El
poder físico del águila de Bonelli Aquila fasciata había relegado al alimoche Neophron percnopterus a otro farallón donde
ubicar su nido.
Entre el bosque montaraz de pino carrasco Pinus halepensis, bajo sus afiladas copas, seguía los pasos de
estos necrófagos que consolidaban su lugar de cría para evitar los encontronazos
con la irascible rapaz de pecho blanco.
Con
la tarde avanzada, mi atención se centró en la maraña acicular de los pinos. Fueron cayendo del cielo tardío, espaciadamente, multitud de zorzales Turdus philomelos en peregrinación
prenupcial, cubriéndose entre las ramas bajas y retorcidas de los pinos. Amparados
por las copas de las altivas píceas podía sentir desde mi escondite el desconcierto
y semblante temeroso de estas aves migradoras, tratando de escapar de la rapaz
mas perseverante de la fronda boscosa. El gavilán Accipiter nisus pendía del espacio, soberbio,
amenazante…
El peligro pasó cuando el más despistado erró en su estrategia defensiva.
Cañón
del río Mesa, Zaragoza 12/03/2020
Buena observación, una vez más . Ese día el Gavilán se iría a dormir con el estómago lleno . Así es la vida en la naturaleza; unos mueren para que otros puedan seguir viviendo.
ResponderEliminarSaludos
Los dos zorzales de las imágenes son parte de la avanzadilla que fue adentrándose entre el ramaje, siguiendo su curso protegidos entre el pinar hasta que el gavilán dejó de ser una amenaza.
EliminarMe gustan mas estos instantes que los de caza.
Saludos.
Así es la naturaleza: dura, triste, cruda, hermosa...maravillosa. Un saludo.
ResponderEliminarEs así. No queda otra intención mas práctica que aceptarla como es.
EliminarSin embargo, que sensaciones tan contradictorias nos inunda el pensamiento cada vez que nos enfrentamos a la realidad de la vida.
Saludos.
Ayer anduve bien sigiloso por una vaguada llena de majuelos y agracejos que suele estar llena de mirlos capiblancos y zorzales. Me extrañó que estuviera en silencio todo hasta que pasó un gavilán volando raudo entre los matorrales, ya tenía sentido que estuvieran todos tan escondidos y calladitos.
ResponderEliminar¡Saludos!
Y, cuando uno de ellos no se entera a tiempo, pasa la locura desesperada perfilando arbustos y demás follaje para dar con su presa en ataques aparentemente suicidas.
EliminarA veces pienso que el gavilán está algo poseído.
Saludos.
Muy interesante. Feliz tarde.
ResponderEliminarGracias Teresa y, disfruta de la semana.
EliminarSaludos.
Assim é a natureza... a lei natural da sobrevivência...
ResponderEliminarUm beijo
Me llamó mucho la atención la cautela de los zorzales atravesando las ramas bajas del pinar. Ese miedo impregnado en sus miradas.
EliminarEs terrible la presencia del gavilán para las pequeñas aves.
Besos...
Naturaleza en estado puro. Qué suerte tienes de poder verla tan de cerca.
ResponderEliminarSí, fue ver el miedo en los ojos de los zorzales escapando, pero, no el drama del que cayó presa. Es una ruleta diaria que toca a los más desprevenidos.
EliminarSaludos.
Un eficaz depredador. Un saludo.
ResponderEliminarMuy temido por su efectividad.
EliminarSaludos.