¿Cazar es más noble
que pescar? no lo creo… además, estoy convencido de que ambas acciones
requieren enorme capacidad y artesana habilidad. En cetrería, el
halcón peregrino rasga el cielo abriéndose entre el espacio con elegancia
absoluta; sin embargo, el cormorán, aparentemente más torpe y menos agraciado,
lo hace con la misma elegancia que el peregrino pero bajo el agua, un elemento
más denso y complicado. El halconero y el cormoranero explotan la destreza de
ambas especies; al halcón se le lanza empujándolo con el puño de cuero para que
escale el cielo y, al pobre cormorán soltándolo de la cabeza para que se hunda
en el líquido elemento. El halcón peregrino utiliza la atracción gravitatoria
para sorprender a gran velocidad a sus presas y golpearlas con destreza;
cualquier error de cálculo pondría en peligro a la rapaz cazadora, causándole
incluso la muerte. Sin embargo, el cormorán como el guepardo utiliza la
velocidad pura, inducida por el esfuerzo físico de palmeados dedos para
impulsarse y dar alcance a los peces de los que se alimenta; con las alas
recogidas se estabiliza y maniobra.
La utilización del
cormorán para el arte de la pesca se remonta a la dinastía de los Sung (años
1228 – 960 AC)
en China y, en el siglo VI AC en Japón. En China de crían por especialistas tradicionales,
mientras en Japón se capturan y son adiestradas convenientemente. En la base
del cuello se les coloca una anilla para que no traguen los peces capturados si
son grandes, así los mantiene en la membrana gular sin soltarlos, de este modo
su cuidador puede tomarlos tras recoger al ave con una pértiga obligándole a
subir a ella para acercarla a la embarcación. Por otro lado, la cetrería (caza
con rapaces; preferentemente con halcón y azor), tiene unos orígenes también
muy antiguos pero algo inciertos. Es posible que se descubriera en China, al
existir muchas referencias sobre esta práctica cetrera antes de Cristo en
diversos textos chinos. A Europa llegó en la
Edad Media, más o menos desde el siglo VI
hasta el XVI donde disfrutó de mayor auge y difusión.
Joven cormorán
(Phalacrocorax carbo) inspecciona atentamente para comprobar su seguridad.
Desde la orilla
inicia un rastreo subacuático con medio cuerpo fuera para sorprender peces en
agua de poco calado.
Aunque parezca
descabellado, cuando observé la estrategia del cormorán en las fotografías que
adjunto, me acordé del halcón peregrino recortando en paralelo las repisas
rocosas con vuelo batido donde se ponen a salvo las palomas bravías de su
ataque aéreo. El halcón peregrino (Falco peregrinus) trata a toda costa de arrancarlas del roquedo
para aprovechar la supremacía de su vuelo, por supuesto, con trabajadas
capturas, puesto que las palomas bravas son voladoras excelentes. Como decía,
un joven cormorán se posó delante de mi escondite preparado para la fotografía
de ardeidos. Pensé que, seguidamente, desplegaría las alas para secarlas,
función exigida al finalizar la pesca por la capacidad de éstas de empaparse y ganar
peso facilitando la inmersión y evitando flotabilidad en el buceo. Giró su
cabeza de derecha a izquierda y, acto seguido, se lanzó en plancha quedando su
zona dorsal expuesta mientras recortaba la orilla con la misma intención que el
peregrino lo hizo en el farallón, prospectando la masa somera de agua frente a
mí en busca de esos peces que se arriesgan en busca de insectos y despojos mecidos
en los remansos. Muchas, muchas veces he visto, sobre todo, carpas y barbos
apurando con su boca entre los cantos rodados del río Ebro el alimento que
apartan las ondas del agua, además, apoyados por uno de sus costados con medio
cuerpo fuera. Nunca hubiera sospechado la picardía de este joven cormorán.
Pareja de
cormoranes con sus respectivas capturas. Han de emerger e ingerir a toda prisa
el pez, colocándolo a favor de escama y engullirlo antes de que aparezcan otros
congéneres parasitadores; también, han de prever la aparición de alguna gaviota
patiamarilla en vuelo, muy efectivas para arrebatar las presas ajenas.
