Musaraña común (Crocidura russula) buscando alimento en el
mes de Diciembre. Pelegrina (Guadalajara)
Las musarañas pertenecen a la familia de los sorícidos,
micromamíferos con un desarrolladísimo olfato pero, con una capacidad visiual
muy mermada. Nada tienen que ver con ratones, ratas y topillos ya que son
insectivoras, por lo tanto, emparentan con erizos y topos de similar alimentación.
Debido a su voracidad acusada por un metabolismo muy acelerado, pueden incluso,
dar muerte a vertebrados como ranas, lagartijas o ratones; éstos últimos por su
tamaño, serían consumidos parcialmente. La prisa programada por la necesidad
imperiosa de hallar alimento, hace latir su corazón entre 700 y 1200 veces por
minuto, capaz de aguantar el ritmo tan acelerado que supone alimentarse de
forma constante. Unas pocas horas sin comer les supondría a muchas especies de
musarañas una muerte segura. Por ello, las prisas convierten a estos
microinsectívoros en víctimas fáciles para determinados predadores, ya que han
de bajar la guardia arriesgándose a ser vistas en sus precipitadas incursiones
camperas.
Me fastidia bastante encontrar más musarañas muertas que
vivas. Muchas de ellas, son presa de predadores que las capturan y abandonan
seguidamente debido a su mal sabor. Ello es debido a unas glándulas situadas a
ambos lados del cuerpo, productoras de una secreción almizcleña insoportable al
paladar. No parece afectar a las rapaces nocturnas, destacando la lechuza, que
no desdeña ningún micromamífero.
Pero, ¿qué supone para las musarañas librarse del predador
después de muertas? Para la opinión científica, es el mensaje inolvidable del desagradable
recuerdo que dejan a su enemigo. Es probable, que sean confundidas con
roedores, sin embargo, el carnívoro que haya probado una musaraña, no repetirá fácilmente
el error de capturar a otras de su especie. Teoricamente, supone una ventaja
para la estabilidad poblacional de estos sorícidos.
La Ley
de Murphy es caprichosa. No sabremos nunca si el predador, acaso frustrado por
el insoportable regusto de la presa, no sólo acabara con su vida, sino que
sumara perversamente la mala idea de vaciar sus intestinos sobre el cuerpo de
la víctima.
Musaraña común (Crocidura russula) abandonada por un
predador a un lado del sendero hacia el pueblo de Calmarza (Zaragoza). El
excremento podría pertenecer a una garduña.
A mí siempre me ha llamado la atención lo diminuta que es esta especie. Hace bastante tiempo que no veo ninguna.
ResponderEliminarSaludos
No resulta sencillo verlas a plena luz del día, pero sí cuando cae la tarde.
EliminarSaludos.
Tengo la mala suerte de saber de su existencia sólo por ejemplares muertos.
ResponderEliminarLa idea de defecarles encima me ha recordado a cuando los zorros se orinan encima de los erizos que se hacen una bola de púas para no ser comidos, como si les diera muchísimo coraje.
¡Saludos!
No sólo vi esa musaraña, la cual me llamó la atención por el excremento, sino que, el día anterior hallé otra muerta sobre la roca.
EliminarQuién sabe Carlos, lo que maquinarán en sus cabezas estos predadores tan taimados. Bendito misterio.
Saludos.
Hola Javier ! Qué animalito tan singular, tiene que estar comiendo en forma continua, casi sin detenerse, según tengo entendido, si no moriría en pocas horas. Tiene un metabolismo totalmente exigente.
ResponderEliminarLo que no sabía era lo del olor que despiden sus glándulas.(lástima pobrecillas, ser muertas para nada, y encima despreciadas de esa manera, por su depredador.....)
Gracias por la información.
Un abrazo.
Bueno, el ejemplar de la imagen sirve como cabeza de turco para el resto de musarañas, cuya muerte, advertirá al mismo predador de que no es una presa agradable y podrán salvarse muchas, precisamente, por ese mal recuerdo que dejará en su memoria.
EliminarAbrazos.
Que lástima... mortas para nada. Mas será que nem os urubus as comeriam? Talvez não, porque estão sempre cheias de fezes.
ResponderEliminarBeijos.
No sé si un zopilote tendría menos reparo en comerlas pero, son tan pequeñas que no las verían. Sus comensales serán insectos necrófagos, si antes no la han visto las avispas que actúan cuando la carne es reciente.
EliminarUn abrazo...
Uno de los mamíferos que más me fascina. Con ese manto tan brillante y suave... No tenía idea sobre su mal sabor. La pena es que su olor no disuada antes de que se verifique la tragedia... Besos.
ResponderEliminarSeguro que el predador que la mató no volverá a repetir el error. De ahí sale el beneficio para futuras musarañas.
EliminarHe cogido algunas y, sí, son muy suaves pero, meten unos bocadillos jaja...
Saludos
Muy interesante, no sabia lo del sabor.....este verano vi tres crias esscondidas en un seto...
ResponderEliminarSaludos camperos!
Que suerte, no he tenido posibilidad de ver la descendencia de estos micromamíferos.
EliminarSaludos.
¡Qué curioso! Defecar sobre una posible víctima que no se ha podido comer por su mal sabor. Es como si la garduña hubiese querido aclarar que la mató ella, o quizás la probó y le dió rabia, ja, ja, qué interesante.
ResponderEliminarUn saludo
No puedo garantizar si el causante de su muerte fue el mismo que defecó sobre la musaraña pero, quién sabe lo que sucedió entre el marcaje de un punto y la frustración de un bocado maldito: no sabremos lo que maquinaba en su cabeza el predador después de probarla.
EliminarSaludos.
Siendo de costumbres nocturnas también es normal que no se vean fácilmente vivas, pero es verdad que se encuentran muertas mucho más frecuentemente que otros micromamíferos.
ResponderEliminarSaludos
Bueno, es un decir pero, las que he visto, que recuerde, ha sido por el día a partir del mes de septiembre. Tal vez sean jovenes inexpertos de la segunda o tercera camada.
EliminarUna vez comiendo con mi hija pequeña sobre la hojarasca (hace unos añitos 1-11-1995), una musaraña iba recogiendo bajo las hojas, los trocitos de tortilla que se desprendían del bocadillo. Fue una pasada y unas secuecias fascinantes e inolvidables.
Saludos.
Son unos bichillos encantadores, lástima del ejemplar de las fotos.
ResponderEliminarEstás en lo cierto respecto a la magia de estos minúsculos predadores de invertebrados. Espero tener mas ocasiones para hacerles fotografías en vivo.
EliminarSaludos.
Excelente análisis y descubrimiento, como siempre. Un saludo
ResponderEliminarGracias por la visita Pablo.
EliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBueno Fernanada, creo que habría que buscar qué especies no son enemigas de las musarañas, puesto que tienen por todos los rincones: rapaces diurnas, nocturnas, zancudas, reptiles, mamímferos etc...
EliminarGracias por pasar.
Interesante la musaraña, como se dfiende incluso después de muerta. ¿Por qué se dira´"estás pensando en las musarañas"?
ResponderEliminarUn abrazo.
De algo tiene que servir al predador el mal sabor de este diminuto microamífero, aunque favorezca a terceros.
ResponderEliminarEn español existe la expresión estar pensando en las musarañas que alude a alguien que está distraído.
Saludos y perdona el retraso.