martes, 22 de marzo de 2016

Búho real en zona industrial

Búho real Bubo bubo hispanus

Hay una autovía por la que circulan vehículos de todo tipo y a cada momento. Paralelamente, algún que otro tren retumba con su traqueteo vibrante sobre su predestinado camino férreo hacia la gran ciudad de Zaragoza. Por si fuera poco, la proximidad de un polígono industrial cercano anima el cotarro con una actividad notoria. Sin embargo, ella, la hembra de búho real, ha escogido el lugar como propicio para traer al mundo a sus pequeños junto a un macho que, de momento, la avitualla correcta y sobradamente puesto que le deja reservas para la siguiente noche si por algún motivo se presenta floja.
No voy a desestimar la opción deportiva en la zona, incrementando con ella, el abanico corporativo humano como acompañante de la pareja nocturna de este paraje tan concurrido. Durante las 9´00 hasta las 10´00 horas de la mañana, pude contar la presencia de diez ciclistas en cuatro grupos diferentes, además de un grupo de cuatro personas corriendo. No quiero olvidar el ganado ovino que he visto en el borde superior del cortado, sobre el mismo nido, ramoneando la abundante hierba generada por las últimas lluvias. Vamos, la soledad para esta bella rapaz es una quimera pero, ella así lo ha decidido, y por lo que veo no le importa mucho, está bien y pasa muy desapercibida en un entorno con bastante vegetación. 

Desde que vi esta emblemática rapaz de la noche acomodada en su cubil terroso, ha transcurrido algo más de una semana con unos días bastante inestables por las precipitaciones. El sábado pasado llovió durante todo el día y con fuerza, por la tarde incluso granizó aunque el grano fue menudo, por fortuna. No descansé muy bien por la noche sabiendo que un refugio en el talud de tierra, ubicación de la rapaz, podría actuar como un azucarillo a la hora de absorber la humedad de la lluvia y dar al traste con su cría. Afortunadamente, por lo que pude ver, abrigó muy bien la puesta con su denso plumaje, que a su vez, reposaba sobre un abundante y acolchado sustrato de egagrópilas desmenuzadas cuyo contenido es el pelo de sus presas, un suave y eficaz aislante. Esta es la fórmula con que las hembras de esta especie preparan sus futuros nidos para proteger los huevos y pollos del frío suelo. El resultado de la lluvia hacía contrastar las zonas secas y claras con las húmedas y oscurecidas por efecto del aguacero, y la rapaz nocturna, la sufrió bastante. Afortunadamente, también disfruta de una buena jornada de sol matinal que inunda la parcela de su nido, contribuyendo a eliminar la humedad reinante del lugar. 

 
Sé que hay obras de arte supremas, inspiradas y realizadas por grandes genios a nivel mundial de la pintura y la escultura, como de tantos otros tipos y estilos diferentes de arte. Soy consciente del tiempo que hay que dedicarles con suma concentración y sin parpadear tratando de analizarlas, sumergiéndose si es posible, en la idea de su creador para comprenderlas.
Entiendo, como no, que haya gente que dedique horas e incluso días para deleitarse con esas creaciones, claro que lo entiendo. Siendo consciente de ello, también llevo horas, días, años e incluso toda mi vida prendado de la mirada incisiva del búho real. Un hábito del que no he podido escapar y que como una imperiosa necesidad hace que mi persona lo busque allí donde habite. Y otra vez la misma sensación rondando mi cabeza, como una obsesión crónica que domina casi todo mi tiempo. Sólo, para verlo una vez más. Para contemplar también una de las obras más bellas de la naturaleza.



Mochuelo Athene noctua en su habitual posadero. Este pequeño habitante es común en los territorios del búho real y ocasional presa del mismo.