miércoles, 11 de marzo de 2009

El búho real incapacitado ( I )

La fotografía, muestra a la hembra joven dentro de la oquedad donde reposaba, al lado, yacía medio conejo aportado por su progenitora. La telilla que cubre sus ojos, es la membrana nictitante, que cumple la función de un párpado lubrificante.


El año 1985 , fue de lo más complicado para el avefría. Murieron miles de estas aves debilitadas por inanición a causa de una prolongada sequía con pertinaces heladas. Con el suelo endurecido por las bajas temperaturas, no podían alimentarse y el gélido viento, las empujaba con fuerza derribándolas. Pero no es éste mal recuerdo el tema seleccionado, sino la breve historia de una hembra de búho real que me ha dado por desempolvar . Ya ha pasado mucho tiempo desde el 23 - 8 - 1985 fecha, en la que capturé fortuitamente a mi primer búho real (Bubo bubo).

Aquel día el calor era insoportable y las 15´30 horas caían como la llama de un soplete. Miraba junto a otros dos compañeros, todos los posaderos de un pequeño barranco de roca caliza, cerrado al final y muy acogedor por su bosquete de almeces, portadores de una agradable sombra. Dos años antes, hallé una egagrópila con los restos de un escorpión; aparecían fragmentos del cefalotorax, las dos pinzas y la uña o aguijón venenoso, todo envuelto en pelo de conejo. Hallar más presas, acentuaba mi curiosidad, pues siempre existía la posibilidad de dar con algo inimaginable. Recuerdo que la clave era la localización del nido donde hallaríamos todo el listado de capturas consumidas, aprovechando la ausencia de riesgo concluida la cría. Poco había de interesante tras su localización, salvo afloradas plumillas de un infortunado pollo de búho depredado por sus hermanos.

Cambiamos de linea de cortados; de la cara sur, a la norte. Por esta trayectoria, aparecieron multitud de plumones, egagrópilas y deyecciones. El rastro era tan abundante, que llegué a pensar si la rapaz nocturna tenía los conejos por la base del roquedo al alcance de sus garras. Bastaron 50 metros de recorrido para aliviar nuestra olla a presión. Como una centella, salió fugaz de la oquedad más próxima, un búho real, que con enormes saltos ladera abajo, alcanzó el fondo del barranco donde se ocultó. Ahí estaba la pregunta del millón; no salió volando, sino saltando. ¿Era un búho en muda, o era un ejemplar viejo? Las preguntas se agolpaban con una incógnita difícil de descifrar. Al capturarlo, comprobamos que carecía de todas las plumas rémiges y rectrices, (las del ala y la cola). Por el tamaño, era una hembra. Volvimos a la oquedad, donde hallamos una mitad posterior de conejo que la rapaz custodiaba. De nuevo, más preguntas, a las que gracias a un exhaustivo registro del lugar, acertamos a despejar. El hallazgo de un cráneo de garceta común en la entrada de la oquedad bajo el cortado, y las blancas plumas, incluidas las ornamentales localizadas arriba, desestimaron la posibilidad de caza por parte del ejemplar incapacitado. 

Finalmente, la solución llegó al ahuyentar a un adulto que reposaba en los alrededores y que también era hembra, por su pesado vuelo . La madre y el joven del año. La progenitora, era la encargada de avituallar a su vástago. Hasta la fecha de la localización, el búho tenía la edad de cinco meses aproximadamente. Aún quedaban todavía respuestas que aclarar en torno al desarrollo de un plumaje de crecimiento anormal y el desenlace final de la historia, que entonces, no era previsible. Con objeto de preparar los datos y fotos para la conclusión, no tengo otra opción que la de realizar un segundo post, para no extenderme en éste demasiado.

IMÁGENES DEL BÚHO INCAPACITADO 


Pedro, sujeta firmemente a la rapaz, poseedora de una sorprendente fuerza. La imágen, revela dramáticamente la carencia de las principales plumas de vuelo.

Los búhos, recelan del campo abierto sin la protección de la roca y los arbustos, miran en todas direcciones temiendo los ataques de multitud de enemigos, la mayoría sus posibles presas.

La incapacidad de volar, relegaba al búho a zonas de fácil acceso. Pero tal vez, por esta causa, la fuerza en sus extremidades posteriores y garras se había multiplicado.

 

23- 8- 1985 Apunte de campo. 

No cabía en mi interior tanto asombro y tanto anhelo, un deseo que como un milagro se hizo realidad. El búho real, dueño de la noche, el gran superpredador nocturno se hallaba en estos críticos momentos a mi alcance. No dejaba de observar toda clase de detalles de su morfología; plumaje de terciopelo, pico ganchudo y poderoso capaz de triturar el cráneo de una liebre, garras emplumadas, armadas con afiladísimas uñas de fácil penetración y dotadas para presionar firmemente el cuerpo de sus víctimas. Los ojos, amplios y tremendamente llamativos, reflejaban vivamente el color del fuego. 
Cuando el búho real clavaba su mirada en mis ojos, comprendía el temor de sus enemigos frente a él. Huye por el día y reina en la oscuridad de la penumbra, sin lugar a dudas, el búho real impera notablemente con la garantía morfológica que suponen sus bien atribuidos miembros de caza y defensa.

martes, 3 de marzo de 2009

PEQUEÑOS DETALLES


Nacemos en comunidades de todos los tamaños, aprovechándonos de sus estructuras...



