martes, 6 de marzo de 2012

Gallipavo (Cathartes aura) y Zopilote (Coragyps atratus)



Colgadas del cielo sobre el extenso manto vegetal selvático, observé el vuelo de unas rapaces de tamaño medio. Planeaban ligeras, con la pericia de expertas aves veleras. Es el planeo una clave específica para unas aves que precisan realizar largas prospecciones en busca de la escasa carroña, su alimento básico. Hallarla no es muy complicado, puesto que cuentan con la ayuda de una vista poderosa y la capacidad de planear sin descanso sobre corrientes térmicas, ahorrando con ello, gran cantidad de energía.



Estos datos, sin duda, simbolizan a los buitres, y, entre ellos, están los gallinazos, buitres ligeros de la familia de los Catártidos. Recuerdan, de ahí el nombre de gallinazos, aunque de manera lejana, a una enorme gallina. De todos modos, no va tan desencaminado el nombre con el que se les conoce, ya que algunos especialistas, afirman que están lejanamente emparentados con las Galliformes, donde se incluyen entre otras muchas especies, los pavos, las perdices o las gallinas. Estas afirmaciones se basan en ciertos rasgos de su anatomía, como la forma y la disposición de los dedos de las patas y en algunas pautas de su comportamiento.



El gallinazo, gallipavo, aura o buitre pavo (Cathartes aura) es un buitre del Nuevo Mundo con un tamaño similar al del alimoche (Neophron percnopterus). Son por su tamaño medio muy maniobreros y muy efectivos para detectar pequeños animales muertos, moribundos o heridos, a los que son capaces de dar muerte. Pueden robar además, pollos de otras aves. Cuando las presas son mayores han de esperar a que otros carroñeros superiores en fuerza les dejen las sobras, pero, con ayuda de su aguzado pico en forma de pinza cirujana consiguen arrancar esas briznas de carne sujetas a los huesos, donde los grandes no llegan. Si la carroña escasea, son capaces de alimentarse de deshechos de origen vegetal como frutos. El buitre leonado (Gyps fulvus) ingiere algunas plantas, tal vez, con objeto de limpiar su aparato digestivo.



Este gallinazo tiene la cabeza rojiza, sin plumas; pico blanco y unas narinas con formas parabólicas poseedoras de un agudo sentido del olfato (según algunos autores), al parecer, capaz de captar en vuelo los efluvios de animales muertos. La vista juega un papel fundamental, como en los buitres del Viejo Mundo que, por contra, son anósmicos. Su peso es de 1000 a 2000 gramos y una altura de 68 a 81 centímetros. Tiene un plumaje irisado que resalta de su plumaje pardo oscuro.



Aunque es habitual de las pampas, lugares deforestados, rastrean también zonas boscosas. Llegada la noche, se agrupan con otros ejemplares en árboles dispersos de las llanuras. Al inicio del nuevo día cada uno prospecta por separado, juntándose en las carroñas de ganado donde disputan con otras especies y congéneres el difícil ejercicio de comer.


Gallipavo (Cathartes aura)


Alimoche (Neophron percnopterus)






Siluetas en vuelo de gallipavo.

ZOPILOTE (Coragyps atratus)

Son similares en tamaño y morfología a los gallinazos pero, mucho más abundantes. Se les conoce también con el nombre de zamuro, cuervos negros, zopes, jotes, buitres negros y urubúes, miden de 58 a 66 centímetros de altura. El pico del zopilote es algo más fino que el de los gallinazos y su cabeza y cuello están desnudos con una extraña rugosidad en la piel que es de color grisáceo oscuro. Presentan por lo general un aspecto sucio, ya que suelen tener el plumaje manchado de excrementos, además, es conocida en ellos una práctica que consiste en dejar que las deyecciones manchen sus patas. Este método (urohidrosis) es interpretado como una táctica utilizada para refrescarse mientras se evaporan los excrementos.




Son aves muy gregarias que utilizan dormideros comunales y suelen ser algo mas atrevidos que los gallinazos al visitar con desparpajo los dominios humanos, incluidas las cunetas de las carreteras en busca de animales atropellados; así los recuerdo cuando estuve hace años en La Habana.



La nota triste, como es habitual, viene de la mano del hombre. la intensa persecución de la que son objeto tanto gallinazos como zopilotes por parte de los ganaderos estadounidenses es demencial, ya que son consideradas incomprensiblemente perjudiciales para sus intereses económicos, atribuyéndoles la transmisión de enfermedades al ganado, un hecho que no ha podido ser demostrado científicamente por estudios realizados en diversas ocasiones.

