Villanueva de Huerva
Efímero ha sido el resplandor del fuego otoñal de los álamos que cercan el río Huerva. Sin embargo, cómo llena las pupilas del observador este colorido tan especial e intenso que retorna cada estación de otoño.
Efímero ha sido el resplandor del fuego otoñal de los álamos que cercan el río Huerva. Sin embargo, cómo llena las pupilas del observador este colorido tan especial e intenso que retorna cada estación de otoño.
Las lluvias desnudaron en una semana todo el abrigo dorado que lucía el sotobosque ribereño; por fortuna, me quedó presenciar el paso de picogordos y, también, pinzones reales infiltrados en un bando de pinzón común.

Picogordo Coccothraustes coccothraustes.

Aunque las poblaciones de picogordo ibéricas son sedentarias, reciben aportes invernales de individuos procedentes de otros países europeos como Francia, Bélgica, Suiza, Alemania, Holanda, etc.



Picogordos Coccothraustes coccothraustes junto a jilgueros Carduelis carduelis.


El mayor volumen de los picogordos frente a otros pájaros se aprecia enseguida una vez posados sobre las ramas de los árboles.
Había aproximadamente, medio centenar.


Almez Celtis australis
Pinzón real Fringilla montifringilla.
Dependiendo del rigor invernal, cada año, hacia comienzos de octubre, grandes bandadas de pinzones reales emprenden un largo viaje hacia el sur desde sus territorios en el norte. Los pinzones reales van a invernar en Europa central y meridional, llegando en menor cuantía hasta la península ibérica.
No todos los años tengo la fortuna de verlos; en este caso, a pesar de ser una treintena de ejemplares mezclados con nuestros pinzones comunes, siempre resulta grato poder disfrutarlos.
Bando de pinzón común Fringilla coelebs y pinzón real Fringilla montifringilla.
Pinzón común Fringilla coelebs y herrerillo común Cyanistes caeruleus.