...algunos, son creativos y disciplinados con la naturaleza...

...otros, prefieren el stress de la aglomeración y la jerarquía social...

...aunque hay quien, quiere llamar la atención desde el silencio y la soledad.


La muerte, agolpa fríamente los bellos recuerdos, y esas viejas ilusiones, ajenas al olvido, dan paso a nuevas esperanzas...

porqué complicarnos con obstinación difusa, cuando hay resquicios abiertos a claras oportunidades...

...teniendo maneras de brillar,construyendo con garantías o ...


... ser más sencillos, pero no menos eficaces.


Contrastemos la vida.

No nos empeñemos sólamente en vivir más tiempo...

...sino seguir ideales que nos acompañen y colmen nuestros
sentidos...

...antes de acabar vacíos y archivados en el cementerio.

Impulsemos el tiempo de nuestra vida...

...para que la dejadez no nos lleve al abandono...

...de la misma manera con la que muere nuestra historia.

viernes, 27 de febrero de 2009

El pantano del cisne

Era invierno; 3- 12- 2005 , 10´00 h. de la mañana; el cielo estaba nuboso, el sol apenas asomaba brevemente a través de las espesas nubes y hacía un viento frío insoportable. Conducía lentamente por la carretera secundaria que bordea el pantano de La Tranquera y cerca del pueblo de Ibdes en la provincia de Zaragoza. Desde la distancia, una mancha blanca en el agua llamó mi atención; era un elegante cisne nadando apaciblemente entre el silencio de un paraje solitario. Mi idea seguramente será muy parecida a la vuestra, ir fotografiando a medida que nos acercamos al objetivo, así lo aseguramos y de paso, mejoramos la imágen con el acercamiento.
Cuando llegué a la orilla, me senté observándolo a placer con los prismáticos y para mi sorpresa, se fue acercando con esa sutileza propia de estas aves, como si el viento le empujara suavemente. La elegancia del cisne sobre el agua, equivale a la del águila real suspendida en el aire. No me extraña que P. Tchaikovsky inspirado por la belleza de estas aves, compusiera tan extraordinaria obra clásica "El Lago de los Cisnes".
Pasados veinte minutos a poco más de tres metros de distancia del cisne, fui quedándome entumecido por el frío y allí lo dejé, terminándose unas deliciosas plantas de la orilla, creo que eran cerrajas.- Sí, yo también me lo hubiera llevado a casa.
No sé exactamente si existen citas de cisne vulgar (Cygnus olor) en la provincia de Zaragoza; en las consultas analizadas no lo he visto. Si este era un ejemplar escapado de cautividad, semisalvaje o de origen natural, lo ignoro, pero por su escaso recelo ante mi persona, puede que se tratara de uno semidoméstico. Esta especie habitual en el centro de Europa, se expande con localidades de cría hasta el sur de Francia y posiblemente también en Catalunya. Gran parte de las observaciones atribuidas en España, son ejemplares escapados de recintos zoológicos o colecciones privadas, también existen observaciones en varias zonas del norte de la península ibérica en estado salvaje. En Canarias, todas las citas fechadas, se atribuyen a especímenes escapados de cautividad.

secuencia de acercamiento
del cisne vulgar


Se ha adaptado a vivir en la próximidad del ser humano y actualmente ocupa muchas zonas acuáticas artificiales como estanques de parques urbanos o embalses.



Dimensiones

Longitud- 125-160 cm.
Envergadura- 240 cm.
Peso- 6´6- 15 kgr.




La llegada a la orilla, culmina con el festín vegetal a escasos metros de mi persona.
El cisne vulgar ocupa, en su área natural de distribución, todo tipo de ambientes húmedos, incluyendo marismas, lagos, lagunas, ríos y canales, así como estuarios y lugares resguardados del litoral.