Bibliografía:

Enciclopedia de Los Animales: ed. “Rueda”.
Aves del Mundo: Bryan Richard, ed. “p”
Enciclopedia Fauna: Félix R. de La Fuente, ed. “Salvat”
http://es.wikipedia.org/wiki/Cathartes_aura
http://www.avesdelima.com/gallinazo_cabecirojo.htm

jueves, 1 de marzo de 2012

Canário da terra verdadeiro (Sicalis flaveola)



Me llamó bastante la atención el amarillo tan intenso de este precioso canario silvestre, pero más todavía, cuando comprobé la melodía de su canto. Me recordó a nuestro estridente verdecillo (Serinus serinus) por su color, a pesar de pertenecer el primero a la familia Embericidae y el segundo a la Fringillidae.
Es un pájaro bastante dócil ante la presencia humana y, precisamente, el oro de su plumaje y su voz melodiosa y cautivadora provocaron su nefasta situación, estando por ello, entre las diez aves más perseguidas de Brasil. Gracias a la estimable protección de la que goza dentro del país y a la concienciación de la gente responsable, su número va en aumento.



Su tamaño es de unos 13´5 cm de longitud y pesa unos 20 gramos. Dimorfismo sexual poco acentuado. Ambas aves visten un amarillo fuerte. La hembra carece del píleo y mentón rojizos del macho y su amarillo es algo más apagado y jaspeado. Los jóvenes machos cantan entre los 4 a 6 meses de edad y a los 18 consiguen el plumaje de adultos.


Macho de Canário da terra alimentándose con semillas de gramineas en un prado; picoteando desde la base de la vaina hacia arriba consigue extraer su contenido.

La alimentación es básicamente granívora aunque tampoco desaprovechan la posibilidad de ingerir insectos capturados durante sus campeos. Acude con frecuencia a comederos con semillas en jardines.



El nido tiene forma de cuenco, y está construido con materiales vegetales y forrados con elementos suaves de todo tipo como el de los pardales (Passer domesticus), que también los ubican a cubierto. La hembra pone unos cuatro huevos que incuba durante unos 14 o 15 días. Una vez concluida la época de reproducción, estas aves, se concentran en grupos o bandos de decenas de individuos.



Vive en terrenos secos, campos de gramíneas y zonas ajardinadas de parques y urbanizaciones; su número es mayor en regiones áridas.



Se distribuye con mayor presencia por el sureste de Brasil (muy urbano). Localizado también en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina.


Fuente: Wiki Aves
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domingo, 26 de febrero de 2012

P.N. Itatiaia (Brazil) en colores.


Entrada al parque.

Todavía sigo recuperándome de los quince días de asombro vividos en una tierra tan extraordinaria como acogedora donde he disfrutado de un relax incomparable. Brasil, como no podía ser de otra manera, me ha cautivado profundamente con su amplia riqueza humana, cultural, botánica y faunística. Todo un conjunto excepcional de posibilidades naturales que deleitan ilimitadamente a cualquier observador apasionado de estos complejos y representativos paisajes rebosantes de biodiversidad.
En esa tierra tan especial, gracias a la amabilidad de sus habitantes, me he sentido uno más entre ellos.

El Parque Nacional de Itatiaia se creó hace más de setenta años; es el mas antiguo de Brasil y cuenta con una superficie de 12 km cuadrados. Itatiaia en lenguaje indígena tupi-guarani significa penhasco cheio de pontas (peñasco lleno de puntas). Se localiza entre los estados de Río de Janeiro, Minas Gerais y Sao Paulo. Este espectacular paisaje de la Sierra de Mantiqueira conjunta enormes bloques de roca redondeada con una tupida cobertura vegetal, y se alza a una altura máxima de 2787 metros, teniendo además como atractivo curioso el granito, protagonista de esta formación pétrea rara dentro del extenso país.

El exponente hidrológico principal del parque corresponde a los ríos Paraíba y río Grande, del que fluyen otros seis ríos menores que forman también hermosas pozas y cascadas espectaculares, siempre acompañadas sus riberas por el espeso bosque tropical.
Esta reserva forestal es el hábitat natural de más de 1200 especies de animales vertebrados entre mamíferos, aves y reptiles; sin desdeñar las más de cien mil de insectos. Naturalmente, no he tenido tiempo de verlas todas pero, algunas os mostraré en sucesivas entradas.
Por supuesto, hay un enorme despliegue hostelero para cubrir todas las necesidades de los turistas. Cuenta también el parque con el Centro de Visitantes para ofrecer toda la información precisa sobre las actividades y riquezas naturales de dicho espacio.




El sapo flamenguinho (Melanophryniscus moreirae) es el símbolo del parque; se optó por él al ser originario de esta región. Es endémico de la Sierra de Mantiqueira viéndose a partir de 2400 metros de altitud en terrenos pedregosos.


