Ya sabéis que este blog no es una exposición fotográfica
(las imágenes, de pésima calidad, han sido ampliadas y retocadas) sólo pretendo
mostraros escenas que interpreto como interesantes y, la crudeza de este duelo
creo que lo es.
Mantener un territorio explotado en exclusividad es básicamente
fundamental para conseguir un alimento determinado, atraer o mantener al otro
miembro de la pareja y seleccionar el lugar de nidificación. Por ello, es
crucial para muchas especies encontrar rentabilidad entre beneficio y costos.
Vamos, que el desgaste que supone defender un extenso territorio sea compatible
con la existencia de alimento necesario y un lugar adecuado para criar. Para el
buitre leonado (Gyps fulvus) cuya fuente de alimento es impredecible (no se
sabe nunca donde habrá un futuro cadáver) actuar en comunidad beneficia el
hallazgo durante la búsqueda siguiendo las pautas características del resto de
congéneres. Así pueden prospectar enormes áreas de terreno en busca de animales
muertos sin el enorme desgaste que supondría proteger de rivales inmensos territorios.
Es más fácil defender una plaza frente a la comida mediante cortas peleas en
una rotación que oferta a la mayoría de ejemplares la posibilidad de comer. Otra
cosa muy distinta es defender el espacio de nidificación.
Valle del río Mesa 5- 1- 2013
Mientras el sol enmascara la faz del cortado calizo con un
luminoso anaranjado, me dispongo a realizar la escucha territorial del búho
real. Aunque estoy alejado del peñón de los buitres, los ejemplares, muy
desconfiados, no dejan de sobrevolarlo inquietos. Algunos se posan pero,
enseguida emprenden el vuelo. No me duelen prendas en reconocerlo, y sé, que
todo el revuelo es debido a mi presencia; cuando salimos al campo por muy buena
intención que llevemos, siempre trastornamos de algún modo la actividad de las
aves. Pero, los humanos existimos y, en gran número, por lo tanto, el estrés en
las aves asume la impertinencia de nuestra figura. Sin embargo, hay una condición
que supera el miedo al ser humano y es la defensa del espacio de nidificación,
jamás había visto nada igual. Se dice que, “a río revuelto, ganancia de
pescadores” y estos trastornos pasajeros gestan oportunidades únicas como la de
invadir un nido ajeno y la consecuente obligación de defenderlo su regente. Esta
mezcla provoca la explosiva reacción de lucha entre dos ejemplares adultos que
ya se han olvidado de mí. La primera y alborotada contienda deja plasmada la
violencia de estas grandes aves que llegan a caer desde los cinco metros de
altura en que se encuentra el nido hasta la base del cortado, ninguno sale
herido. Poco después (plasmado en las fotografías) se reaviva la batalla, el
griterío es infernal apresándose con las garras y a picotazos; la hembra
aparece pero, seguidamente, abandona el lugar temerosa de los belicosos
contendientes. El vencedor, tal como aparece en la última imagen, aguanta sujetando
boca arriba a su oponente durante unos quince minutos sin moverse. La rendición
culmina con la expulsión del invasor y su persecución en vuelo.
En esta posición mantiene el vencedor al vencido cerca de quince minutos.
Este blog tem vivências e experiências de campo as quais admiro, com as quais aprendo um pouco e que gostaria de presenciar... paciência e amor pela natureza aqui são de sobra e de verdade!
ResponderEliminarFelicitações do imenso Brasil na diversificação da flora e da fauna.
Abraço caloroso...
Curioso como sorprende la naturaleza. Es lo que me gusta de ella, es impredecible, y te regala momentos como estos cuando menos lo esperas. Gracias por compartirlos Javier.
ResponderEliminarSaludos y feliz 2013.
No debes justificar el hecho de que tus fotografías no sean de una calidad extraordinaria cuando,como en estas imágenes que nos ofrendas,el contenido de las mismas provocarían una relajación de esfínter al mismísimo Konrad Lorenz,que en paz descanse.
