Un
mito Aegithalos caudatus se posa en el extremo de una fina rama de zarza. Intenta prender un mechón de lana de oveja sujeto en la maraña espinosa. Habitualmente, muchos mechones quedan
agarrados al zarzal cuando pastorea el ganado ovino al paso. El pequeño pájaro, ha de hacer una maniobra de equilibrio debido a la flexibilidad de las punzantes
guías y ponerse boca arriba. Tras apoderarse con el pico de una parte del
mencionado material, se posa en un cornicabra Pistacia terebinthus. Allí, realiza unos movimientos
de equilibrio muy hábiles, quedándose suspendido de la rama. De este modo, ayudado con el
mentón y el pecho, el pequeño párido aprieta y reduce el despeluchado girón de
lana para transportarlo mejor a su futuro nido.
5/marzo/1997
soto del río Huerva (Zaragoza)
No
he tenido muchas ocasiones de ver nidos de mito. Pero sé, que la ardua labor constructora
es digna de elogio y admiración.
El
nido del mito es una ovalada y flexible construcción muy bien trabajada, con un orificio superior de entrada. Manejan
materiales tan delicados como musgos de hojas pequeñas que forman ganchos y entretejen
con habilidad, utilizando aros sedosos de las mullidas crisálidas de huevos de
araña para crear un sucedáneo de velcro. El interior del nido está forrado con
miles de pequeñas plumas aislantes, etc. lo que supone a estos pequeños pajarillos
más de 2000 viajes
para su recolección. Esta excelsa construcción para la pareja, requiere de un
intenso trabajo que puede durar entre quince y veinte días.
Quienes han dedicado tantas horas al estudio científico de los mitos respecto a la elaboración de sus nidos, fueron desterrando con prudencia el manido uso del instinto como único impulso motivador de estas aves constructoras destacadas. Han recopilado pruebas convincentes que avalan multitud de cualidades en los mitos además de su instinto, como por ejemplo: aprendizaje y memoria, experiencia, toma de decisiones, coordinación y colaboración. Toda esta amalgama de virtudes colaborativas en los mitos, sobresale mejorando sustancialmente su conducta constructora para abordar con enorme éxito el complicado entramado de sus nidos durante toda su duración.
Los mitos, tienen una portentosa vista capaz de detectar insectos ocultos de diferentes tamaños, como la araña de la imagen. Además, estos pajarillos de grades ojos, ven invertebrados de reducido tamaño que escaparían a la visión humana.
Me declaro admirador de los mitos, me encanta cuando aparece el clásico grupo inquieto de pronto.
ResponderEliminarTengo una alumna aprendiz de ornitóloga que está deseosa de poder ver alguna vez un nido de mitos, cosa que no me extrañaría con lo observadora que es.
¡Saludos!
Nos ocurre entonces como a Lars Jonsson. Él también es un acérrimo admirador de esta especie declarándola como muy tierna. Ciertamente lo es (aunque no para sus presas).
EliminarEspero que esta ávida ornitóloga encuentre pese a la dificultad del camuflado nido de mito, ver uno cuanto antes para saciar esa curiosidad propia de toda investigadora.
Mucha, mucha, mucha suerte...
Saludos.
No pasan desapercibidos estos pequeños y simpáticos pajarillos cuando aparecen en algún sitio, debido a su costumbre de desplazarse en grupo, cantando, saltando de rama en rama, buscando toda clase de invertebrados.
ResponderEliminarNo he visto nunca un nido de estos pájaros
Muy interesante el texto, acompañado de magníficas fotos y, ¡ como no ! de ese precioso dibujo
Saludos
No he tenido tampoco mucha suerte en hallar muchos nidos de mitos. Son tan miméticos y enmarañados, a veces, que resulta más un factor de suerte que de pericia rastreadora el hallarlos.
EliminarCon el que más disfruté fue con uno que estaba casi terminado en la horquilla de un arbolillo. A pesar de estar al descubierto, estaba tan disimulado con la corteza que era imposible detectarlo sin conocerlo.
Gracias Pini.
Saludos.
Espectacular. Siempre me ha llamado la atención la complejidad de algunos nidos.
ResponderEliminarY, precisamente, el mito, es uno de los mejores constructores.
EliminarSaludos.
Son preciosos. No tengo la suerte de haber visto ningún nido, espero tener suerte esta primavera. Besos.
ResponderEliminarSon complicados de ver por la cobertura que los oculta, pero, cuando se tiene la rara oportunidad de descubrir uno quita la respiración por lo elegante y bien trabajado.
EliminarBesos.
Um singelo registro desta sua rara observação... graciosas fotografias com certeza de um passarinho de precioso ninho. Gostei muito do desenho também.
ResponderEliminarSe cuide!
Um beijo
Cuando escucho el bullicio de estos pájaros, ya me preparo atentamente para observarlos a placer. Son tan espontáneos que, si permaneces en un lugar sin moverte, pasan muy cerca uno detrás de otro.
EliminarBesos...