Tengo lugares selectos a los que me gusta
acudir a menudo. Zonas en las que encuentro la típica fauna que me apasiona.
Lugares perdidos en poblaciones pequeñas con gente amable. Nada que ver con
esos espacios naturales turísticos saturados de gente y vehículos. Uno echa siempre de menos cierto equilibrio, sin grandes molestias que mejore la habitabilidad de la población. Por fortuna, quedan muchos parajes naturales para
ofrecer ese encuentro especial que colme nuestros días de observación o de
campo sin necesidad de distanciarse tanto.
Cuando abandono la carretera, alcanzado mi
destino, me introduzco por un angosto camino hasta unos viñedos, allí estaciono
al lado de una derruida paridera. A veces, antes de llegar al aparcamiento, circulando por la
estrecha galería de lomas rocosas, cruzan a pocos metros grupos de cabras
montesas Capra p hipanica a toda prisa delante del coche. Lo hacen mediante saltos vertiginosos a la carrera, que
pierde intensidad cuando ascienden por la falda pedregosa del monte limítrofe.
Esta
última vez, pensé que el grupo caprino rodearía el paredón calizo al no
sentirse amenazado por mi presencia, dada la distancia que nos separaba. Sin embargo, haciendo gala de sus facultades
escaladoras, ascendieron precisamente por el bloque calizo central. Tal vez,
haciéndome ver lo sobradas que iban por su terreno.
Me imagino el mensaje -ni lo intentes
humano-.
Prospecto terrenos de campeo, habiéndome eternizado con una especie, lo reconozco. El búho real Bubo b. hispanus. Me llena tanto, que lo comparto con las demás del mismo biotopo. Consigo así un círculo asequible partiendo originariamente de su presencia local.
A partir precisamente, de una atalaya
del búho real he conseguido capturar con cámara
trampa a unos machos monteses que comparten dicha localización. Me parecen
unas secuencias nocturnas atrayentes por destacar las cualidades físicas de
estos ágiles trepadores.
La lluvia no los amedrenta.
Que suerte poder darte un paseo viendo esta maravilla, unos bichos espectaculares. Me ha encantado la foto del búho en vuelo del anterior post, una pasada!!! Enhorabuena Javier, un abrazo desde Castro.
ResponderEliminarEs un terreno muy agradecido en cuanto a especies sin tener que merodear tanto.
EliminarLa cámara estaba colocada para el Gran Duque, pero, se invitaron las cabras.
Otro abrazo desde Zaragoza.
Siempre creía que estos animales dormirían por la noche, pero ya veo que también andan por la rocas a oscuras.
ResponderEliminarNo comprendo como puede haber gente capaz de pegarle un tiro y, encima, a traición, a un animal tan bello,sólo por el placer de conseguir un trofeo y ponerlo en su casa. ¡ Vaya trofeo!
Una vez más, interesante entrada, por el texto y las imágenes testimoniales del comportamiento animal
Saludos
El macho que aparece en las fotografías es un triste candidato a lo que comentas. Algunos ejemplares del resto del rebaño son los que aparecen en el vídeo.
EliminarSon animales espectaculares y verlos trepar con sus pezuñas por paredes verticales es un verdadero acontecimiento. Sinceramente, cuando las veo en acción, me quedo estupefacto.
Saludos.
Me acuerdo de cuando voy llegando a alguna cumbre, veo a lo lejos cabras monteses, pero al alcanzar la cima ya no están y me quedo preguntándome por dónde narices se fueron. Y es que se meten por sitios impensables de verdad.
ResponderEliminarSaludos.
El sábado las volví a ver cuando trataban de cambiar de lugar de pastoreo y coincidimos en la bajada. Me quedé quieto en cuanto dieron la voz de alarma. Me rodearon tomando un atajo bastante más complicado que el de la ladera.
EliminarSon espectaculares.
Saludos.
Una preciosidad, he visto algunos por la Batuecas y me encantaron. Besos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Teresa, uno no deja de mirarlas hasta que desaparecen.
EliminarBesos.
Enquanto dormimos, tantos seres espetaculares se movimentam e vivem de maneira tão linda e maravilhosa! A natureza a cada dia mais me encanta e me completa, assim como as entradas desse magnífico blog!
ResponderEliminarObrigada pela partilha e por tão importância que você dá a nossa amada mãe natureza… sem esse detalhe, eu não poderia imaginar tamanha atuação. Obrigada!
Um beijo
Que conste que, en esta ocasión, a pesar de ser yo quién ve primero las imágenes, todos las acabamos viendo gracias a esta estupenda tecnología que nos pone estas maravillosas secuencias a nuestro alcance cómodamente.
EliminarGracias por tu gran capacidad de asombro.
Besos...
Da gusto salir por lugares poco frecuentados, siempre nos sorprende la fauna con su presencia. Un abrazo.
ResponderEliminarEs cierto, no hace falta alejarse mucho de un lugar para disfrutar de las especies más espectaculares cuando se da la oportunidad.
EliminarUn abrazo.
Hola Javier.
ResponderEliminarSi se va en unas horas determinadas, son fáciles de localizar. El domingo estuve caminando por el barranco de las Almunias (a cinco minutos de mi casa) y me salieron un grupo de 7-8, que me vieron, pero lo único que hicieron fue subir un poco por la ladera. Yo me senté en un piedra y los estuve fotografiando, luego seguí mi camino y ellos se quedaron donde estaban.
En los últimos años, han proliferado mucho por los montes cercanos a la ciudad.
Un saludo
Están bastante acostumbradas a la presencia humana y, por ello, se les pueden hacer buenas fotografías. Confían en su capacidad de ascenso por las rocas y zonas inestables de terraplenes altos para escapar. Su velocidad en terrenos con orografías complicadas es su mejor aliada.
EliminarCierto, se dan avistamientos muy cercanos a la ciudad, al igual que los corzos.
Saludos.