Quero quero Vanellus chilensis
No hablaré de un parque ajardinado concreto, sospecho que a
lo largo y ancho del territorio brasileño abunda la gente respetuosa con los
animales que los habitan, lo he podido comprobar personalmente. Quiero pues,
generalizar con estas imágenes lo que podría representar cualquier espacio de
ocio para pasear y disfrutar del verdor de la naturaleza, donde la gente camina
ejercitándose, precisamente, junto a éstos simpáticos acompañantes emplumados.
En realidad son muchos más los compañeros que uno se
encuentra caminando pero, me centraré en estos tres: quero quero, coruja buraqueira y sabiá do campo, por ser casi, los mas vistosos del parque.
Escondidos entre el negro plumaje del babero posee unos espolones rojizos muy afilados que nacen del vértice flexor exterior del ala, con ellos combate a sus enemigos y a congéneres rivales.
Mientras la hembra incuba el macho busca alimento y monta la guardia
Hembra incubando en un espacio ajardinado. Me cuenta Teresinha desde Brasil que ya tiene a sus polluelos rondando por la hierba vigilados por sus progenitores.
El quero quero Vanellus chilensis es un ave campestre de áreas abiertas
naturales y urbanas cerca de zonas
húmedas. Este charadriiforme mide 37 cm y pesa unos 277 gramos. En el parque,
mientras su consorte incuba se dedica a buscarle alimento; invertebrados
acuáticos, artrópodos y moluscos terrestres. Cuando entra algún ave en su
territorio la ahuyenta escandalosamente y con furia. Por ello, guardo una
distancia prudente, no me gustaría traspasar la línea de seguridad implantada
por ellos y ser víctima de sus ataques; ni las personas estamos exentas de sus acometidas.
Coruja buraqueira Athene cunicularia asegurándose que no hay peligro para salir del cubil
Expresión de la coruja ante la llegada del sabiá do campo
Esta vez el sabiá pasa de largo...
Pero...cuando el sabiá hostiga contundentemente, la coruja se refugia
Sin embargo, la
coruja buraqueira Athene cunicularia es mas tranquila. Es un ave
Strigiforme de la familia Strigidae con una altura de unos 23 cm, bastante
similar a nuestro mochuelo Athene noctua. Me ha gustado pasar un buen
rato observándolo en el parque, siempre atento al paso de la gente de la que
muestra poco temor. Monta la guardia cerca de su cado, que es un hueco bajo
tierra, sea éste natural o artificial; el segundo ejemplar tenía su madriguera
en un registro eléctrico de hormigón. Esta rapaz, principalmente diurna, puede
compartir la cueva con roedores mas grandes o tortugas de tierra. Se alimenta
de insectos, roedores, anfibios y reptiles que captura en la superficie.
Ambos progenitores
se ocupan de la cría de su prole. Son muy osados en la defensa de su
descendencia, pudiendo lanzarse contra perros, gatos y personas que la pongan
en peligro pero, sin llegar al contacto físico.
Sabiá do campo observando como un saltamontes escapa entre sus patas
Finalmente el sabiá
do campo Mimus saturninus; un ave passeriforme de la familia Mimidae de
23 cm de altura y 73 gramos de peso. Es un gran imitador de voces como el
estornino negro Sturnus vulgaris. No tiene dimorfismo sexual.
De alimentación
omnívora, consume principalmente invertebrados y frutos silvestres. La ingesta
de frutos cultivados también entra en su dieta, así como huevos y pollos de
otras aves de menor tamaño. En algunos frutos las semillas no son digeridas y al
excretarlas el ave actúa como dispersora de la simiente de determinados
árboles.
Curiosamente, a
pesar de ser habitual compañero de personas en parques, jardines y zonas
urbanas los anilladores que capturan a estas aves para marcarlas desistieron de
tal función al descubrir que son
extremadamente sensibles al estrés llegando incluso a morir; algo similar
ocurre con nuestro pito real Picus viridis.