Bonitas fotos, acompañadas de unos juicios muy acertados sobre los animales cazadores y pescadores.hace varios años vi un documental sobre la vida de un pescador chino que se ganaba la vida vendiendo los peces que capturaban varios cormoranes que tenía amaestrados para la pesca.
ResponderEliminarEstos chinos saben de todo.
Saludos
El cormorán tiene un aspecto desgarbado pero ya veo que es un consumado especialista como pescador. En el río Duero hay bastantes y suelo verlos con frecuencia, aunque tienen mala prensa entre los pescadores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Interessante modo de sobreviver... e viver... natureza sábia...
ResponderEliminarAbraço...
La verdad es que,aunque nunca se me había ocurrido equiparar la destreza y velocidad del halcón peregrino en sus centelleantes lances de caza con la versatilidad buceadora del cormorán grande,tengo que admitir,después de leer tus acertados argumentos que, estás muy en lo cierto.
ResponderEliminarLa pasada semana,sin ir más lejos,tuve la ocasión de contemplar el buceo predatorio de cuatro cormoranes desde lo alto de unas peñas que flanquean el cauce de un pequeño pantano.Desde esta posición casi zenital,junto con el hecho de que los cormoranes bucearan a escasos metros de profundidad, al hallarse muy próximos a la orilla,pude contemplar sin necesidad de pertrecharme de equipo de buceo,las maniobras subacuáticas
de este ictiófago incorregible.
La velocidad que desarrollaban en sus desplazamientos bajo el agua en pos de los peces era absolutamente prodigiosa.De ahí
lo acertado de tus elucubraciones.
Enhorabuena por las fotos...veo que progresas adecuadamente.
SALUDOS
No hace mucho escribí yo un artículo sobre la utilización de los cormoranes para la pesca que me parece una actividad muy cruel con esos animales. El hombre, si no es de una manera, es de otra, al final siempre daña a los animales en propio beneficio.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarLa última foto con los dos cormoranes pescando a la vez es espectacular, y como comentas resulta chocante el aspecto desgarbado con su enorme habilidad. Por cierto, esta especie está aumentando sus efectivos en España parece ser que gracias a que ahora invernan más poblaciones en el interior, sin duda, este cambio migratorio les está favoreciendo mucho.
Un saludo
Ya lo he comentado en otras ocasines, en el invierno de Madrid capital los cormoranes del río Manzanares suelen descansar y pasar la noche sobre las farolas que hay donde la M-30 se cruza con el río, en el nudo sur. Sin duda uno de los sitios más calientes que pueden encontrar.
ResponderEliminarSaludos
Muy buenas comparativas, este animal goza mala reputacion y en Asturias ya se puede cazar....una pena, la culppa el ave.
ResponderEliminarSi llegas a pillar una gaviota parasitando al cormoran.....para otra vez!
Saludos camperos!
- Pini: es cierto, no hay apenas nada en las culturas más ancestrales de los chinos que no haya pasado por sus manos; la cetrería se supone, el adiestramiento de los cormoranes parece real y, además, la domesticación de los lobos que son los perros de hoy¿?. Es infinita su capacidad.
ResponderEliminarSaludos.
- Valverde: le ocurre prácticamente lo mismo que a los pingüinos; por tierra graciosos pero, por el agua parecen delfines. Prodigiosos.
Saludos.
- teca: sabia y fascinantes sus criaturas…
Un abrazo…
- machosalvaje: si, me molesta que en las películas sólo se acuerden del actor principal en detrimento del secundario por que se ve poco en escena. Reconozco que no es fácil apreciar la modalidad de pesca en aguas tan turbias como las del Ebro pero, a veces, se adivinan muy bien las capturas si no alcanzan mucha profundidad. En un capítulo de El Hombre y La Tierra se puede disfrutar de unas espectaculares secuencias de pesca de tres cormoranes moñudos en una poza del río Dulce que Félix se trajo de la isla de Cabrera.
La progresión de la fotografía lleva un larguísimo camino con muchos kilómetros por delante y, acabo de empezar.
Saludos.
- Leodegundia: es una actividad explotadora más de la especie humana, tan cruel como le permite su capacidad de especulación.