Impresionante mole de roca negra casi cubierta por la vegetación.


Un mar de bosque y de aromas.








Rios y arroyos por doquier.


Es incalculable la belleza que atesora Brasil.


Sobre todo, verde con mucho color.


Samambaiaçu - Dicksonia Sellowiana.


Gengibre-vermelho - Hedychium coccineum.


Avenca - Adiantum sp.


Lírio-amarelo-do-brejo - Hedychium chrysoleucum.


Maria sem vergonha vermelha - Impatiens walleriana.


Maria sem vergonha branca - Impatiens walleriana.


Bananeira do mato - Heliconia sp.


Costela-de-adão - Monstera deliciosa.


Helicônia-papagaio - Heliconia psittacorum.


Lírio-do-brejo - Hedychium coronarium.


Antúrio - Anthurium sp.


Camarão-amarelo - Pachystachys lutea.


Bananeira - Musa sp.


Jaca, Jaqueira - Artocarpus heterophillus.

(Un fuerte abrazo a mi querida familia de Brasil)

jueves, 26 de enero de 2012

Buitres leonados de Calmarza



A principios de este mes estuve frente al desfiladero del cañón rocoso del río Mesa, sin duda, fascinante paisaje. Quedé, como siempre suelo hacer desde la terraza de casa, embelesado, siguiendo el vuelo de los buitres en su vaivén aéreo. Van y vienen llenando el espació con su enorme silueta planeadora. Circulaban con ligero ajetreo, ocupados en la reparación de los nidos sin mucha actividad todavía, eso sí, con los oportunos momentos de copula para adelantar el tajo.
Decía que, me quedé como suele decirse, absorto, y al rato, descubrí como a una velocidad relativa aparecía la luna, ascendía sobre el horizonte pétreo del Solarium, donde los buitres apuraban los últimos rayos de sol antes de tomar rumbo a su farallón dormitorio. Espectacular la luna como complemento ornamental de los buitres en los últimos instantes iluminados del día.



El año pasado vi como iban malográndose varios nidos de esta rapaz después de haber visto a los pequeños pollos recién nacidos, francamente, no sé que pudo ocurrir. Existe un comedero cerca y, la curiosidad hizo que tiempo atrás, acudiera para ver su ubicación y comprobar de éste modo, el formato tan chapucero con el que fue construido y gestionado, capaz de hacer vomitar a los mismísimos buitres. Era un vallado cerrado, había una rampa con unos topes para las ruedas traseras del camión y, desde allí, colocado correctamente para la maniobra, poder volcar el contenido de su carga. Al bascular, se aprecia que todo cae amontonado, sólo vi un repugnante montón de pelo, huesos, cuero y grasa putrefactos. Ni siquiera se molestaron ni se molestaban en extender los animales.



Actualmente, desde la aprobación de la nueva normativa el día 14- 11- 2011 por el Consejo de Ministros, podrán los ganaderos por fin, abandonar las reses muertas en el campo, como se hizo toda la vida en convivencia con la naturaleza, con organización ecológica y gracias a los carroñeros, mejores garantías sanitarias.
Fue en los años noventa cuando la aparición de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET) incluida las más conocida como “enfermedad de las vacas locas”, provocó la alarma y la consiguiente prohibición de abandonar como medida preventiva todo tipo de animales en el monte, obligando a los ganaderos a soportar la tasa de un costoso proceso de eliminación de cadáveres impuesto por la Unión Europea.





Hembra de buitre leonado protegiendo a su pollo de escasos días de edad en 2010.
Hay otro en la parte baja custodiando su destartalado nido, en el que afortunadamente no criaron, pues se deshizo fácilmente por la mala ubicación.



Hembra de buitre leonado incubando en su nido en 2011. A pesar de los atentos cuidados al pollo tras cuatro o cinco semanas de vida, desapareció por causas que desconozco.
Espero que este tercer año consiga alcanzar su propósito reproductor con éxito.

domingo, 22 de enero de 2012

Regresó el proscrito (Bubo bubo)

Hembra de búho real en su posadero, aprovechando la fronda perenne del enorme pino. 

“Reencuentro” podría titularse la línea de paz entre el búho real y el hombre después de la masacre sin justificación contra animales carnívoros que aniquiló a miles de éstas y otras criaturas inocentes durante y después de la dictadura. Una ley propuesta por el franquismo y llevada a cabo por simpatizantes y detractores del régimen. La izquierda y la derecha siempre se han puesto de acuerdo para ignorar el bienestar de los animales y sacar beneficio material y lucrativo de éstos y del medio ambiente sobreexplotándolos. Especulación difícilmente reversible como la destrucción de nuestras costas, basada en el hormigón sin límites fruto de la codicia de ambas orientaciones políticas. Pero no quiero continuar con los devaluados políticos, no merece la pena, ya tienen sus voceros propagandistas particulares y leyes a su favor que les absuelven.

