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viernes, 19 de junio de 2020

La Roca



Las cámaras de foto-trampeo tienen la ventaja de trabajar sin nervios y sin el apresuramiento del fotógrafo impaciente. Lo hacen solas y sin gran parafernalia; tan sólo ajustadas previamente, cumplen su labor. A pesar de la inferior calidad de imagen en comparación con las réflex, suplen bien esa deficiencia con capturas de grandes escenas si la ubicación es la correcta. Para documentar ciertos comportamientos o avistamientos, es una herramienta imprescindible.

Hace una semana ubiqué la cámara en un altillo calizo escogido al azar, simplemente para comprobar el abanico de oportunidades que esta modalidad técnica puede ofrecer.

La primera inquilina espontánea de la Roca es la chova piquirroja Pyrrhocorax pyrrhocorax, muy activa. 

Un buitre leonado Gyps fulvus joven, del año anterior, aterriza en el bloque pétreo. La Roca comienza a animarse. Es la rapaz que vive de la muerte. La aguarda pacientemente buscándola cubriendo grandes distancias aéreas. Es su modo de vida; topar con la agonía por enfermedad o accidente mortal de otras criaturas. .






Aparece una sosegada hembra de cabra montés Capra pyrenaica hispanica. Como suele ocurrir en estas ocasiones, lo hace fuera del marco ideal. 


Por fortuna, la hembra se acomoda en la Roca, y con sorpresa incluida; un precioso recental de pocos días. 
La panorámica nos permite comprobar el detalle de las ubres productoras de leche para alimentar al chivo.

La madre vigila constantemente el terreno de cría. Con su vástago, tan vulnerable, apenas se habrá alejado del lugar. 


El chivo, temeroso, abierto a las curiosidades de la vida.




Parecen muy coordinadas vigilando en derredor su seguridad.

Otra hembra acude al mismo punto de la Roca.


¡Sorpresa! Esta vez es una madre de dos recentales, algo mayores que el anterior. Una pena que estén fuera de plano pero, es un buen detalle de la familia.


Solo uno de los hermanos se decide a culminar el bloque rocoso.


¡Vaya brinco! No hay duda de la gran agilidad del pequeño.


Al bajar la hembra del pedestal pétreo percibo un detalle terrible, su extremidad inferior izquierda está amputada.
La vida continúa. No hay tiempo para otra cosa que no sea el cuidado de los pequeños a su cargo.

Otros pajarillos como el roquero solitario y el escribano montesino se han posado en la piedra pero, la ínfima calidad no era ideal para exponerlas.
La verdad es que este método tiene muy buenas prestaciones.

Entrada relacionada con la cabra montés.
https://lanaturalezaquenosqueda.blogspot.com/2019/12/pies-de-cabra.html

lunes, 12 de noviembre de 2018

En el valle del río Mesa




Al comienzo de una excelente mañana, de momento calmada de fuerte viento, escogí un buen lugar para observar la actividad de los buitres leonados; especialistas en el ahorro de energía de largos desplazamientos mediante el planeo.
Para ello, tuve que esperar la larga sesión solar de estas necrófagas, útil para sintetizar la vitamina D. Además, el soleamiento con las alas abiertas se relaciona con la lucha contra ectoparásitos y el mantenimiento del plumaje; también, en condiciones meteorológicas adversas (lluvia y frío) para la termoregulación. 
El impresionante canal calizo que cerca al río Mesa, acoge en sus repisas, oquedades y anfractuosidades multitud de especies rupícolas que en él buscan cobijo y espacios para anidar. Los más visibles por su tamaño son los buitres leonados, cuya silueta destaca en cualquier altozano. 

Villa de Calmarza


Cuando la temperatura sea la adecuada para la formación de corrientes térmicas, los buitres comenzarán a abandonar los puntos de reunión donde toman el sol, y seguidamente, prospectarán desde el cielo el vasto territorio en busca de alimento.


Al chocar el viento contra laderas y cortados forma una fuerte corriente ascendente que eleva cómodamente a estas aves veleras; otro método añadido al de las térmicas, para ganar altura sin esfuerzo.




El cañón del río Mesa es uno de los ejemplos más bellos de arquitectura kárstica del territorio español.



El Villar, donde se concentran los almacenes y pajares. Antaño, en las eras, con la utilización de trillos provistos de cortantes piedras de pedernal y tirados por mulos, se machacaba la caña del cereal y las espigas para separarlas del grano. En los pajares se guardaba la herramienta y la paja.





Tumbado boca arriba, puedo estar horas mirando a estas grandes rapaces de vuelo parsimonioso surcar el cielo con sus amplias alas hasta que desaparecen.





Desde el páramo calmarceño puede observarse la cumbre del Moncayo, ahora como se aprecia, completamente nevada.


Joven buitre leonado del año en vuelo a la izquierda de un adulto. 
(Tompson, 1991) sugiere que, en líneas generales, un plumaje juvenil poco llamativo podría funcionar como una señal honesta que indica subordinación, lo cual puede evitar conflictos al joven ante la competencia por los recursos disponibles.




