En
estos paseos limitados por la prevención del confinamiento, hace unos días, registraba con
atención la campiña ribereña cerca del río Ebro. Guardando el perímetro municipal de mi ciudad.
Sin objetivo alguno, me dio
por seguir el vuelo del cernícalo vulgar Falco tinnunculus sobrevolando
la llanura labriega. Esperaba que se acercase algo más al objetivo de la cámara
fotográfica, pero, no fue así. Volaba querencioso hacia las terreras, se detuvo
en el espacio batiendo sus alas enérgicamente para, finalmente, posarse después en un
saliente adecuado. Parece que las prisas por hacerlo tenía mucho que ver con
el cargamento transportado por la rapaz; un topillo Microtus duodecimcostatus probablemente.
Haciendo una comparación, en este caso, centrados en la vista; los fotorreceptores (conos) de la retina humana responsables del color absorben tres tipos: rojo, verde y azul. Es una percepción relativamente buena. Sin embargo, en comparación con las aves es bastante pobre porque ellas tienen cuatro tipos de conos sencillos: rojo, verde, azul y ultravioleta. No sólo tienen más tipos de conos que nosotros, sino también más cantidad. Además, los conos de las aves contienen una gotita de aceite pigmentada con la que, probablemente, consigan distinguir todavía más colores.
La
visión ultravioleta era conocida en los insectos desde la década de 1880, cuando el vecino de Darwin, John Lubbok, la observó en las hormigas. Décadas
después, los biólogos descubrieron la visión ultravioleta en las abejas, por la
cual, distinguían las flores preferentes.
Sin embargo, el tipo de cono en las aves capaz de detectar el ultravioleta se descubrió en los años setenta.
Se sabe ahora, que muchas aves, quizás la mayoría, utilizan específicamente algún grado de visión ultravioleta útil para hallar alimento y pareja. La visión sobre el plumaje entre las aves descubre tonos imperceptibles para la vista humana.
Volviendo
a nuestro halcón más común, la visión ultravioleta le otorga una gran ventaja
en la prospección de terreno en busca de presas, ya que el cernícalo puede rastrear a los topillos
desde el aire por el reflejo ultravioleta de sus rastros de orina.
Reducir el espacio de campeo, es un logro muy práctico durante la búsqueda de determinado tipo de presas por el ahorro de energía.
Sin embargo, el tipo de cono en las aves capaz de detectar el ultravioleta se descubrió en los años setenta.
Se sabe ahora, que muchas aves, quizás la mayoría, utilizan específicamente algún grado de visión ultravioleta útil para hallar alimento y pareja. La visión sobre el plumaje entre las aves descubre tonos imperceptibles para la vista humana.
Reducir el espacio de campeo, es un logro muy práctico durante la búsqueda de determinado tipo de presas por el ahorro de energía.
He visto al petirrojo, alcaudón común, cigüeña blanca, garza real, mochuelo, búho real, etc. regurgitar una egagrópila. En el búho real, curiosamente, me dio la impresión de verlo pasar un mal rato. Esos movimientos peristálticos parecen agónicos.
El día de esta entrada, al fotografiar al cernícalo vulgar, advertí que algo dejaba caer durante el vuelo. Al mirarlo en la fotografía descubrí que se trataba de una egagrópila. En ese momento, la rapaz transportaba un topillo entre sus garras.
Es la primera vez que lo veo y, me parece muy interesante.
Arriba está la misma imagen a contraluz sin retocar; abajo con algo más de luminosidad.
Muy interesante esta entrada, me ha encantado verla. Besos y buen domingo.
ResponderEliminarGracias Teresa. Feliz domingo y resto de semana.
EliminarBesos.
Un ave preciosa. La suelo distinguir más por su característica forma de volar que por su aspecto. Veo que el paseo tuvo su recompensa. Un saludo y cuídate.
ResponderEliminarEs una rapaz con la que siempre hay que estar alerta. Nos puede sorprender en cualquier momento.
EliminarOtro saludo y, buena semana.
Esta es una de esas aves , junto con su pariente el primilla, que me brinda espectáculos muy interesantes , bastante a menudo. Montado en un tractor, he podido observar lances de caza asombrosos , que dan fe de la agudísima visión de estas rapaces. Hace un par de años observé como un macho de esta especie, posado en lo alto de una torre de alta tensión se lanzó en picado a una distancia de unos 150 metros para capturar un saltamontes, saliendo volando con él en sus garras. Y tener varios ejemplares a tu alrededor lanzándose a por los insectos que salen de la tierra al moverla con el arado, es algo que te alegra el día .
ResponderEliminarBonita y entretenida entrada, como siempre.
Saludos
Estoy pensando que, de tener una cámara en el tractor, cuando laboreas, te daría una espectacular oportunidad de hacer fotografías de todos aquellos bichos que te aligeran la tierra de competidores. El tractor, con lo que cuentas en muchos comentarios y, lo que he visto cuando trabajáis es el mejor hyde para las más fantásticas secuencias de alimentación.
EliminarYa con lo que cuentas, me dejas sorprendido con tus espectaculares y fructíferos campeos.
Saludos.
Que impressionante observação! Os registros são comprovantes preciosos do acontecido!
ResponderEliminarVocê sempre tão atento com tudo que diz respeito à natureza, amigo! Um amante incansável dos bichos de pena...
Um beijo e se cuide
Es un goteo incesante de observaciones, como ocurre en el campo con los animales, muy tacaño en novedades.
EliminarComo siempre, uno sale al monte con ilusión y expectante. Cada salida, es como una extraordinaria oportunidad de descubrir conductas poco corrientes para el ojo humano.
Buena semana Teca.
Besos...
Los he visto hasta cazar gorriones en vuelo al estilo gavilán, tan adaptables como pocos. La de colores y detalles que podrán ver con esos portentosos ojos...
ResponderEliminar¡Saludos!
Hace muchos años pensaba que era el halcón más rutinario, junto al primilla en la cola de estas veloces rapaces. También, después de tantos años, vi que estos halcones tenían tan mal genio para su territorio como lo tenía el más veloz de todos.
EliminarLos cernícalos no se amilanan con ninguna rapaz; ni siquiera con el águila real.
Saludos.
Fantástico documento, creo que poca gente ha podido captar ese momento. Enhorabuena Javier.
ResponderEliminarA mi es que me resultaba desconocido ver un ave regurgitando una egagrópila en pleno vuelo.
EliminarGracias.
Un abrazo.
Interesantísima entrada. Enhorabuena por el momento y la magnífica explicación. Un saludo.
ResponderEliminarLas aves más sencillas siempre pueden ofrecer cosas interesantes. Gracias por la visita.
EliminarSaludos.
Por aquí hay bastantes rapaces, pero suelen volar alto y marcharse en cuanto me ven cargado con mi cámara. Interesantes datos sobre la vista de las aves, muchos de los cuales, desconocía. Supongo que sabes cómo evitar que los animales salgan tan oscuros cuando disparas hacia el cielo. La medición puntual y el derecheo del histograma suelen dar mejores resultados que retocar luego la foto. Si no sabes cómo hacerlo y estás interesado, me lo dices (tawaki89@yahoo.es)
ResponderEliminarHabitualmente, voy con la cámara programada para no verme en ajustes repentinos salvo si estoy dentro del hyde. Salgo al campo y, muchas veces me pilla el ave volando a contraluz. Trato de hacer las rutas con la luz a favor, pero, no siempre es posible.
EliminarDe todos modos, lo tendré en cuenta para hablarlo.
Gracias.