 

El 11 de agosto de 1953 el Boletín Oficial del Estado presentó un decreto del Ministerio de Agricultura, firmado por entonces jefe del Estado Francisco Franco, y el ministro Rafael Cavestany, una irracional condena a muerte de las aves de presa y demás animales carnívoros, enemigos según ellos, del patrimonio cinegético. Decía así:

A propuesta del Ministerio de Agricultura y previa deliberación del Consejo de Ministros, dispongo:

Artículo primero. Se podrá declarar obligatoria la constitución en cada provincia de Juntas de Extinción de Animales Dañinos y Protección a la Caza.

Artículo segundo. Son sus competencias procurar el suministro y distribución de venenos, lazos y demás medios de extinción. Premiar a los alimañeros y a cuantos demuestren de modo fehaciente su aportación en la lucha contra los animales dañinos.

Mucha gente puso manos a la obra, y entre ésa gente, los hubo espabilados pero miserables. Sabían de los nidos y de la extraordinaria capacidad cazadora de esta gran rapaz de la noche, el búho real.
Consistía su cometido en aguantar a los pollos tapándoles el pico para que no comieran el tiempo necesario y que la estancia durara mas, para hacerse de éste modo, con las presas depositadas por los progenitores. Su desarrollo debido a una alimentación deficiente, se alargaba y, por ello, se cobraban más presas. El final de la trama concluía con la muerte de los pollos antes de abandonar el nido y, por consiguiente, se cobraba la cantidad de dinero estipulada al presentar las garras de los mortificados búhos en cualquier ayuntamiento.
No hace falta decir la cantidad de animales que fueron exterminados por aquellos que se dedicaron a tal ocupación. El búho real, entonces, pasó a ser una rapaz muy escasa, recluida a los
lugares más apartados donde rara vez acertaba a pasar el hombre.

 

Cuando veía mis lechuzas y mochuelos, soñaba con la observación del gran coloso de la noche, el búho real. Lo imaginaba en los altos riscos de las sierras más importantes por su altitud, sin embargo, fueron capaces de aguantar en cotas más bajas al abrigo de la lejanía en el olvido.
Todavía en los años ochenta, ver al reservado búho real era un acto tan flamante como el de la citación de cualquier rareza. El hecho de comentarlo ante los demás ornitólogos abría expectación.
Afortunadamente esto ya es pasado, y en el presente, las noticias son al fin más alentadoras, a pesar de que algún exaltado amante de los halcones peregrinos considere ahora al Gran Duque una plaga. El búho real no ha hecho nada más que reconquistar sus antiguos feudos, arrebatados por la ineptitud de aquellos exterminadores que rompieron el pacto de no agresión con la naturaleza, los que en su momento, indirectamente, favorecieron al halcón y a otras especies.

 

De aquí a un tiempo atrás, aparecen citas del búho real en lugares inverosímiles, como el de un ejemplar posado en el alféizar de un bloque de viviendas en un barrio de Madrid; el de una pareja que crió en la jardinera de un chalet de una urbanización también madrileña y, en Zaragoza, su observación también es posible en espacios urbanizados de la ciudad con citas en el extrarradio.
Quiero terminar con unas observaciones curiosas comentadas por Fernando Tallada. Él me acompañó personalmente a este pueblo del que extraje las fotos publicadas. Los datos que expongo a continuación son suyos, de observaciones de la pareja de búho real asentada en este pequeño pueblo aragonés, llano y deforestado.

Me cuenta que, éstas rapaces anidaron en el caserón contiguo a los pinos, y la gente llegó a ver a los pollos volantones cuando salían por una ranura de la vieja puerta de la tapia, caminando por la calle. Por las noches, marca su territorio desde lo alto de la torre de la iglesia posado en la veleta. En su contra está, la manía súperpredadora que afecta a los escasos cernícalos primilla de la zona, y que, según me comenta Fernando, lo hace arañando las tejas de los edificios abandonados, y si es posible, las mueve para atrapar a los pollos y a los adultos.
La recuperación del búho real no es el problema de todo esto, convendría quizá, estudiar en profundidad la falta de conejos, su alimento básico, exterminados por la mala actuación del hombre.


 

El grupo de pinos está ubicado en una zona particular tapiada al lado de la plaza
del pueblo.

 

En lo alto de la torre, suele ulular sobre la veleta.