martes, 14 de abril de 2020

Demasiado sueño para un búho real



He rescatado una observación muy curiosa que recuerdo como un especial apunte de campo. Se trata del sueño demasiado profundo de un macho de búho real Bubo bubo que me dejó perplejo.

Nos desplazaremos al río Dulce en Guadalajara. El mismo que atraviesa el paisaje de quebradas donde voló el Buitre Sabio, el águila real prendiendo al recental o la Bella Matadora entre la galería de álamos negros; me refiero a la hoz de Pelegrina. Un paraje que abrumó los sentidos de Félix Rodríguez de la Fuente; no es de extrañar.

Cada vez que hago escala en este paraje, tengo la misma admiración hacia sus cortaduras calizas y paisaje diáfano. Todo es, como si me sorprendiera de nuevo una vez más. Este recogido roquedo, sigue albergando al Gran Duque que en estos momentos se halla aposentado en su alcoba arbustiva. Confieso que no me canso de observarlo y admirarlo. Cada vez, es como la primera.

La rapaz está ubicada sobre la rama horizontal de su lentisco. Hay otros arbustos mas, pero este es el suyo. Entre el entramado ramaje distingo su cuerpo bastante difuso, mimetizado. Las afiladas uñas de sus dedos anteriores descansan sobre la áspera corteza que lo soporta. Al principio, como siempre, no me ha quitado la vista de encima, pero, a medida que el tiempo pasa, todo juega a mi favor si continúo estático en el lugar elegido. Anoto que ahora, su atención la atraen los pajarillos que pululan por el espeso enramado del arbusto, y por su cercanía, le causan mayor inquietud. No logro verle los penachos cefálicos, pero, sí destaco su blanca pechera y el vermiculado de su plumaje.
Si se alarma, abre totalmente los ojos o uno de ellos, girando su cabeza a la fuente sonora provocada por currucas y fringílidos habitualmente. Tras comprobar que todo va bien, controla mi posición y seguidamente cierra los ojos lentamente dormitando de nuevo.

Lentisco sujeto al piso de la quebrada caliza. Entre el hueco de la grieta rocosa y la base del ramaje descansa la rapaz.

11´00 horas. Continúo en el mismo lugar y detrás del telescopio. Las siestas del búho real son cada vez mas prolongadas, el silencio relaja. Mi inmovilidad parece que ya no le incomoda.
En este particular momento, al observarlo con los 60 aumentos veo su ojo derecho mirándome fijamente, impresiona bastante su amenazadora expresión facial. Al hallarse todo en orden, de nuevo lo cierra.

11´06 horas. Acicala la garra derecha, después, sujetándose con la mencionada extremidad repite la operación con la izquierda. Está tan somnoliento, que su garra cae lentamente, parece como si no le diera tiempo de aguantar el sueño antes de apoyarla en el tronco. Al hacerlo, los dedos quedan cerrados sobre la corteza. Me sorprende ¿Qué noche de actividad tan desenfrenada habrá tenido esta rapaz? Poco después, descansa sobre las dos extremidades y dormita de nuevo.
Hasta las 11´15 horas el búho real reposa plácidamente. Aprovecho para mirar los posaderos más alejados. Entre los restos de presas hallados durante el paréntesis de observación, figura un joven aguilucho cenizo Circus pygargus.
 
Búho real dormitando profundamente entre el ramaje y los frutos del Lentisco.

12´00 horas. Ocupo de nuevo el observatorio. Esta es una zona muy tranquila, aunque esté situada al lado de un camino agrícola. Supongo que en época festiva será bastante visitada por gente que la conozca.
La rapaz apenas se inmuta ya por mi presencia. Está mas pendiente de la parte superior y alrededores de su descansadero que de mi punto de observación.
Cada corto espacio de tiempo, variable, atusa ligeramente su plumaje y las garras. Después, realiza otro barrido de control con sus anaranjados ojos; sosegado, los cierra lentamente y dormita. Sus penachos se mantienen enhiestos y los párpados inferiores cubren más porción ocular que los superiores. Este detalle solo lo he visto en búhos reales que descansan plenamente (pocas veces).

13´18 horas. No me movería si no fuera por que he de visitar mas zonas y el tiempo es limitado. Estas observaciones aparentemente tediosas, me aportan una información interesante. No todo ha de ser acción. La mayor parte del tiempo el búho real lo ocupa en descansar, por lo tanto, no desdeño sus horas de inactividad para comprender mejor a este gran cazador de la noche entregado a su recuperación.