ResponderEliminarSi te soy franco (no Bahamonde),me provocan cierto hastío esas fotografías de bellísima factura,tan estéticas y perfectas todas ellas que,sin embargo,no suelen mostrar ningún detalle de la secreta forma de vida de los animales inmortalizados.Por eso,siempre me decantaré por los fotógrafos con personalidad que prefieren sacrificar una cierta dosis de calidad en sus instantáneas,en favor de capturar una serie de comportamientos que,en si mismos,aleccionan más que no pocas y tediosas tesis doctorales.
Por cierto...el dato ese del buitre que prende e inmobiliza a su oponente durante nada menos que 15 minutos,justifica mi comentario jocoso e irreverente sobre el maestro Lorenz.
- teca: me gusta que disfrutes con las vivencias, por que incluso, los animales más corrientes, son capaces de asombrarnos con su conducta. No había visto una pelea tan aparatosa entre buitres en mi vida; se dieron golpes y picotazos sin descanso.
ResponderEliminarUn abrazo…
- José Fidel: en vivo la secuencia impacta, lastima que estuvieran tan alejados. Está visto que no sólo en las carroñas arman los buitres dramáticas peleas.
Saludos.
Machosalvaje: me veo obligado por tu comentario a enviarte una caja de cervezas como agradecimiento por ocupar a tu modo, el lugar de mi difunta abuela, capaz de ponerme por el mismísimo cielo hablando de mi escasez de cualidades y multiplicándolas como Jesucristo los peces.
ResponderEliminarParece que hemos visto todo de los animales y te das cuenta del camino que todavía queda por recorrer. Es increíble como un buitre puede sujetar a otro e inmovilizarlo hasta, creo, darle salida para abandonar el emplazamiento del nido.
Saludos.
ResponderEliminarTRATO ECHO.
No sé muy bien porqué, pero parece que además del hambre esos comportamientos violentos son de las pocas cosas que les hacen olvidarse de la presencia de observadores humanos. Normalmente, cuando te acercas no te pierden de vista, cuando me siento observado por decenas de aves a las cuales yo también quiero observar, también se altera mi comportamiento, es diferente cuando noto que no me ven. Si se asustan y se van se pierde una oportunidad de aprender algo tan interesante como esto que nos has mostrado.
ResponderEliminarUn saludo
Si hay algo por lo que luchan los animales es por la supervivencia, y en ella no sólo entra la comida sino también un buen lugar para reproducirse, algo tremendamente importante para cualquier especie.
ResponderEliminarMe imagino lo que sería contemplar esa escena tremenda de gran violencia pero que sin embargo no terminó con una muerte sino con una expulsión.
Las fotos captan perfectamente esa lucha. Interesantísimo el reportaje.
Como bien dices, no se trata de sacar fotos que sean obras maestras, sino de dejar el testimonio gráfico que los animales nos ofrecen con su comportamiento ; y en este caso, bien ha merecido la pena visitar tu blog y ver hasta donde pueden llegar las disputas territoriales de los buitres. Es curioso el empecinamiento del que hacen gala algunos animales a la hora de defender su territorio, en este caso, para ubicar el nido. El instinto de supervivencia es muy fuerte.
ResponderEliminarSaludos
De acuerdo, las fotos no son buenas..., pero hay que ver qué bien nos lo relatas!
ResponderEliminarAún así, viendo la sucesión de la pelea y sus poses, nos damos buena cuenta de la algarabía. Además, si los has visto alguna vez de cerca, te imaginas mejor el espectáculo. Unas aves tan grandes armando jaleo! (Imagino la emoción que experimentaste, la mezcla de sensaciones que tuviste...)
Un placer darse una vuelta por aquí!
Un abrazo.
Muy interesante. De todos los seres vivos, por muy vistos que los tengamos, aprendemos cosas continuamente. Y a veces, por conocerlos los empezamos a comprender.
ResponderEliminarEn los cuadernos de campo no se hacen (generalmente) obras de arte, y nuestros blogs y la fotografía son los nuevos cuadernos de campo que en lugar de quedarse en el bolsillo de la chaqueta entre semana y semana, los abrimos para que los pueda ver cualquiera que le interese.
Saludos.
Entrada de las guapas, aprendiendo y viendo cosas buenas...bien vale cada foto que has puesto de este lance por la supevivencia.
