Mostrando entradas con la etiqueta Escribano soteño (Emberiza cirlus). Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Escribano soteño (Emberiza cirlus). Mostrar todas las entradas

viernes, 19 de marzo de 2021

Escríbano soteño


Dentro de unos días, habrán pasado tan sólo 4 décadas desde la primera vez que vi sobre un solariego peirón de viejo ladrillo y rudas piedras al colorido escribano soteño Emberiza cirlus. La estampa de aquel pajarillo sobre el ático piramidal de aquel rogatorio próximo a la descompuesta carretera del pueblo de Codos, me dejó boquiabierto. Detuve la bicicleta tras acercarme todo lo que pude y, al mirar con los prismáticos, quedé prendado tanto de sus colores como de la fuerza de su canto. Un precioso macho expandía su voz a los cuatro vientos, iluminado por un matinal flujo de luz solar que se colaba entre el declive de redondeadas lomas.

Había llegado hasta allí desde Zaragoza en una bicicleta de las que se estilaban antes, modelo “Verano Azul”; un plato y un piñón para sacar todo el rendimiento posible a los 66 km de entonces por estrechas carreteras parcheadas. Nada que ver con el snobismo bicicletero actual. Era otra visión diferente de rodar, ligero de equipaje y con un enorme entusiasmo y curiosidad por recorrer pueblos perdidos, bastante más perdidos que ahora.

Salían los lugareños con sus mulos hacia el monte a trabajar la tierra, en el cruce de la carretera, una "charradica" (conversación) con el pastor para contrastar temas actuales de aquel entonces. El perro, trabajador, perimetraba al rebaño de ovejas durante la parada.

Peirón de Las Almas; Codos (Zaragoza). En esta misma construcción pude contemplar al llamativo ejemplar de escribano soteño cantando un 28 de marzo de 1981.

El peirón es una columna u obelisco de intención devota que se halla junto a las entradas y salidas de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o imagen religiosa.

Macho de escribano soteño trinando desde un almendro.


Hembra de escribano soteño con su plumaje críptico.