Nosotros somos los cormoranes de políticos y banqueros.
Saludos.
- Pedro L.: es una foto totalmente fortuita, pura suerte.
La queja de los pescadores por la efectividad de estas aves en la pesca provoca la actuación de descastes demasiado agresivos para una especie que se alimenta de peces en muchas zonas donde nadie los quiere por la contaminación de las aguas.
Creo que habría que erradicar preferentemente la basura de nuestros ríos lo primero y, que de ello, den buen ejemplo esos pescadores tan protestones.
Saludos.
- Jesús: ahora que comentas lo del óptimo aprovechamiento del calor de las farolas por parte de los cormoranes, el otro día vi un bando de catorce ejemplares de milanos reales posados y en vuelo en torno a unos restos de carne. Cuando se fueron, pude comprobar que eran los restos de un gato doméstico pero, estaban calcinados. No había ribazos quemados ni hogueras cercanas, al final sopesé que tal vez se tratara del transformador eléctrico en unas innataciones adyacentes; supongo que el gato se metería aprovechando el calor que genera la corriente y se chamuscó, lo debieron de tirar fuera del vallado y, así pudo llegar a los milanos. Hay que tener cuidado con el exceso de calor.
Saludos.
- camperoinquieto: en efecto, parece que mandan los cazadores y pescadores sobre la biodiversidad de nuestro país, haciendo caso omiso de tanta gente con carrera apropiada para realizar estudios sobre esa problemática fantasma que muchas veces se sacan de la manga. Siempre con la misma cantinela, que quejicosos…
¿Una patiamarilla parasitando a un cormorán o a lo que sea?…espero algún día, sentado si es posible.
Saludos.
El nombre común del cormorán (cuervo marino) parece que les cuadra también en ese talento natural.
ResponderEliminarSaludos.
Es verdad, no entiendo otra interpretación que no sea la de sorprender con este comportamiento a los peces que se orillan para conseguir alimento. Talento de cuervo como dices javier.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Javi. Me encanta esta entrada y tu forma de explicar el comportamiento del cormorán.
ResponderEliminarEl único aragonés que he conocido en persona en mi vida, turolense, que tenía una guerra horriblemente sangrienta en contra de los cormoranes. No sé si te lo he contado alguna vez. Era horrible tenerlo al lado cada vez que yo curioseaba en Internet cosas sobre aves en general. Siempre me sacaba el tema. Yo evitaba seguirle el rollo pero reconozco que alguna vez me enfrenté a él. Ugh.
Una pregunta, tú sueles usar hide? O directamente te sientas tras una mata/roca para que el animal no te vea?
Hola Javier!
ResponderEliminarPor aquí se les ve mucho al amanecer, pescando muy cerca de la orilla de la mar. Me encanta verlos sumergirse y aparecer segundos después en la superficie... Y sí, alguna vez los he visto como tú dices tragándose el pez, o siendo perseguidos y acosados por gaviotas patiamarilla ladronas.
También es cierto lo que dice Guillermo..., sobre todo los pescadores, los odian. (Debe ser como los cazadores a los zorros y demás "alimañas".)
Un abrazote.
- Guillermo: de todos modos, conste que, en el aspecto que mencionas, me siento más albaceteño, como tú, que aragonés como el elemento ignorante que has comentado.
ResponderEliminarAlguna vez suelo utilizar hyde pero, normalmente, no me gusta estar tanto tiempo encerrado para hacer fotos que casi nunca dicen nada. Prefiero la espontaneidad de los prismáticos y de la cámara en mano.
Saludos.
- Transi: pobres bichos… no sólo han de capturar el pez que, además de sacarlo si es grande, tienen que pelearlo con sus congéneres que irán a por él, y también tienen que protegerlo de las gaviotas. Las gaviotas son como bandas organizadas de extorsión.
Los pescadores que no soportan a nutrias ni cormoranes son los que esquilman nuestros ríos y mares de peces, por ello, les tienen tanto odio.
Saludos.
Hola Javier. Dando una vuelta por tu blog. Muy buenas las fotos de todas las entradas, esta de los cormoranes con sus capturas me encantó. Buen momento!
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