sábado, 27 de abril de 2013

Martina



Es uno de los pájaros más fotografiados pero, en este caso, no es mi intención la simple exposición de estas imágenes. Quiero contaros que tuve la grata oportunidad de observar los primeros picotazos de la obra de este pájaro excavador de galerías. El año anterior, esta parte del río Ebro fue reforzada con enormes bloques de roca caliza; éste año, los bloques estaban en el fondo del río y el talud desmoronado. La deforestación de las orillas da lugar a estos problemas de erosión, no hay nada mejor que las raíces de fresnos, álamos etc. para retener la tierra de sus márgenes. El caso es, que diversas riadas provocadas por abundantes lluvias, resquebrajaron más el talud y seccionaron el nido de la pareja de martines dando al traste con su laborioso trabajo. Reiniciaron la construcción y, estas imágenes corroboran su éxito al lograr una nueva vivienda donde traer al mundo a sus pequeños. He preferido en este caso, centrarme en la atareada madre que vigila su nido desde posaderos adyacentes. De este modo, disfruto observando detenidamente sus miradas atentas y sus repentinos cambios de ánimo provocados por la aparición de transeúntes circulando por el camino situado sobre el nido, también, de algún milano negro que aparece súbitamente sobre la línea superior del talud.
 
 
Cuántas toneladas de escombros se habrán basculado en las riberas a lo largo del río Ebro para elevar motas con que proteger de inundaciones los terrenos de cultivo. No me extrañaría que todos esos vertidos año tras año, sean también, los causantes de colmatar en gran parte el fondo del cauce. 
De los estratos del pequeño talud frente al río Ebro donde anidan estas aves, sobresalen restos de sacos de escombros, ladrillos, tubos de plástico, cables, etc. No hay nada más que ver donde se posa  el martín pescador; son conglomerados de hormigón provenientes de construcciones derribadas. Luego hablan de limpiar el río… 
 
 

En todas las imágenes prácticamente, la hembra de martín pescador no deja de controlar ni un momento la ubicación de su nido. Justamente arriba, hay trazado un camino de paso de ciclistas y paseantes, afortunadamente, no muy transitado.
La aparición repentina de un milano negro activa la musculación de la hembra de martín pescador que pega sus plumas al cuerpo dispuesta a emprender el vuelo. Sustos como el de la imagen se suceden repetidamente a diario.

A continuación, una serie de fotos desde la lejanía, donde el martín pescador se acicala protegido en su atalaya de seguridad sobre la rama de un álamo junto al río.

Cuando algo le inquieta, adopta esta curiosa postura.


 

 

 

lunes, 22 de abril de 2013

Bienvenido, papamoscas cerrojillo

Van llegando poco a poco, en primer lugar, los machos de estas aves trajeadas con su elegante librea blanquinegra para seducir a sus futuras parejas. Han pasado el invierno en África subsahariana y los machos se adelantan una semana a las hembras en su retorno a la Península Ibérica. Retornan a partir de la segunda quincena de abril, cuyo paso se incrementa en el mes de mayo; existen también avanzadillas a finales de marzo.
 
Buscan, sobre todo, los huecos en árboles corpulentos para anidar, inspeccionando a fondo cada uno de ellos para comprobar que estén libres de parásitos. Las cajas anidaderas son un importante apoyo de cría para los papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca). Se debe atender correctamente su mantenimiento anualmente para presentar la limpieza y consistencia adecuadas para futuros moradores.
 
Estos días, sus inconfundibles y vistosos vuelos de caza de rama en rama, o esos bruscos retornos a sus habituales posaderos, inundarán nuestros campos. Serán el azote implacable de todo tipo de insectos voladores adecuados a sus posibilidades alimenticias y, también, por otro lado, capturarán todo tipo de larvas defoliadoras, hormigas y pequeños arácnidos.
 
Por último y, por desgracia, antes de su migración posnupcial que va entre mediados de agosto y octubre, cuyo punto álgido es septiembre, los papamoscas y otros insectívoros serán esperados por inmisericordes comedores de pajaritos fritos. Utilizarán los cepos trampa, estimulando  con la conocida hormiga de ala como cebo el hambre y la necesidad urgente de estos pájaros por nutrirse contrarreloj y acumular tejido adiposo con que afrontar de nuevo un largo y complicado viaje migratorio de regreso a sus cuarteles de invierno en África. Esta práctica está prohibida en este país pero, en este país, las medidas medioambientales no van con cierto tipo de gente; la ignorancia es así.
 

 

 
Lavandera blanca (Motacilla alba) escrutando atentamente los rincones del talud ribereño donde captura, realizando complicadas escaladas, los insectos que lo habitan.
Grupo de golondrinas (Hirundo rustica) reposando a orillas del Ebro. La cantidad de aves insectívoras que viven de este caudaloso río es innumerable.