13´28 horas. De nuevo picotea una de sus garras, concretamente la izquierda y, antes de terminar, cae dormido plácidamente con la extremidad levantada. A los pocos segundos un espasmo le hace reaccionar y la apoya, me mira temeroso, como asustado y, seguidamente, vuelve al leve sopor. Todo en orden.
Los búhos reales observados toleraban mi quietud al cabo de unos veinte minutos, con éste, apenas pasaron cinco.

La cámara Nikon Coolpix 4500 y el telescopio (digiscoping) con que hice la foto del búho real, se estropeó aquel día. Comenzó a enloquecer el enfoque y, salvo la foto expuesta de la rapaz, no pude recuperar ninguna mas en condiciones aceptables. 
De todos modos, enfocar con aquella minúscula pantalla era todo un desafío.

Paisaje de paramera cerealista con peñascales calizos.

Cortadura rocosa inaccesible donde anida el búho real.




12 comentarios:

  1. Sí que tenía que estar agotado el amigo para quedarse frito de esa manera, me ha hecho especial gracia que se pegue un susto con su propio espasmo como cuando yo me quedo sobado en el sofá.
    ¡Saludos!

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    1. Algo extraordinario, sin duda.
      A mí me ha ocurrido a veces y, a mucha gente también. Supongo que, algo similar ocurriría a la rapaz.
      Una explicación a esto la dan los científicos, asegurando que esta sensación se provoca porque las pulsaciones bajan a casi cero, un estado similar a la muerte. En ese momento el sistema envía un choque eléctrico que provoca la reacción.
      Espero que no nos falten esos "choques eléctricos" en toda la vida.
      Saludos.

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  2. Es una gozada poder disfrutar de una observación del búho. Un abrazo.

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    1. Y, además, repetirlas año tras año como si fuera la primera vez.
      Un abrazo.

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  3. Quantas vezes me peguei em sono profundo e acordei engasgada com a própria saliva... um susto! E toca a tossir sem parar, até que se pegue no sono novamente...
    Me impressionou a sua paciência e senso de observação... "No todo ha de ser acción. La mayor parte del tiempo el búho real lo ocupa en descansar, por lo tanto, no desdeño sus horas de inactividad para comprender mejor a este gran cazador de la noche entregado a su recuperación."
    Saudade desse maravilhoso lugar que tive a feliz oportunidade de conhecer quando fui ao seu país... inesquecível Pelegrina!
    Um beijo

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    1. Creo que me hace falta mas tiempo del normal para satisfacer mi curiosidad cada vez que me hallo frente a un animal de cualquier especie.
      Sé que es bastante monótono, pero, a veces, ocurren las cosas cuando te cubres de paciencia y puedes presenciar el ataque de otra rapaz que descubre al búho real.
      Pelegrina es un santuario para los nostálgicos del programa de El Hombre y la Tierra.
      Besos...

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  4. ¡ Son preciosos los búhos ! me encantan. Besitos.

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    1. Es cierto, es una especie muy admirada por los amantes de las aves.
      Besos.

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  5. Cuando he leído el título, me ha recordado a una parte de un monólogo deL humorista Gila, en el que el protagonista estaba muerto.
    Al leer más me ha alegrado saber que tu protagonista estaba vivo (aunque poco :) ).
    Muy interesantes como siempre esos detallados apuntes del comportamiento de este ave.
    Saludos Javier.

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    1. Bueno, metafóricamente estaba "muerto de sueño", es cierto. En todas las observaciones, nunca había visto a un búho real con un sueño tan profundo como éste. Incluso el detalle del súbito despertar daba a entender que la rapaz pudiera haberse dormido con mas profundidad de la cuenta y haber bajado la guardia ante los enemigos.
      Es todo un mundo...
      Saludos.

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  6. Hola Javier.

    No conocía esta hoz de Pelegrina y puede ser interesante junto con una visita a Sigüenza. Se ve que has visitado la zona en varias ocasiones, porque la ubicación del búho real no es fácil de localizar, aun viendo la fotografía.

    Me ha parecido muy interesante este relato, se nota que aún en los momentos de calma, siempre hay que estar alerta!, aquí el más vivo es el que se lleva el gato al agua!

    Un saludo

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    1. Cierto Eduardo, tenemos que ser precavidos a la hora de hacer las fotos para no dar pistas sobre la ubicación de ciertas especies protegidas tan perseguidas por los escopeteros (pongo por cazador aquel que respeta las normas de caza; todo lo contrario que los escopeteros).
      No solo es la hoz de Pelegrina el tramo magnífico, sigue en una buena ruta la ribera del río Dulce y tendrás una entrada extraordinaria sobre un río custodiado por las mas bellas formaciones rocosas y sotobosques galería.
      No te la pierdas.
      Saludos.

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