Han pasado unos años desde la visita a esta maravillosa ciudad; Segovia. Inolvidable. Me marcó tanto su conjunto histórico y el casco antiguo, que no hubiera dudado en quedarme allí a vivir. Calles con edificios solariegos, gente del lugar paseando por una ciudad de lo más habitable. Habitable, por su dominio peatonal y magistrales parques de ocio en plena naturaleza.
Contemplé atónito la grandiosidad del acueducto, disfrutando cómo se erguía magno, soberbio, como un gigantesco castillo de naipes graníticos la impresionante arquería de esta obra romana.
Tampoco se dejaba ignorar la abigarrada ornamentación de la catedral gótica, con algunos rasgos renacentistas, entonces, de notable tendencia futura. Una obra de elegancia suprema construída en el siglo XVI. Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, ataviada de delicados ornamentos cincelados por ilustres canteros en todos sus costados.
Y, no hay dos sin tres; El Alcázar. Vaya distinción para el gusto tan original del arquitecto que diseñó semejante construcción de abrumadora belleza. Evidentemente, este castillo, que data de principios del siglo XII, es considerado como uno de los castillos medievales más famosos del mundo. Su belleza, según la creencia hasta nuestros días, embriagó a Walt Disney. De ahí pudo surgir el famoso icono de las películas de Disney.
Pero, todavía quedaba algo más de magia. A los pies de esta faraónica fortaleza, cursan sus aguas el río Eresma y su afluente el Clamores. Dos cursos de agua para arrullar todo el recorrido del acogedor parque de inigualable fronda boscosa, entonces desnuda, que custodia sus orillas entre pequeños escarpes.
Desde la pasarela sobre el río Clamores vi para mi asombro, al pajarillo de los torrentes; el mirlo acuático Cinclus cinclus. No me lo podía creer. Era todo un privilegio para una ciudad cabeza de provincia tener un arroyo en el parque con esta representativa especie de los cursos todavía limpios, propios de la alta montaña. Este especializado pájaro, acorralado por los hastiados ríos sentenciados por la contaminación, tenía el alimento indispensable; toda una extensa gama de invertebrados acuáticos.
Con la escasa luz, apenas pude conseguir unas fotos identificativas del especial encuentro.
No deja de sorprender que todo el montaje del acueducto se hiciera sin ningún tipo de argamasa para unir las juntas entre los bloques de granito.
Catedral de Segovia.
Bajo la fortaleza se encuentra el parque del río Eresma y Clamores.
Mirlo acuático Cinclus cinclus. Descansando sobre una de sus atalayas pétreas sobre las aguas del Clamores.
A pesar de la escasa contaminación del río, no deja de sorprender la visión de las
desagradables toallitas aferradas al arbusto en la ribera del lado izquierdo.
Cuando el dinero manda, el respeto por la naturaleza siempre queda en segundo plano, por más que algunos mandatarios se echen las manos a la cabeza por la manida contaminación y el cambio climático.
Vídeo corto del mirlo acuático en un arroyo transitado por el público.
Una ciudad magnífica, que no conozco, pero tengo en mente conocerla algún día y es que hay tanto para ver en este hermoso país que tenemos, tanto en las ciudades y pueblos como en todo lo que es naturaleza.
ResponderEliminarAsombroso el Mirlo acuático; todo un especialista a la hora de buscar comida. Es increíble la facilidad que tiene para atrapar toda clase de invertebrados en cascadas y aguas torrenteras. Bonita e interesante entrada
Saludos
No te la pierdas, no te decepcionará en absoluto. El mirlo acuático revela de alguna manera la pureza todavía estable del curso de agua. En el encajonado parque había gran variedad de pajarillos. Un lujo para una ciudad.
EliminarSaludos.
Precioso achado neste belíssimo lugar que tive o privilégio de conhecer em uma das vezes que estive no seu lindo país tão cheio de pueblos charmosos e magnífica história!
ResponderEliminarUma beleza de postagem!
Um beijo
Es una maravilla. Cualquier rincón destacaba las emociones más grandes de la curiosidad de una persona. Como he comentado, nada me dejó indiferente.
EliminarMe alegra que te gustara tanto esta ciudad. Es ideal para vivir dada su exuberante naturaleza.
Besos...
Conozco un poquito de Segovia y me gustó mucho, al mirlo también me habría encantado verlo, pero no tuve esa suerte. Gracias por las imágenes tan bonitas. Un abrazo.
ResponderEliminarA este mirlo hay que esperarlo con paciencia. A veces, se halla buceando y, aguanta bastante.
EliminarTienes otra excusa para acudir de nuevo a esta especial ciudad.
Un abrazo.
Qué maravilla cuando uno, inesperadamente, se encuentra un mirlo acuático en tramos urbanos.
ResponderEliminarTambién quedé maravillado con Segovia cuando estuve por primera vez hace muchísimos años, con nieve además para darle un toque todavía más especial.
Qué difícil es verlo ya por tramos urbanos aunque sean de zonas montañosas. A veces, la contaminación no se aprecia en las aguas que parecen claras y engañosas con los vertidos.
EliminarTambién me llamaron la atención los bandos de grajillas y de chovas piquirrojas posándose por las estructuras de los pináculos y gárgolas. Fue una imagen muy impactante.
Saludos.
Hola Javier.
ResponderEliminarEs una ciudad que junto a Toledo, que me gustaría conocer, pero, como mi mujer vivió en Madrid unos años, ya la tiene muy visitada y no hay forma de que quiera volver.
Estás ciudades pequeñas, a mí me encantan, están más integradas en la naturaleza, como es el caso también de Cuenca y Soria (me encanta ver a las ardillas corretear por el parque de la Alameda), aún así, no se libran de la contaminación, las dichosas toallitas, causan estragos, pero, poderoso caballero es don dinero.
El mirlo se ve algo lejano en las fotografías, pero muy bien en el video. Buen ojo tuviste, porque, a cualquiera, se nos hubiera pasado de largo.
Un saludo
Siempre que pueda me acercaré a esta extraordinaria ciudad. Sé que hay otras tantas de igual belleza, pero, Segovia me dejó enganchado por estas maravillas.
EliminarHe de aclarar que el mirlo de la fotografìa es el auténtico del parque de Segovia; sin embargo, el del vídeo corresponde a otro, grabado en un arroyo con mucha visita turística. Es por servirme de referencia del comportamiento de esta peculiar ave de los torrentes.
Saludos.