Poco a poco el espectáculo de las carroñeras tomando altura se va desvaneciendo. Cuando alcancen la altura necesaria, cada uno tomará su ruta más conveniente.





"La altura alcanzada en estos vuelos de remonte puede ser considerable. Pennycuick observó a todas las especies de buitres de su área de estudio volando a altitudes de hasta 4.000 metros. El ave que ostenta el récord de altitud en vuelo hasta ahora registrado, probablemente sea un buitre moteado Gyps rueppelli; el 29 de noviembre de 1973 un ejemplar de esta especie chocó con un avión en su ascensión, a más de 12.000 metros de altitud sobre Costa de Marfil."
El buitre moteado o de Rupell, es algo menor que el buitre leonado.



Chova piquirroja Pyrrhocorax pyrrhocorax, córvido habitual que forma bandos cuya voz atruena todos los rincones del cañón rocoso.



Una rapaz que puede pasar fácilmente desapercibida por su tamaño es el esmerejón Falco columbarius. Esta rapaz proveniente del norte de Europa inverna en espacios abiertos como páramos, etc. Hembra en vuelo.


Con la temporada de caza, las escopetas atruenan el monte convirtiéndolo en un lugar inestable. Los cazadores que escudriñan todos los espacios, levantan en este caso, al somnoliento búho real Bubo bubo cuyo descanso se ve interrumpido. Conocedor de su territorio, pronto se reubica entre los pinos.


La escasa águila de Bonelli no tiene buena relación con los buitres leonados a los que ataca, en ocasiones, con enorme violencia. Una de las razones teóricas de estos ataques es la del robo de sus nidos por parte de las necrófagas que crían con antelación.





No sólo los álamos entonados de amarillo son testigos del efecto otoñal. Además, hasta que no se escucha desde lo alto el coro de las grullas no percibo emocionalmente la sensación del otoño.


Puedo ver las grullas desde cualquier punto de la geografía española, sin embargo, ningún lugar motiva más mi admiración que su presencia sobre los cielos del cañón del río Mesa; allí sus voces resuenan amplificadas entre los laberintos calizos de grandes dimensiones.















LOS BUITRES IBÉRICOS
biología y conservación
José Antonio Donázar

martes, 4 de septiembre de 2018

Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax)




Que vistosos resultan los bandos familiares de chova piquirroja Pyrrhocorax pyrrhocorax una vez finalizado el ciclo reproductor. El desbarajuste viajero en busca de alimento, acompañado de un bullicioso vocerío llaman la atención desde cualquier rincón del campo.
Ahora que ya terminaron las labores agrícolas, los campos han quedado a la espera del momento preciso de labranza, es cuando aprovechan estos córvidos para campear. La caña del cereal quedó seccionada por la siega, hay pequeños matojos de hierba que apenas sobresalen y no ocultan mucho el horizonte para poder controlar a posibles predadores, que los hay al acecho, constantemente. Durante el revuelo de las aves en el espacio, bien pueden dar también la voz de alarma a las posadas en tierra.
Es un momento excelente para capturar ortópteros, coleópteros, etc. que tanto abundan en las tablas de cultivo. Las langostas están crecidas y se mueven mas, siendo un aliciente especial para estos córvidos que las persiguen a base de saltos y leves vuelos. No hay duda de que van tras ellas. La bandada se revuelve y cala repentinamente sobre las zonas de mayor actividad de estos insectos.
La estampa me resulta de lo mas interesante, sobre todo, por saber algo mas de la actividad cazadora de las chovas piquirrojas en grupos familiares.






Como un copioso maná, brotan de la tierra gran cantidad de ortópteros. Las chovas, como enloquecidas, dan buena cuenta de ellos capturándolos mediante recortes desenfrenados

Llegará otra vez la primavera y las bandadas se disgregarán ante la llamada de celo. Volverá de nuevo el espacio celeste a vestirse de arabescos quiebros protagonizados por las volatineras chovas piquirrojas. Todo este alarde acrobático con piruetas extraordinarias engalanarán los vuelos nupciales de cortejo. Todo ello, forjará vínculos en las parejas para toda la vida. Mediante arrumacos y ofrendas a base de cebas, agasajará el macho a la hembra para formar una futura familia.

29 de julio de 2018 Villanueva (Zaragoza)



"Soler y Soler (1993) estudiaron la alimentación de la especie a lo largo del ciclo anual en la Hoya de Guadalix sobre un total de 140 egagrópilas, observando que la fracción animal suponía el 50% del volumen de las egagrópilas en cada estación, y que el 60 % de las 3.484 presas animales encontradas eran coleópteros, especialmente tenebriónidos; a su vez, las semillas silvestres y los cereales constituían la parte dominante de la fracción vegetal."

Aves Ibéricas; José Luis Tellería, Benigno Asensio y Mario Díaz