viernes, 29 de octubre de 2021

Breves secuencias del búho real


Hembra tumbada en su nido al comienzo de la puesta e incubación durante el presente año.

El mismo nido, abandonado tras la cría de tres pollos. Vemos en primer plano las plumas de una desafortunada lechuza.

Estoy totalmente enfrascado, con la sana intención, de poder conseguir unas bellas secuencias del búho real Bubo bubo para vuestro deleite y, el mío. Es como si pretendiera buscar lo mismo que los fotógrafos intentan con la instantánea de su vida; quiero mi escena (sin obsesionarme), todas me valen.

Ya hace días que comenzó el ciclo nupcial de esta magna rapaz de la noche. Y, observarlas en horas de oscuridad es realmente complicado, incluso, con la utilización de cámaras nocturnas. No puedo negar lo estimulante que es para uno, cuando por pura casualidad, se estampan en tu tarjeta las primeras imágenes. 
Hay gente que ha conseguido auténticas secuencias de acción mediante este método.

En la siguiente recopilación de vídeos enlazados, primero
 vemos a una hembra de búho real  descansando en su socorrido posadero. Me explico: utilizo este término al saber que el ave abandonó su escondite diurno por la marcha escandalosa de los buitres leonados Gyps fulvus cuando despegan del borde del cortado. Mi presencia en ese momento, obligó indirectamente a estos carroñeros a dejar de vaguear y emprender el vuelo en busca de alimento. Les gusta alargar el descanso cuando están bien nutridos y no es difícil hallarlos dormitando con la cabeza oculta entre los hombros. 
Señalar, evidentemente, que no es mi intención molestarlos. Mi paso por el camino les impulsa al abandono del lugar.

En la segunda secuencia, vemos a la misma hembra reposando tranquilamente en uno de sus habituales posaderos.

La más llamativa es la tercera, donde de nuevo la rapaz nocturna se posa a las diez de la mañana y ulula desde la misma roca donde repite descanso. Hay un molesto fallo en el encuadre, sin embargo, tampoco le resta mucho a la emocionante acción de esta bella hembra. Si escucháis el ulular, notareis que es bastante agudo, todo lo contrario que la voz del macho, siendo este mucho más grave y retumbante
Precisamente, la última secuencia en blanco y negro corresponde a su consorte. Se posa en una altiva roca desde donde ulula dos veces frente al alba.