Este pájaro al que
veía pulular en busca de insectos cerca de mí, arremetía con furia contra la
reflexiva coruja buraqueira mientras observaba el paso de humanos a escasa
distancia.
Me faltaba por ver
este pequeño mochuelo y, reconozco que tiene mucho en común con el europeo; el
primero vive en sótanos y el nuestro en pisos a diferentes alturas; también los
hay en oquedades a ras de tierra.
Otro ejemplar de coruja buraqueira
Coruja buraqueira habitando la caja de registro eléctrico hecha de hormigón. Por un acceso la rapaz penetra en caso de peligro
Muy bonito el quero quero y muy guapas las fotos
ResponderEliminarun saludo
javi
Soy consciente de la enorme belleza de todos los animales del mundo. Tengo claro Javier que si tienes posibilidad de viajar, lo podrás comprobar por ti mismo.
EliminarMe alegra que te guste la selección de mascotas libres.
Saludos
Me alegra que hayas disfrutado de estas aves tan comunes, también donde vivo seguramente a más de 1500 km al sur de donde has estado. Los teros como dices son de lo más agresivos y en el campo sirven para alertar de posibles intrusos. Las calandrias también son muy comunes. Las lechuzas también lo son pero no tanto como los anteriores. De todas esas especies he logrado muy buenos acercamientos, se suelen acostumbrar a la presencia humana en sitios poblados y sus alrededores, son especiales para lograr buenos retratos
ResponderEliminarSaludos
Sinceramente, tratándose de animales, disfruto tanto como con las aves europeas. Y, con estas tres, tan "dóciles" por su permisividad en el acercamiento, mucho mas.
EliminarHe podido comprobar la agresividad de estos peculiares charadriiformes y he quedado prendado por su reacción ante invasores de su territorio. La verdad es. que uno se puede quedar sentado todo el día en el banco del parque y disfrutar del comportamiento de estas entrañables aves de compañía.
Saludos.
Recordé que tenía algunas fotos de quero quero como le dicen en Brasil, aquí para nosotros es tero.Fijate como he logrado acercarme a uno de ellos empollando, siempre agachado y con movimientos lentos
EliminarEstas son con teleobjetivo: http://avesbonaerenses.blogspot.com.ar/2014/09/tero-empollando.html
Estas con el 18-250 al día siguiente, tan cerca estuve que si quería podría intentar tocarlo con mi mano: http://aves-argentina.blogspot.com.ar/2014/09/tero-empollando.html
Esto es lo más que me he podido acercar. Si están acostumbrado a ver gente toleran bastante, en el campo no son fáciles, salvo que te metas en un escondite, por ejemplo he podido tomar esto con teleobjetivo: http://avesbonaerenses.blogspot.com.ar/2014/03/retratero.html
Esa un ave tan común que no le prestamos atención, siempre vamos por las menos comunes pero siempre vale la pena retratarlos si uno los tiene cerca
Son unas fotos estupendas las que presentas.
EliminarPor tener un guiño o detalle con el país visitado me gusta ofrecer el nombre que allí se estila, creo que es lo mas acertado. Si tuviera ocasión de visitar Argentina no me olvidarè del tero, seguro que no me canso nunca de él.
A veces, mas bien pocas, me salen fotos buenas pero, no me considero fotógrafo, prefiero los prismáticos y el telescopio como observador. Soy consciente de reconocer que a veces las fotos documentan mediante la imágen observaciones excepcionales.
También, me cuesta mucho acercarme a las aves que están anidando para no interferir en su conducta y poder presenciar sus reacciones ante otras especies.
Disfruto mucho con aves comunes por su docilidad, siempre tienen algo que aportar a quien las mira con detenimiento.
Saludos.
Las fotos son preciosas, me encantan. Besitos.
ResponderEliminarMe alegra que te gusten estas preciosas aves.
EliminarSaludos
Menudas fotazas y preciosa entrada. Saludos desde Cantabria.
ResponderEliminarSon las aves en realidad las que llenan las fotos con su maravilloso porte.
