No conviene ceñirse exclusivamente
a las especies ibéricas si queremos ampliar nuestros conocimientos ornitológicos,
por lo tanto, de vez en cuando, merece la pena estar al tanto de otras especies
del resto del mundo muy interesantes también.
El nombre de chupamieles, melero,
ave azucarera y otros tantos nombres más como se conoce a esta especie en Sudamérica,
hacen clara referencia a su principal alimento; el néctar.
Mide unos 11 centímetros con
un peso de unos 10 gramos
y es el único representante de la familia Coerebidae.
Como su pico es relativamente
corto, la práctica no exenta de picardía le obliga a perforar el cáliz de la
flor para alcanzar el ansiado néctar. Para ello, realiza todo tipo de
acrobacias y posturas necesarias en las plantas al estilo de los páridos, para
conseguir tal fin. Es un asiduo visitante de los depósitos artificiales de agua
azucarada que se instalan para colibríes y, de los comederos con restos de
fruta. Su preferencia por los plátanos le ha dado el nombre en inglés de
bananaquit.
Debido al contacto frecuente con el
pegajoso néctar, se bañan con más frecuencia para mantener el plumaje aseado.
Es muy peleón y, cuando se desafían
dos machos, pueden llegar a engancharse hasta caer al suelo; tan mal genio como
el gorrión común que, incluso después de caer, la pelea no cesa hasta la
retirada de uno de los contendientes o, por el paso de algún intruso.
Es un ave forestal con buena
capacidad de vuelo. Si es necesario, atraviesa los claros del bosque para
desplazarse en busca de su alimento preferido, sin desdeñar árboles solitarios cuando
están repletos de flores o, para utilizaros como atalaya para acceder a las
flores de los prados.
Este pájaro nectarífero ha sabido
aprovechar uno de de los reductos más productivos y seguros para habitarlos con
comodidad; me refiero a los espacios antropógenos. Allí encuentra todo tipo de
flores en jardines urbanos y, protección ante posibles predadores.
Es habitual en ciudades tan grandes
como Río de Janeiro y Sao Paulo. Se distribuye por Centroamérica y Sudamérica;
falta en Chile.
Realmente bonita esa ave y como bien dices, está bien conocer animales de otras partes del mundo, pues los de por aquí, ya los tenemos más vistos o siempre nos será más fácil verlos.
ResponderEliminarSaludos
Ah... é o sebinho... o passarinho que acompanha o beija-flor para sugar o néctar das flores, ou até mesmo chupar aquela aguinha das garrafinhas que as pessoas penduram nas varandas...
ResponderEliminarAs fotos ficaram preciosas... muito linda a chiquita. :)
Beijo carinhoso.
Hola
ResponderEliminarVaya qué interesante una ave con mis mismos gustos, yo también soy muy dulcero. De todos modos en la naturaleza comer mucho azúcar es todo un lujo al alcance de muy pocas especies. A nosotros lo malo es que nos afecta a la dentadura, al cambacicca seguro que eso no le preocupa.
Un saludo
Bonita ave, es bueno tenerte el seguimiento ya que así podemos acercarnos a estas aves que sin duda quizás nunca veremos en vivo, saludos.
ResponderEliminar- Pini: sé que a veces, nos apalancamos con las especies más cercanas y, algunas europeas cuando hay citas interesantes durante las olas de frío. Ahora, cuando se viaja un poco, ves que todos los animales tienen vida, costumbres y una biología de lo más interesante también. Nunca está de más conocer fauna nueva venga de donde venga.
ResponderEliminarSaludos.
- teca: es una gozada tener esos comederos con líquido azucarado para atraer tantas y variadas especies de aves maravillosas que deleitan la mirada del contemplador de estas criaturas tan activas.
Lo que daría yo por tener uno con todas esas aves tan coloridas.
Un abrazo…
- Pedro L.: a mí me pasa lo mismo pero, igual disfrazados con unas alas postizas daríamos el pego para saquear los depósitos.
Estamos perdidos Pedro, vayas donde vayas, España para el tema de los dulces es una potencia inigualable. En fin, el tiempo dirá. Como decía aquél; hasta que la dentadura aguante.
Saludos.
- Lynx: pues tienes razón. Hay un ave que conocí en un libro de aves americanas a la que dedicaré otra entrada, que construye unos nidos de barro muy elaborados. Cuando llegué a Brasil y la vi, quedé prendado de esta ave tan emblemática.
Saludos.
Interesante como se cuida este bicho tan goloso. Saludos
ResponderEliminarbuenos datos sobre el cambacicca, sabrosa su comida, y bien aprovechados esos momentos que to dió
ResponderEliminarsaludddddd
- Pablo: que bien viene, de vez en cuando, conocer más variedad de aves.
ResponderEliminarQue sean todas bienvenidas.
Saludos.
- Tomás: me las vi un poco chungas para seguir al pajarito que, como los páridos, no paraba ni un momento.
Saludos.
Un ave muy interesante, nunca había oído hablar de ella. Me encanta que intercales aves de otros lugares.
ResponderEliminarHay mucho, mucho animal fantástico en cualquier lugar del mundo para deleitarnos con sus pautas de conducta, sus colores, su voz…
ResponderEliminarEn fin, un mundo espectacular de naturaleza.
Saludos Abedugu.
Hola saludos las hembran tambien cantan como el macho son aves muy lindas.
ResponderEliminarSin duda, muy bellas.
ResponderEliminarGracias por pasar José.
Saludos