El hornero Furnarius rufus es el ave nacional de Argentina; habitante común en Sudamérica.
Es un paseriforme de la familia Furnariidae. Su altura
es de 18 a 20 cm y pesa unos 49 gramos.
Se alimenta revolviendo entre las hojas del suelo para hallar
todo tipo de invertebrados; captura en ocasiones reptiles del tamaño de la
lagartija. Como es un ave urbana, también consume alimentos abandonados por las
personas.
El joão-de-barro como se le conoce en Brasil; albañil,
alfarero y hornero en Argentina, tiene el don de la maestría a la hora de
construir su nido. Utiliza una arcilla mezclada con finas y selectas
hierbas, estiércol y paja con los que consigue una argamasa de gran
resistencia y duración. Las proporciones dependen del tipo de terreno y, si la
cantidad de estiércol es mayor que la de tierra, añaden arena. Ambos sexos
participan en la elaboración del nido.
Dentro del nido hay una pared que separa la entrada y el
habitáculo de cría, construido para disminuir las corrientes de aire y la
entrada de posibles depredadores.
La construcción del nido dura entre 18 días y un mes,
dependiendo de la existencia de lluvia y, por lo tanto, de arcilla en abundancia.
Nido sobre la rama de un árbol con dos pollos esperando la ceba. Los nidos pueden ubicarse en lugares tan dispares como postes de la luz, en repisas pegados a las ventanas y, también, en estatuas.
La forma de horno del nido, dio nombre al hornero.
En una observación personal de Demis Bucci, la pareja puede
turnarse en la construcción del nido dividiendo las tareas: mientras uno aporta
el material, el otro lo distribuye aplicándolo. El nido pesa alrededor de 4 kg. En él, ponen de tres a cuatro huevos y la
incubación dura de 14 a 18 días.
Cuando el nido se abandona, cumplida su función, es utilizado por otras especies
de aves, ratones silvestres, lagartos, pequeñas serpientes y, también, abejas.

Entre la hojarasca y la madera en descomposición de los jardines urbanos, el joão-de-barro campea en busca de invertebrados de cualquier especie, como lo harían el estornino negro Sturnus unicolor y el mirlo común Turdus merula en ciudades españolas.
La pareja mantiene un ritual característico de cantar a dúo. Es un momento excepcional, donde ambos, unidos de por vida, alzan sus estridentes voces fortaleciendo su unión.
Como en todas las aves, cuando el momento lo requiere, el aseo es imprescindible para mantener el plumaje en perfecto estado.