jueves, 12 de noviembre de 2020
Te estoy viendo...
jueves, 5 de noviembre de 2020
Aires de grandeza
Así, ha estado la joven águila real durante un buen rato deleitándome con su pericia aérea. Estábamos tan a gusto, ella dibujando sus piruetas y yo observándola que, temía la aparición de la pareja de águilas de Bonelli.
20/octubre/2020 Cañón del río Mesa.
lunes, 2 de noviembre de 2020
Águila de Bonelli vs alimoche
La órbita del alimoche se solapa con la territorial del águila de Bonelli y, esta causa, provoca ciertos enfrentamientos.
Ese día, embelesado con los planeos y recortes del pequeño buitre, lo seguía atento durante la prospección metódica realizada a media altura de las moles verticales calizas. Cómo me gusta el desparpajo con el que se posa en los nidos de los buitres leonados Gyps fulvus en busca de alguna ocasión. Los grandes leonados lo reciben estirando sus cuellos para defender su nido.
Volaba el necrófago como una hoja otoñal colgada de una brisa soportable, ajeno a mi mirada. Y, en décimas de segundo, la velocidad del alimoche se multiplicó considerablemente. Un pequeño margen de tiempo me dio la oportunidad de prender la cámara para constatar el duelo aéreo de estas dos medianas rapaces tan maniobreras.
6/junio/2020 Cañón del río Mesa
Alimoche y águila de Bonelli compartiendo columna térmica en el espacio aéreo neutral.
jueves, 29 de octubre de 2020
Bajo el peso del gavilán
El peligro pasó cuando el más despistado erró en su estrategia defensiva.
sábado, 28 de marzo de 2020
Así se curte una perdiz roja
Nota de campo 3-8-2013
El cielo está despejado con algo de viento y un calor notable a primeras horas de la mañana.
La escandalosa voz de alarma de una perdiz roja Alectoris rufa atruena la vaguada del reseco labrantío. Como no puede ser de otro modo, mi mirada la busca entre un mar arbustivo del mosaico campero. Es obvio que la gallinácea tiene descendencia, de ahí su inquietud maternal.
Juvenil de aguilucho cenizo Circus pygargus en campo labrado.
Una hembra de aguilucho cenizo prospecta el perímetro del campo labrado. Ha localizado a la perdiz roja con sus crías ya crecidas pero, vulnerables.
La rapaz presiona con su silueta tratando de incomodar a los pollos para que el mas nervioso rompa su cerco de seguridad y salga huyendo al descubierto. Uno de ellos, cuando el aguilucho se lanza a tientas sobre el arbusto para acelerar el proceso, sale volando para cambiar de lugar. La rapaz lo persigue in extremis pero, la rapidez y destreza del joven la deja sin ninguna posibilidad de captura. La gallinácea joven sella con la hazaña mencionada una gran experiencia de gran valor para el resto de su vida. Así se va curtiendo, poco a poco, un futuro luchador para asegurar la especie.
10´00 horas, la hembra de aguilucho cenizo se posa en el campo yermo a unos cinco metros de la orilla. Utiliza el tiempo para acicalarse.
Después de un largo rato de espera, decido abandonar cuando son las 11´30 horas.
La rapaz todavía no se ha movido del mismo sitio. En todo el tiempo transcurrido, la hembra de perdiz no ha cesado su grito de alarma.
Curiosamente, la base del equilibrio ecológico se ciñe a la habilidad de sus componentes para adquirir conocimiento y experiencia, trampolín de la supervivencia.
Aquel mismo año, sabiendo de la victoria del pollo volantón de perdiz, descubrí en el posadero de una pareja de búho real de Guadalajara las plumas de un joven aguilucho cenizo al que la jugada no le salió nada bien.
Antes de que se limitara la velocidad a 50 km. hora por este tipo de carreteras frecuentadas por ciclistas, ya lo hacía concienciado para no atropellar a este otro tipo de corredores.
miércoles, 18 de marzo de 2020
Águila de Bonelli ultimando el nido
12 de marzo 2020
Es increíble la ubicación del nido de esta águila en el cañón del río Mesa. No debo dar detalles puesto que la más mínima referencia daría con su emplazamiento fácilmente.
Llevo viéndolas juntas desde 2015 y apenas se separaban. El año pasado no tardaba el macho en aparecer con alimento para abastecer a su consorte, o simplemente, montar la guardia cerca de ella.
Me queda esta duda, sin embargo, habrá que esperar más adelante.
Reclamando la presencia de su consorte.
No siempre la blanca pechera del águila de Bonelli es perceptible entre la inmensidad de la roca caliza.
Cuando parte con una idea fija, sigue firme su propósito batiendo con fuerza sus alas.
Alterna con el pino las ramas frescas de encina.
Equilibrándose sobre la copa de la encina, arranca con el pico una rama de tamaño ideal a sus necesidades, ya en el tramo final de la construcción del nido.
A veces, adornado su vuelo con algún rodeo, rompe la incierta deriva con un quiebro repentino para cambiar de dirección antes de alcanzar la plataforma nidal.
El vuelo del águila de Bonelli puede arrebatar la mirada del observador durante horas. Es la magia del águila mas carismática de nuestra geografía.
domingo, 7 de julio de 2019
Jóvenes ratoneros.
El ratonero Buteo buteo es una rapaz conocida, y por fortuna, habitual; siempre atractiva para el observador.
Es la rapaz eterna sobre el altillo de tantos maderos telefónicos al pie de las carreteras españolas. Paciente hasta aburrir al sol y a la prudencia de sus presas. Tal vez, el ser vivo que mas horas de sombra hace al día. También es el perdedor sistemático en las broncas con milanos negros y otras aves de su entorno.
Gimotea rodeado de urracas mientras defiende una rata de tamaño medio que pretende merendarse sobre las ramas deshojadas de un manzano en el hortal. Otro ratonero trata de disputarle su presa, sin quitar el ojo a la urraca que tira de la cola del roedor desde abajo buscando el anonimato entre tanto revuelo blanquinegro.
Un ratonero defiende ante una corneja negra Corvus corone la captura de un topillo.
El ratonero siempre está sujeto a las provocaciones de los córvidos, como si vieran en él, su motivación mas representativa para el arte de hostigar.
Este Quijote de las rapaces, tiene muchos enemigos, que no dudarán en aprovechar la inocencia de los jóvenes para atacarlos. A un confiado ratonero que volaba a la altura de un águila de Bonelli Aquila fasciata le costó la vida por un descuido; desconocía su peligrosidad. Aunque poco común, es una presa notable en los nidos del búho real Bubo b. hispanus.
Ratonero adulto, y progenitor.
Ratonero joven del año.
Hace un par de años, un joven ratonero del año murió de inanición según me informaron en el centro de recuperación donde lo llevé. No salía de mi asombro. Sin embargo, no debe de ser algo tan inusual en la naturaleza, sobre todo, si alguno de los progenitores es abatido o muerto por cualquier circunstancia.
Observando la semana pasada a la más mítica rapaz de los postes, celebré gratamente la pesadez de dos jóvenes de este año reclamando a su progenitora la ayuda pertinente para seguir adelante.
Sólo falta que sus dotes como futuros cazadores no fallen, y puedan ocupar como siempre, esas atalayas de madera que realzan su quietud y perseverancia.
Aparte del aplomado sol, también soporta estoicamente la empapadora niebla llorona del invierno.