ResponderEliminarMe resulta curioso el tiempo de sumisión del vencido...15min!!
Otra buena es robarle el nido a una ciguenia negra como se que han hecho en el sur(?) después de leer la Quercus, asi te dejas de peleas!
Saludos camperos!
- Pedro L.: es la eterna duda. No sólo interesa a veces una observación completamente limpia sin que los animales adviertan la presencia del naturalista, creo que, también, dentro de los límites en los que nos aceptan -en este caso los buitres- si es prudente la distancia interesa saber además su reacción mientras interaccionan entre ellos, aun sabiendo que estamos allí.
ResponderEliminarSaludos.
- Leodegundia: siendo sincero, me impactó bastante la pelea. Llevo toda la vida observando buitres en un lugar con muchos buitres como es el cañón de mi pueblo pero, jamás había visto una enganchada semejante con un griterío tan desgarrador; picotazos, zarpazos, revolcones. Cuando cayeron ambos ejemplares, tan centrados en su batalla particular disputando la propiedad del nido, estoy seguro que podría haberlos capturado si llego a estar cerca.
Saludos.
- Pini: la verdad es que, me gustaría haber aportado mejor material pero, es lo que hay. De estos voladores pacíficos, con infatigable paciencia para prospectar y, que padecen esporádicamente pequeñas riñas cuando disputan un lugar para solearse e incluso cuando se posa alguno por error en nido ajeno, he podido comprobar que el genio real es, no cuando hay error, que basta con desaparecer, sino el reto de otro ejemplar por apoderarse de un lugar con buenas condiciones para anidar.
Saludos.
- Transi: fue todo espectacular y extraordinario, ocurrido en un paisaje de rocas y farallones calizos donde el silencio que proporciona el final del día aumentó el sonido de aletazos y voces desgarradoras entre rivales muy entregados.
Abrazos.
- Jesús: así es, totalmente de acuerdo. No sólo han de acabar las vivencias entre amigos cercanos mediante conversaciones pasajeras, sino que, compartirlas con el resto de la gente, enriquece.
Curiosamente, en el farallón de las imágenes, donde apenas había tres parejas de estos carroñeros no habían comenzado ni a construir el nido. Cerca del pueblo, sin embargo, había ejemplares echados sobre los nidos terminados a tres kilómetros de distancia (3 – 1 -2013 cañón del Mesa).
El 10- 1- 2013, en un cortado del río Huerva pude ver el huevo en el nido cuando el buitre se acomodó.
Saludos.
- camperoinquieto: cuando las rapaces quedaron más bien enganchadas, supongo que alguna de las dos sería la primera en aflojar, y después se produjo la persecución en vuelo, viendo el tiempo que pasaban agarradas se me ocurrió mirar el resto del tiempo que pasó hasta que se separaron, el principio lo saqué de la hora que figura en la fotografía última; poco más de un cuarto de hora, increíble.
Es lo que tienen los buitres y su temprana reproducción que pueden elegir nidos de cigüeña negra, de búho real, de alimoche, de águila real, de águila de Bonelli…
Conozco un nido que fue de águila real y después fue de búho real y acabó siendo de buitre leonado; pisos de segunda y tercera mano, cosa de la inmobiliaria rupícola.
Saludos.
Bonito momento vivido. Enhorabuena por estar en el momento y en el lugar justo. Y la calidad, la nitidez, la luz o cosas de ese estilo pasan a un segundo plano al poder observar el comportamiento animal salvaje sin modificarlo, tal cual es.
ResponderEliminarUn saludo. Pablo.
Fotografiar animales en libertad es bien difícil, así que los que lo hemos intentado apreciamos este documental en lo que vale. Debio ser impresionante asistir a esta lucha en directo.
ResponderEliminar- La poza de la naturaleza: tienes razón, yo mismo, cuando veo un tema interesante, no echo mucho en falta la calidad del material sino la importancia del desenlace.
ResponderEliminarSaludos.
- Tawaki: es posible que, de haber estado mas cerca del farallón calizo, no hubiese acontecido dicha disputa al estar los ejemplares mas cohibidos.
Saludos.
En efecto el tema de la vivienda está fatal. Para nuestra deshonra. Besos.
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