Uno
se pierde tratando de seguir las evoluciones de todas las aves y, has de
ceñirte a las elegidas para concretar el plan. En este caso, me centro en las grajillas al estar
preparando sus nidos para criar. Alborotadas están también las palomas bravías
y zuritas, los aviones roqueros y comunes, vencejos reales y comunes, chovas
piquirrojas, gorrión chillón, colirrojo tizón, roquero solitario, buitre
leonado, alimoche, águila de Bonelli, halcón peregrino, etc. Todos, atareados
en sus distintas funciones vigentes.
No
les resulta nada fácil a las grajillas acarrear la leña para el nido, sobre
todo, las ramas más gruesas para asentar la base del nido. Topan con aviones
comunes, roqueros y vencejos reales que entorpecen con sus ataques preventivos las
apuradas rutas de los córvidos. Hay un notable encontronazo entre grajilla y vencejo
real al tener sus respectivas ubicaciones una tan cerca de la otra.
Como
no puede ser de otra manera, el desorden caótico en las rutas aéreas alrededor
del enorme cortado calizo es sólo aparente y, cada una de las aves dentro del
complejo mundo volador, tiene su singladura asegurada gracias a la maniobrabilidad
de todas ellas en conjunto. No sólo impacta el enjambre de aves en sus vuelos cotidianos,
además, el tumulto sonoro es asombroso, dando a la escena una dimensión
espectacular promovida por la explosión primaveral.
Los vencejos reales, prospectan veloces buscando las fisuras adecuadas para anidar. Ello genera también disputas entre rivales por el mismo fin.
¡Vaya colección de aves! Imagino que no tendrás ojos suficientes para ver las evoluciones de todas. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una locura esta línea de cortados en primavera con todas las aves yendo y viniendo con sus quehaceres cotidianos. Uno se sienta a observar y, que pase el tiempo.
EliminarUn abrazo.
Es normal que cuando hay tanta competencia por buscar un buen lugar para hacer el nido y para encontrar materiales, para el mismo, las disputas entre esas aves, estén a la orden del día. Los córvidos, son de los más acosadores para otras aves, por lo que , seguramente, se saldrán con la suya; eso sí,las grajillas siempre tendrán que estar atentas a esas águilas que habitan en su territorio.
ResponderEliminarBonitas y testimoniales fotos de lo que cuentas.
Saludos
Toda la competencia y el duro apogeo de las aves rupícolas en este enorme roquedo calizo es un totum revolutum de frenética actividad. Esa sensación que aportan de desorden, se complementa con el ensordecedor bullicio que provocan durante sus travesías aéreas esquivándose en los trayectos.
EliminarUno se puede pegar un buen rato admirando esa cascada de diferentes especies de aves cayendo desde los riscos, en el caso de los vencejos reales, a velocidades meteóricas. Un espectáculo para no perderse.
Saludos.
El tiempo se pasa muy rápido viéndolos ir y venir, a mí me encanta verlos. Gracias y besos.
ResponderEliminarTodo se repite cada año y, todo de nuevo, se vuelve interesante.
EliminarBesos.
Uma explosão de vida! Um tempo maravilhoso de observação e entretenimento… belos registros!
ResponderEliminarUm beijo
Así es, toda una explosión de vida. Ahora estoy trabajando en una finca de campo y el canto de los ruiseñores es ensordecedor. Qué potencia de voz, un canto maravilloso. Menuda banda sonora.
EliminarBesos...
Fantástico reportaje, la foto de la grajilla con los vencejos reales detrás es extraordinaria. Un abrazo desde Castro!!!
ResponderEliminarEs un hormiguero de aves en vuelo. Increíble esa atención para dirigirse al cortado sin chocar con otras aves que, además, vuelan a toda pastilla.
EliminarOtro abrazo Germán.
Hola Javier.
ResponderEliminarMover esas ramas, sortear al resto de aves y hacer el nido, tiene que ser estresante para las grajillas pero un deleite, para el que las observa.
Un saludo