EliminarSaludos
Bonitas fotos y observando estas aves, encuentro cierta similitud con algunas de por aquí. Así, el Quero, me resulta muy parecido al Avefría, aunque algo más " larguirucho ", la Coruja, parecida al Mochuelo y el Sabiá, aunque el colorido no es igual, pero la silueta y el comportamiento, me recuerdan al Arrendajo.
ResponderEliminarLo mejor de todo, que en cualquier lugar del mundo, encontramos aves a las que podemos admirar y sentirnos a gusto en su compañía.
Saludos
Así es Pini, el quero realmente es una avefría pero con mucho mas mal genio que la nuestra. Además, tiene unos espolones con los que impone mucho respeto. Nuestro mochuelo en la nuca tiene una preciosa "V"blanca muy destacada del que la coruja carece pero, ambos tienen la misma mirada curiosa que nos hace admirarlos.
EliminarY, como dices, en cualquier lugar del mundo podemos disfrutar de una biodiversidad con la que sentirnos completamente satisfechos del milagro de la vida.
Saludos
Menudos acercamientos, lo que más me gusta de estas fotos es lo que he visto en otros reportajes del continente americano en general, cuando se nota a las aves tranquilas en lugares donde la gente no las importuna y, ni mucho menos, amenaza su existencia.
ResponderEliminarMientras tanto, en España, saldrían volando a la más mínima porque ya habrían aprendido que aquí les metemos escopetazos porque sí, se nota mucho cuando ves el comportamiento de aves como la garza real según el país donde vivan.
¡Saludos!
Ya lo sabes, molan tanto como tu ardilla y tu arrendajo. Me pirran estas escenas de animales que han descubierto las zonas de merenderos para darse vidilla. Por supuesto, no pienso renunciar a ellos por el maravilloso juego que aportan a la observación.
EliminarQue razón tienes, aqui hay buena gente pero, desgraciadamente abundan los carnuzos y cretinos, además de la falta de educación con el resto de paseantes en el monte y parques.
Estos tres, bueno, cuatro elementos, ya que los mochuelos son dos ejemplares difetentes, me hicieron pasar un rato extraordinario y todos guardamos la distancia de seguridad jaja...conocidos si, pero que corra el aire.
Saludos.
Muitas das vezes, o mais comum é o que mais preenche a vida... que mais faz companhia.
ResponderEliminarEntrada fenomenal, homem! As fotos estão preciosíssimas! Que charme a corujinha de olhos fechados...
Beijo.
Estimada Teca, entiendo perfectamente el afecto tan profundo que tienes por estas escenas tan cotidianas con aves tan comunes pero, no menos admirables. Sé que estás encantada y entiendo que vivas con intensidad como yo estos regalos de la naturaleza.
EliminarUn abrazo...
El sabiá do campo Mimus saturninus, se parece mucho a la tenca chilena (son del mismo género). Soportan muy bien nuestra cercanía, sospecho que ese es uno de los secretos de su éxito. El quero quero es una de esas aves inolvidables, tienen una presencia poderosa. Son muy altivas. ¡Qué suerte verlas durante su incubación!. La verdad que un paseo por un parque en Latinoamérica a los que vamos desde Europa nos da para mucho, montones de especies diferentes.
ResponderEliminarUn saludo
Los había visto la primera vez que fui a Brasil pero, como siempre, parece que fuera la primera vez y, es que a mí me encantan no sólo las rarezas o ver especies diferentes sino, sobre todo, ver escenas en las que interactúan las aves tan cerca de uno. Eso vale lo indecible.
EliminarMe faltan muchas especies por ver pero, si puedo, espero tener la posibilidad de viajar más. La vida es un trecho mas o menos largo al que no hay que dar descanso.
Saludos
Preciosas fotos. Siempre he admirado la valentía con las que algunas especies defienden a su progenie, sin importarles enfrentarse a alguien mucho mayor y peligroso que ellos.
ResponderEliminarEstas que a primera vista resultan dóciles cambian radicalmente si están con su progenie. Si se acerca algún humano serán atacados con vuelos intimidatorios.
ResponderEliminarSaludos.