martes, 20 de julio de 2010

Garduña de balneario


- El inquieto mamífero no dejaba de rebuscar por todos los rincones en busca de algún resto que llevarse a la boca.

La garduña (Martes foina) pertenece a la familia de los mustélidos: martas, visones, comadrejas, turones etc.; criaturas de cuerpo alargado y patas cortas. Su pelaje es pardo oscuro con una poblada cola. La mancha blanca bifurcada de la garganta y pecho, le diferencia entre otros detalles, de la marta, cuya mancha es amarillenta. Su peso oscila alrededor de los dos kilos, y su distribución es más extensa en iberia que la de la marta (Martes martes), recluida muy al norte entre Pirineos y zona Cantábrica.


Había un posadero de búho real en el interior de una sabina negra que se hallaba en la base de un cortado calizo. Al ir a revisar su interior, salió somnolienta una garduña que observé a placer durante unos quince minutos. Unos meses antes, salió del mismo lugar una gineta; hay que ver a las dos especies trepando por el cortado. Absolutamente asombrosas, sobre todo, por su agilidad.


Al borde de la carretera, semioculta por una zarza y en el final de una larga barandilla para proteger a los viandantes del balneario, siempre parecía esperarnos de camino a casa con el coche, ya no una garduña, sino, “la garduña”, a la que esperaba ávida nuestra mirada justo en el lugar del encuentro. Allí estaba la mayoría de las veces sentada como un gato alrededor de las 22´00 horas cuando regresábamos la familia, del pueblo vecino.


Hay muchas más anécdotas con esta preciosa criatura carnívora de afilados colmillos, y, termino precisamente con su versión más dócil.

Fue hace un par de años en el balneario de La Virgen en Jaraba, cuando mi hija advirtió la presencia de un extraño gato. Estábamos sentados en un banco y el mustélido campeaba con toda naturalidad por debajo de nuestro asiento. Tomé lo más parecido a una cámara y disparé dos fotos antes de agotarse la maldita batería, y…, eso es lo que veis, a una criatura fascinante, nocturna y mansa a la altura de las miradas más sorprendidas de aquel instante. La calidad de la foto es lo de menos.


Como las aves que optaron por la tranquilidad de la alta tensión a cambio de paz, la garduña, hizo lo propio con el balneario para asegurarse el alimento. Sorprendente.



- Esta secuencia invita a pasarle la mano por su suave pelaje, pero no es recomendable sobrepasar su área de seguridad, aunque parezca prestarse a la caricia.


- Imagen tomada de una diapositiva. La calidad es pésima, pero como documento, curioso. Enfoqué como pude a través de las lobuladas ramas de la sabina, y la vi adormecida a la vez que alerta durante unos 15 minutos de observación. Apenas nos separaban dos metros de distancia.


sábado, 10 de julio de 2010

Zapatito de dama (Cypripedium calceolus)


- Planta de hasta 60 cm de alto, frecuentemente con varios tallos. Tépalos de color pardo rojizo algo vueltos; (los verticales corresponden a sépalos; los laterales a pétalos; el inferior son dos unidos por soldadura. El labelo amarillo es el tercer pétalo. La zona de captación del polen: Ginostemo, es de color blanco con pintas rojizas)

A estas alturas del mes de julio, es probable que la última representación floral de una de las más extravagantes orquídeas, se haya marchitado. Que ese reclamo tan extraordinario para los insectos en forma de flor, haya cumplido finalmente su cometido.

Me refiero a la asombrosa y caprichosa Cypripedium calceolus (zapatito de dama). Es esa planta estéticamente mágica que aguarda en el bosque, prado etc, como mirando por encima de las demás con soberbia, y que extiende sus encantos a la amplia red de insectos para ser polinizada. La polinización en general la ejecutan himenópteros. Es complicada, pues han de acceder los insectos al interior del labelo (pétalo amarillo y globoso) por un canal determinado donde primero dejan el polen que puedan traer de otra visita, y después para salir, han de rozarse con uno de los estambres cargándose de polen. Su estructura floral es el resultado de una interesante especialización para asegurar la polinización cruzada por insectos y evitar la autofecundación.


Todo esto y más, me lo va contando José Vicente (Jovi), un gran biólogo y conocedor del mundo fascinante de las orquídeas. Gracias a él, tengo el privilegio de contemplarlas en directo, embobado, abstraído y agradecido infinitamente. Son incluso, más bellas y extraordinarias de lo que pudiera haber imaginado al verlas en las fotografías.


A medida que avanza la mañana, la explanada se va llenando de coches, y la gente, casi toda francesa, se dirige hacia ellas las protagonistas por excelencia, por su belleza, y desgraciadamente por su escasez; ya que su distribución no va más allá de unos puntos señalados, perdidos pero protegidos en algún valle aragonés y catalán.



- El sépalo superior parece funcionar como techumbre contra las gotas de agua, evitando así, la inundación del labelo.

Han de pasar alrededor de nueve años aproximadamente desde la germinación, hasta la capacidad de producir flores y semillas. Este desarrollo tan lento, es uno de los grades problemas en la reproducción de esta planta.

Floración: V – VII; fructificación: VII - X. Cada flor dura abierta entre 11 y 18 días.


- Mediante la reproducción vegetativa de gran importancia en la planta, se produce una ramificación durante el crecimiento del rizoma, apreciable a lo largo del verano. Van surgiendo pequeños pies sin flor, generalmente de dos hojas, que emergen de yemas laterales del rizoma.


- Esta especie vive en zonas con clima eurosiberiano, sobre substratos calcáreos, a una altitud entre 1200 y 1600 m. Su hábitat pirenaico son los bosques húmedos (bosques mixtos, pinares, hayedos…) también en manchas forestales, matorrales y pastos.