natural, estoy siempre disponible para colaborar recogiendo animales heridos, en peligro o muertos para llevarlos al centro de recuperación de fauna silvestre. Por ello, realizo muchos recorridos por todo tipo de lugares susceptibles de propiciar dichos problemas.

Se sospecha que ciertos operarios para no perjudicar el negocio de la industria eólica retiran “de extranjis” los cadáveres de las aves muertas, aunque siempre queda algún ejemplar que escapa al rastreo de los sabuesos buscadores del “marrón". El ejemplar de la fotografía abandonó a duras penas el radio de acción del polígono industrial de aerogeneradores. El día anterior se capturó un espécimen vivo pero, como viene siendo habitual, destrozado de un ala. Dichos ejemplares son irrecuperables en los centros específicos para su rehabilitación y, por lo tanto, se les aplica una inyección letal que, como poco, les ahorra el angustioso sufrimiento. No así, en cambio, al ejemplar de la imagen que agonizó irremediablemente sin la opción del sacrificio. Se trataba de un precioso buitre leonado (Gyps fulvus) adulto con el peso ideal de un ejemplar sano. Gracias a la labor científica mediante entomología forense, Chabi, veterinario del centro, determinó la causa mortal de la rapaz carroñera y el tiempo pasado desde la misma, que fue de dos meses antes del hallazgo. Por las heridas presentadas, parece que no sufrió en exceso prolongado.



Espacio abierto con cerros cubiertos por aerogeneradores en zona de buitre leonado, águila real y búho real entre otras rapaces.
Marcado con un círculo blanco está señalado el lugar de reposo de una hembra de búho real bajo un aerogenerador

Un excremento en el posadero y restos de egagrópilas confirman su utilización asidua 
 
No todas las egagrópilas de esta gran rapaz nocturna son grandes como muestra la imagen.
La cuestión comprensible para no abandonar una zona peligrosa como la expuesta es su riqueza cinegética, y eso lo saben las parejas de búho real (Bubo bubo) que la ocupan. Me chocó muchísimo que, tras ahuyentar a mi paso a una hembra de esta rapaz nocturna, finísima de oído, abandonara un posadero a ras del suelo bajo la protección de una carrasca a tan sólo sesenta metros de un aerogenerador cuyo zumbido era bastante molesto, sin descontar la influencia sonora del resto de máquinas agitando sus palas en un día de frío viento. Está claro que la vida evoluciona, en este caso, tratando de esquivar o evitar los obstáculos del progreso humano y las dificultades de los cambios provocados por la propia naturaleza.

viernes, 8 de febrero de 2013

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)



Y, terminando fotográficamente con el productivo observatorio sobre el aprovechamiento de la carne depositada espontáneamente, concluyo con la hermosa cigüeña blanca, una de las zancudas más bellas de nuestra fauna aun siendo tan común en nuestros campos. Ella también acudió a la carne atraída por el movimiento de cornejas, milanos reales y laguneros pero, después de poner en fuga a los comensales, la cigüeña advirtió recelosa algo que no le gustó, quizá un leve movimiento del teleobjetivo y, discretamente se giró sin prisas, alejándose, campeando tranquilamente sin dejar de mirar ocasionalmente.






Es realmente preciosa y, no me refiero a las fotos, si no a ella en particular.
Aquí la tenéis si queréis hacerle algún encargo...

martes, 5 de febrero de 2013

Corneja negra (Corvus corone corone)


En ocasiones, la corneja se impacienta y opta por tirar pinzando con el pico de las rémiges primarias o las rectrices de las aves de presa.


Pertenece a la extensa y cosmopolita familia Corvidae con 120 especies. Gozan de primacía evolutiva ante los demás pájaros por su eclecticismo y adaptación gracias al elevado grado de psiquismo que demuestran. Son los gigantes del orden de los Paseriformes, robustos y de pico largo y fuerte.
El plumaje de la corneja (Corvus corone corone) es completamente negro, y es la menos gregaria de los córvidos. La vemos habitualmente en pareja o solitaria. Es un gran pájaro con una envergadura de unos 100 centímetros y un peso de 450 a 550 gramos.

Se sabe que viven muchos años y esa experiencia la dosifican durante su existencia emparejada, fiel de por vida. Pero, si hay algo que me atrae sobremanera es su compenetración tan señalada. Son de las mejores estrategas de la fauna ornítica y, por lo que he visto frente a las fuentes de alimento, parece que nunca coinciden ambas aves mirando al suelo si buscan despojos, cuando una actúa la otra vigila atentamente.

He visto a las cornejas atosigar a un águila pescadora que trataba de alimentarse de un pez recién capturado; mientras una planeaba detrás contra el fuerte viento incordiándola, la otra se situaba enfrente. La rapaz no cesaba de emitir una voz quejicosa por la agobiante presión de los córvidos. También recuerdo, en otra ocasión, una especie de danza disuasoria de los negros pájaros alrededor de un águila real que se alimentaba de un zorro con la intención de repelar hilos de carne o bocados perdidos. Además, son capaces de desalojar a ratoneros, milanos y gaviotas patiamarillas si están protegiendo el alimento previamente hallado por ellas.

Pero, el hambre rompe cualquier norma conductual en la naturaleza y, cuando estas cornejas piratas desvalijaban el comedero, miré por el diminuto roto del hyde y pude contemplar como los milanos que no se atrevieron a bajar al cebo, parasitaban a las cornejas tanto en vuelo como posadas. Pude ver como, si huían en vuelo, se les obligaba a soltar el alimento, e incluso, a una de ellas posada en un árbol frutal le fue arrebatada de una pasada certera la pieza de carne. Seguramente, lograron comer lo suficiente las cornejas y, supuestamente, ocultaron también parte del botín (no es posible que consumieran todo lo que se llevaron). Una vez saciadas, pudieron perder interés por defender la carne y, por lo tanto, su belicosidad característica.

Corneja aprovechando restos perdidos del banquete.
Cuando aguiluchos y milanos tiran con su ganchudo pico de la carne, dejan filamentos fáciles de arrancar para las cornejas.
Habitualmente, cuando una se alimenta, la otra vigila con mucha atención.
A veces, son demasiado descaradas tratando de arrebatar, casi del mismo pico de la rapaz, algún bocado.
Una vez trincado el cacho, sin duda, lo debían de ocultar puesto que regresaban rápidas.

A dos carrillos, iban desvalijando el comedero de todos, con ansia bestial. Tal vez se tratara de la subespecie Corvus corone gorrone.