lunes, 23 de febrero de 2009

EL SUPERPREDADOR

El pasado 20 de febrero, localicé en la base de un bloque rocoso plumas rémiges, rectrices, y plumones de una hembra de aguilucho pálido devorada por el búho real (Bubo bubo). No es rara esta capacidad depredadora del gigante de la noche, posiblemente, en un alarde de "poder " demostrado por el macho como ofrenda nupcial hacia su pareja, obsequiándola y de paso eliminando a un competidor cinegético de su territorio. Sin renunciar a esta línea de trabajo, ( la superpredación ), quiero continuar con un increíble desenlace ocurrido en verano de 2007, cuando seguía con curiosidad y júbilo a una pareja de águilas calzadas. Estas rapaces son espléndidas, de vuelo fugaz y maniobrero; muy forestal. Su recogido tamaño le proporciona una gran agilidad, apta para capturar aves tan esquivas como la tórtola o la chova piquirroja y un fuerte temperamento para enfrentarse a otras rapaces invasoras, incluida el águila real. Desgraciadamente, la noche es para muchas especies un espacio vacío en su estructura defensiva, y así le ocurrió a la hembra cuando protegía a su pequeño en el nido. El búho real hizo aparición capturándola sobre la plataforma de ramas. Esta rapaz nocturna, morfológicamente, cuenta con un equipo prácticamente infalible, desde su prodigiosa vista, oído, y plumaje insonorizado, hasta una gran memoria capaz de controlar los recursos de su amplio territorio. El 17 de julio, acudí intrigado al pinar después de detectar una significativa bajada de actividad por parte de las águilas calzadas, sólo vi a un ejemplar y no estaba pendiente de la zona de cría. En la base del pino contiguo al nido, un puñado de blancas plumas dio lectura del temido final; al analizarlo, descubrí dos plumones de búho real. Indagando sobre el terreno para compilar más datos, pude dar con la ubicación del pollo de escasos días de edad, que colgaba de una horquilla del árbol a un metro del nido, desplazado por el forcejeo de la lucha. Otro puñado de plumas, lo hallé cerca del nido del búho real a más de dos km. de distancia. Debajo de su ya abandonada oquedad de cría, comprobé las complejas capturas de estos superpredadores: plumas de chova piquirroja, cuervo, autillo, búho chico, cárabo y garza real, casi nada para prevenir al águila calzada de que no era el lugar más idóneo para criar.

Águila calzada



Búho real





Desplumaderos

Plumas de aguilucho pálido capturado por el búho real.


Plumas de águila calzada.
El manto blanco de plumas, iluminaba prácticamente la verde hierba del pinar. Abajo en el ángulo izquierdo se aprecian dos plumones ventrales del búho real, que es su ubicación original a la hora de desplumar la presa. En la fotografía de abajo, aparecen más detallados.




Nido de águila calzada


Plataforma del nido de águila calzada. En el círculo
aparece el blanco y jóven pollo.

Búho real encamado


Poco después de descubrir el segundo desplumadero,coincido con la hembra de búho real que descansa apaciblemente sobre la repisa. El mimetismo es formidable y el encuentro casual , dentro del amplio cañón de roca caliza. Mirándola detenidamente, le reprochaba su conducta perversa con el águila calzada, pero la naturaleza con su firmeza, da y quita, proporcionando oportunidades de capturas y evasiones, y este no fue el mes de la pequeña rapaz viajera.

sábado, 21 de febrero de 2009

¡ Una cabezadica !


Las especies silvestres, conocen al hombre sobradamente y es lógico que sean tan esquivas por nefastas experiencias con él. No obstante, además de un permiso especial para observar fauna protegida, hace falta mucho sentido común y respeto por el bienestar de dichos animales cuando nos hallamos en sus territorios. He visto al águila perdicera criar sin recelo, cuando entre ella y yo campeaba un pastor con sus ovejas, al búho real con sus pollos y un potente tractor labrando a 60 metros de distancia del nido, y no ha ocurrido nada. Son hechos cotidianos que ambas rapaces tienen asumidos, por eso, es conveniente establecer un amplio márgen de seguridad entre el observador y el ave en cuestión, y utilizar siempre el mismo lugar para acostumbrarlas a nuestra presencia. Las mejores observaciones, aparecen cuando permanecemos durante largo rato y quietos en el mismo punto.

Águila perdicera


Cuando la construcción del nido supone un sobreesfuerzo, nada mejor que probarlo y reconocer que es muy cómodo.

Búho real

Hay noches que desarman a cualquiera. Para este búho real (Bubo bubo), ha debido de ser muy intensa.

Garduña

Esa rayadica de sol, llega a las entrañas de esta preciosa garduña. Curiosamente, utiliza el mismo posadero que una gineta, sin embargo, corresponde por antigüedad y fuerza al búho real, que es su morador. Se trata de una frondosa sabina.

martes, 17 de febrero de 2009

Ubicaciones del búho

Posadero de búho real (Bubo bubo)



Elegante posadero en el interior de una oquedad de roca caliza. Se aprecian algunos plumones de la gran rapaz nocturna además de excrementos.

Estos lugares corresponden a zonas de reposo, donde la rapaz descansa durante la inactividad del día. Por la noche, también tienen espacios de tiempo para relajarse después de cazar.

Nidos de búho real


Dos nidos malogrados por diferentes causas: uno, por las molestias y el otro por la lluvia.

Los nidos, son depresiones hechas por la rapaz arañando el sustrato con las garras. Posteriormente, desmenuza alguna egagrópila que sirve como tapiz aislante.
El nido superior, fue preparado por la pareja bastante antes de la cría, pero la utilización de las cabras montesas para tumbarse apaciblemente ocultas al peligro (ver excrementos ), dio al traste con su uso original. El inferior, debido a las intensas lluvias, la hembra tuvo que abandonarlo cuando se hallaba incubando. El cuenco, estaba completamente húmedo y reverdecido.