lunes, 24 de septiembre de 2018

Las dos caras del mochuelo




En lo alto de postes, tejados, promontorios y ruinas el mochuelo Athene noctua monta la guardia. Cada altozano supone un pedestal soberbio para la ilustre nocturna.
No se esconde de los peligros del día, aunque su atención es permanente. Enumerar a sus enemigos sería casi una tarea interminable. Su querencia por las zonas culminantes resulta un tanto contradictoria teniendo en cuenta sus hábitos nocturnos. El mochuelo cuando dormita lo hace complacido. Seguro de algunas aves del entorno, como estorninos negros y gorriones, que avisarán con sus voces de alarma cuando haga aparición cualquier rapaz, sobre todo el fugaz gavilán en vuelo de caza.
Como prácticamente todas las especies, el mochuelo necesita del sol para absorber la vitamina D encargada de metabolizar el calcio (entre otras utilidades del sol). Sin embargo, el sol bien puede tomarse desde un lugar mas seguro sin exponerse tan procazmente.
Los sesteos del mochuelo son breves como los de cualquier rapaz nocturna, y las disputas de gorriones y estorninos, también pueden perturbar su descanso sin tratarse de una señal de peligro inminente.


Fijaos en la escasa diferencia al primer golpe de vista entre la faz del mochuelo (arriba) y la nuca (abajo); da el pego con su "falsa cara". 



Después de tantos aguardos mirando la silueta del mochuelo recortada con descaro en puntos altivos y, conociendo el riesgo de dicha acción, me pregunto si el extraño dibujo de la nuca semeja una falsa cara. Una faz accesoria, de aviso para el cazador de turno mientras nuestro mochuelo está de espaldas, dando a entender a su enemigo que su ataque será en vano al haber sido descubierto. Así, durante los escasos segundos que dura su somnolencia ante la duda engañosa, podrá el mochuelo girar su verdadero rostro y calcular para escabullirse de la muerte a su refugio mas seguro. 


Las mismas imágenes mas ampliadas del mochuelo mirando de frente y...


...de espaldas con su característico dibujo 


La somnolencia al mochuelo en lugares elevados, muy visibles, le genera de vez en cuando algunos sustos. 

Abajo una falsa alarma; los ojos entreabiertos, el plumaje ahuecado y la garra recogida desaparecen en cuestión de milésimas de segundo, adoptando una figura completamente diferente por el estrés de la situación.



Ilustraciones extraídas de la Guía de aves , España, Europa y región mediterránea de Lars Svensson, Killian Mullarney y Dan Zetterström; Ediciones Omega. 

La falsa cara en la nuca es una realidad que no deja indiferentes a los observadores de esta especie. Algunos invertebrados utilizan falsos ojos para intimidar a posibles enemigos. Quizás, la del mochuelo sea otra estrategia similar, tal vez para despistar. 
En fin, todo un enigma...





17 comentarios:

  1. Instructiva entrada, como es habitual, que descubre y recoge en unas bellas y oportunas imágenes una particularidad bien interesante del mochuelo.

    Oda (licencia de quien suscribe) sobre Athene noctua:

    Vigilante rapaz que con arrobo dormitas mientras vitamina sintetizas, mira que tu natural treta de cara en nuca no sea descubierta por quien medra y llegues tarde en tu alerta.

    ¡Oh, mochuelo con chute de adrenalina!, comprende que una vez segregada, y de quien pudiera atacar amagada resulte la fiesta, queda y lo que desde luego hace es interrumpir tu siesta.

    Un abrazo, Javier

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    1. El mochuelo, el pequeño nocturno mas simpático posado en lo mas destacado de cada lugar y, diminuto gato de la noche.
      Que buenos momentos me hace pasar esta rapaz cada vez que le dedico tiempo indefinido.
      Un abrazo Carmar.

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  2. Muy bien descrito y explicado, tiene todo lo necesario para provocar el espíritu de protección hacia esta especie tan emblemática, enhorabuena y saludos strígidos.

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    1. Desde luego Fernando. Hay tanto por hacer y, tanta gente indiferente con su protección que desmoraliza a cualquiera.
      Espero que no perdamos las fuerzas y sigamos dando la murga con la importancia de todas las especies en sus respectivos biotopos a todos aquellos que no parecen enterarse.
      Saludos Nando.

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  3. Es una auténtica pasada lo de la doble cara del mochuelo, la naturaleza es increíble. Buen reportaje Javier, enhorabuena. Por cierto, después de años en acusado declive en el oriente de Cantabria, este verano ha sido un auténtico boom para los mochuelos, reocupando muchos nidos históricos y sacando polladas en todos. Un abrazo!!!

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    1. Que buena noticia me das Germán. Levanta muchísimo el ánimo saber de la recuperación del mochuelo.
      Espero que nuestro pequeño y atento mochuelo siga llenando el espacio que le ha sido arrebatado para deleitarnos con su típica voz gatuna.
      Un abrazo Germán.

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  4. Me fascinan dos cosas, que la evolución haya sido capaz de crear esa cara disuasoria y que tú encuentres mochuelos como si fueran coches. Yo podría estar décadas buscándolos sin hallar ninguno. Vaya baño de sol que se está dando el amigo...

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    1. Bueno, hay unos lugares mas favorables que otros, y por donde me muevo, por fortuna, se ven bien por las mañanas soleándose.
      Es cierto que unas personas son mas agraciadas que otras a la hora de ver determinadas especies; sin embargo, el cómputo final de observaciones también tiene el capricho de equilibrar esas diferentes especies vistas por cada observador. No todas las aves se nos dan bien a los naturalistas a la hora de localizarlas.
      Saludos.

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  5. Nunca me había dado cuenta de esa falsa cara que semeja la nuca del mochuelo, aunque a decir verdad, tampoco he sido capaz de verlo en esa postura; sí, en cambio, cuando te mira fijamente con esos enormes y preciosos ojos , a muy corta distancia. Interesante entrada, de la que he aprendido cosas muy curiosas.
    Saludos

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    1. A pesar de ser una hipótesis, el dibujo es tan descriptivo que genera esa visión útil para entender que una rapaz con el hábito tan extraño y sorprendente de exponerse en zonas altas bajo la presión de ciertos enemigos, pueda dormitar con tanto placer y confianza.
      No deja de sorprenderme el gallardo mochuelillo.
      Saludos.

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  6. Graciosa e instrutiva entrada, Javier.
    Também passo deliciosos momentos quando me deparo com as corujinhas habitantes do parque que costumo frequentar aos domingos...
    Um beijo

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    1. Esas coruhinhas habitantes de los suelos, quizá no necesiten una falsa cara por tener sus madrigueras muy cerca del lugar donde se solean.
      Son preciosas también.
      Besos...

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  7. Ayer mismo estuve oyendo los maullidos del mochuelo en un olivar en el que también sobrevive aún el alcaraván. Me ha llegado a engañar alguna vez la falsa cara cuando los veo desde lejos, desde luego que funciona haciendo creer que te están viendo.
    ¡Saludos!

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    1. Es tan curioso ese dibujo en la nuca que, desde cualquier punto de vista, invita a crear teorías como la presente.
      Quién sabrá la realidad; sin embargo, el careto postizo, cada vez que lo veo, me deja perplejo.
      Saludos.

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  8. Hola Javier.

    Muy bonitas las fotos del mochuelo, que nos muestran el detalle de la "falsa cara" que nunca me había fijado y que seguro sirve para despistar a las rapaces.

    Un saludo.

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  9. Por lo menos, esa es la impresión; la evolución tiene la última palabra.
    Saludos.

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