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domingo, 23 de noviembre de 2014

Beija-flor de fronte violeta Thalurania glaucopis


La vida se escapa aceleradamente y, a cierta edad, lo notas más si cabe. No es un pensamiento pesimista ni derrotista, todo lo contrario, es una manera positiva de no perder precisamente ese tiempo del que se alimenta la vida.
En mi segunda visita a este maravilloso país de naturaleza tan radiante, Brasil, de nuevo, he tenido la fortuna de toparme con la misma especie de colibrí. No me importa, viajo para ver nuevas especies pero, no desdeño la gracia de las más comunes que, como el colibrí de frente violeta, tan accesible, es el único que me ha permitido fotografiarlo tras posar lo suficiente. Siento perder el tiempo cuando no doy pie con bola persiguiendo infructuosamente a estas diminutas criaturas que no paran ni un momento quietas delante del visor de la cámara. Así que, para no perder detalle, opté por disfrutar directamente de su maravilloso vuelo y sus fulgurantes cambios de dirección mientras zumbaban como abejorros entre las flores. No puedo ocultar mi abstracción ante estos seres tan portentosos.

Macho de beija-flor de fronte violeta Thalurania glaucopis


El beija-flor de fronte violeta Thalurania glaucopis es un ave apodiforme de la familia Trochilidae. Los machos lucen un verde brillante generalizado con la parte superior de la cabeza y frente de un destacado tono violáceo. En la hembra, el verde se extiende solamente por la parte dorsal incluida la corona, siendo la parte interior de color blancuzco. El tamaño del macho es de unos 11 cm; 8´5 cm en la hembra. Su pico mide 1´8 cm y la lengua 4 cm con la que acceden fácilmente al néctar de las flores de las que se alimentan perforándolas si es preciso; consumen también pequeños insectos.
Se le puede ver en zonas degradadas de parques y jardines y en selvas secundarias, aunque su hábitat natural es la selva húmeda semitropical y tropical.
 

El día nuboso con llovizna suave, no era el más propicio para fotografiar por la falta de luz. Sin embargo, allí revoloteaba este colibrí entre rojas flores de Malvaviscus arboreus culminando sus recorridos en su posadero, una rama seca desde donde arreglaba su plumaje humedecido por la fina lluvia. Sus rémiges quedaban por debajo de sus rectrices, una postura característica del ave.
Paseando por pequeñas poblaciones como Maringá y Maromba en la región de bisconde de Mauá en Rio de Janeiro pude observar varias especies de este minúsculo volador, aunque no tuve la fortuna de fotografiarlos.
 
En los picos de su máxima actividad este pajarillo se muestra muy agresivo.
 
Hembra de beija-flor de fronte violeta Thalurania glaucopis

Beija flor preto Florisuga fusca.

Los bebederos para atraer colibríes son muy utilizados, a la gente les encanta la visita de estos pájaros. El néctar artificial se prepara con una parte de azúcar y tres de agua, según la cantidad que se precise. La limpieza del bebedero es fundamental.