Hembra de búho real (Bubo bubo)
Cañón del río Mesa (Guadalajara) 7- Diciembre- 2012
El cielo está muy nuboso y el viento
es muy frío. A las 16´40 horas tomo posición al lado de una gran roca
desprendida en la costera por la que sube el pastor con su ganado ovino. Plagio la voz del búho real y me
contesta el macho a lo lejos pasados quince minutos, no parece estar alarmado,
sospecha o simplemente elude el enfrentamiento. Su ulular se oye muy lejano,
por ello, trataré de situarme en un lugar más elevado para proseguir. Escucho a
la hembra ulular dos veces con su dulce y aguda voz. Cambio de nuevo al lugar
definitivo, el frío es notable y, afortunadamente, voy bien abrigado. A las
17´55 horas la luz es deficiente y la hembra se posa a unos 50 m. de mi posición, no
haciéndolo en ninguno de los tres salientes donde la luz impacta mejor, sino en
uno interior en el que apenas hay visibilidad, eso sí, muy resguardada del
viento frío que azota el mediterráneo paraje
de encinas y rocas
He disparado varias fotografías a 3200 ISO y a 60 de
velocidad, la iluminación escasa no da para más, las fotos son pésimas. Una
visible mancha blanca es lo que más resalta al posarse la rapaz simultáneamente
y defecar sobre la roca. Mira atenta al frente, como esperando de nuevo otra
señal de acercamiento, pero no contesto, cojo la cámara y disparo, el
estridente sonido del obturador alerta al búho real que seguidamente mira hacia
mi ubicación. Sin alarmarse demasiado (me ve como algo raro), vuelve de nuevo
la vista al frente y sigue escuchando a su pareja con la que se reúne
seguidamente ¿Por qué acude a una llamada que no es la de su pareja?
Sabemos por otros autores que las
parejas de búho real permanecen cohesionadas todo el año y, cuando comienza el
celo basta con la llamada muy audible del macho a la hembra, que no está lejos,
para emprender el ciclo reproductor. No sabía y he podido comprobar, que les
hace falta mantener la voz de contacto mediante reclamos o ululares para
encontrarse, y no cesarán hasta que lo hagan, puesto que la acústica de los
barrancos distorsiona mucho la procedencia de las voces. Sí, aunque parezca
extraño, necesitan su tiempo para enfocar el sonido, sobre todo, cuando están a
determinada distancia el uno del otro entre tanto eco.
Advierte el sonido de la cámara y
se gira hacia mí.
No huye, más bien pierde interés y,
de nuevo, atiende al macho con el que se reúne poco después.
Cañón del río Mesa (Zaragoza) 3- Marzo- 2013
Son las 17´00 horas y estoy ubicado
en el lugar que he escogido para conectar con el búho real si éste se presenta.
El 6 de Enero a las 13´00 horas desde la misma arista del espolón calizo donde
me he instalado hoy, intenté probar suerte pero, el búho no acudió. En este
caso, a los cinco minutos de imitar su voz aparece contestando con energía
mientras se acerca rápidamente a mi encuentro. Le contesto para que me
localice, sin embargo, cuando lo hace, calla su voz y me mira fijamente. Sé que
sospecha algo y, para dejar constancia de su presencia, si prisas pero con
decisión levanto la cámara y disparo. Como estaba previsto, el búho, receloso,
emprende el vuelo y se aleja. Al posarse en el escarpe, tras cruzar el
barranco, ya no consigo localizarlo durante el resto del tiempo; el ulular
retumba entre las paredes sin procedencia cierta.
He escuchado el reclamo áspero y
corto de la hembra, que es el utilizado para conectar con el macho durante las
ofrendas nupciales que éste le hace o, simplemente, para reunirse. También
emite dos ululares (esta voz no es muy habitual en las hembras). Está muy cerca
y por lo escuchado (no llego a verla) todavía no ha iniciado la puesta.
Habitualmente, dependiendo de la meteorología, las parejas de búho real que
habitan el cañón rocoso del río Mesa suelen iniciar la incubación entre la última
semana de Febrero y la primera de Marzo.
Macho de búho real (Bubo bubo)
Es la esencia pura de lo que más me
satisface; interactuar con búhos en libertad. Sé que el macho de búho real no
está allí por casualidad, ni por aguardarlo a escondidas mientras visita su
posadero, ni visto de modo fortuito, no; el macho de búho real está allí de
modo natural, por que lo he desafiado con mi voz plagiada y, es él, quién
libremente, aunque sea por engaño, acude a mi encuentro. Es difícil rebuscar
entre la riqueza lingüística de la
RAE y hallar esas palabras clave que definan el hecho para explicarlo
con la elocuencia real del momento vivido; vamos, por no decir imposible. Quizá
habría que preguntar a otras personas qué es lo que sienten imitando a otras
aves, e incluso, a quien se atreve con la voz del lobo recibiendo con
escalofrío el aullido auténtico como respuesta del cánido salvaje. ¿Cuesta
creerlo, verdad?...