Pareja de Águila de Bonelli Aquila fasciata soleándose
Tal vez, a causa del temor que provoca la disminución del
Águila de Bonelli en el territorio español y, concretamente en el aragonés,
observar a esta rapaz para disfrutar de su privilegiada estampa se ha
convertido en un objetivo demasiado delicado. Incluso, sopesar la distancia
para observar al ave siempre parece insuficiente para evitarle molestias, a
pesar de existir la presencia humana allí donde la naturaleza se extiende y la
blanca rapaz sea prudentemente permisiva con ella.
Digo esto porque, a veces, uno se excede con la distancia
óptima para observarla y termina disfrutando de la blanca pechera de una piedra
blanqueada por deyecciones de otras rapaces, aunque esté muy bien colocada en
el habitual posadero como el Águila de Bonelli, si no se mueve, es una piedra.
Macho levanta el vuelo después de solearse por la mañana. El ejemplar de la imágen es el protagonista de la anilla de PVC; una rapaz entrada en años, por lo visto, bastante experimentada.
Quería contaros que, un ejemplar macho de Águila de Bonelli
fue marcado con anilla alfanumérica amarilla de PVC; un material ligero y de gran
resistencia. Dicha rapaz, desconozco cuándo fue anillada pero, si tuve noticia
del tiempo que estuvo con la anilla aprisionándole los dedos cerrados a causa
del intento de librarse el ave de dicho marcaje. Se calcula que estuvo de éste
modo, con la garra inutilizada, cerca de dos meses y su supervivencia para la
caza debió de ser un auténtico milagro. Finalmente pudo zafarse del incómodo
plástico amarillo y podemos ver al ejemplar en vuelo, por fortuna, todavía activo
en su serranía tradicional.
Me gustaría pedir, a quiénes corresponda, que no se
involucren más en seguimientos científicos futuros sobre el águila de Bonelli si conllevan capturas y manipulación.
Sabiéndose como se sabe, gracias a la enorme cantidad de datos compilados sobre
esta rapaz, habría que protegerla ahora más que nunca eliminando los problemas que se mantienen sin resolver, y dejarla recuperarse en paz en sus
dominios naturales. Basta ya de reiterativos estudios de campo con radio-marcajes
y anillamientos con PVC, etc. para descubrir más de lo mismo. Hay que presionar
para evitar la mala gestión de la administración con especies vulnerables,
incidir más en los tendidos problemáticos para corregirlos, evitar los venenos
en las zonas de concentración de jóvenes, vigilar sus territorios de
nidificación, furtivismo, etc. Dejémonos de juegos eternos de investigación y,
evidentemente, dejemos de ser un problema más para el Águila de Bonelli.
Fotografías con objetivo 300mm y mucho recorte.