Las especies silvestres, conocen al hombre sobradamente y es lógico que sean tan esquivas por nefastas experiencias con él. No obstante, además de un permiso especial para observar fauna protegida, hace falta mucho sentido común y respeto por el bienestar de dichos animales cuando nos hallamos en sus territorios. He visto al águila perdicera criar sin recelo, cuando entre ella y yo campeaba un pastor con sus ovejas, al búho real con sus pollos y un potente tractor labrando a 60 metros de distancia del nido, y no ha ocurrido nada. Son hechos cotidianos que ambas rapaces tienen asumidos, por eso, es conveniente establecer un amplio márgen de seguridad entre el observador y el ave en cuestión, y utilizar siempre el mismo lugar para acostumbrarlas a nuestra presencia. Las mejores observaciones, aparecen cuando permanecemos durante largo rato y quietos en el mismo punto.
Águila perdicera
Cuando la construcción del nido supone un sobreesfuerzo, nada mejor que probarlo y reconocer que es muy cómodo.
Búho real
Hay noches que desarman a cualquiera. Para este búho real (Bubo bubo), ha debido de ser muy intensa.
Garduña
Esa rayadica de sol, llega a las entrañas de esta preciosa garduña. Curiosamente, utiliza el mismo posadero que una gineta, sin embargo, corresponde por antigüedad y fuerza al búho real, que es su morador. Se trata de una frondosa sabina.
¡Ya va creciendo este blog! ¡Qué bien¡
ResponderEliminarUn saludo
Barracuda
Muy cierto lo de la observación. Creo que se podría resumir en: "Deja que los bichos se acerquen a ti".
ResponderEliminarSi te empeñas en acercarte tú se asustarán, pero si esperas, a muchos les puede la curiosidad.
Como sé que te gustan las historias con bicho dentro te voy a contar una muy cortita.
Hace ya mucho tiempo un investigador de cuyo nombre no quiero acordarme se fue a la Sierra de la Culebra para intentar ver lobos. Eran los tiempos en que el lobo era muy perseguido y se mataba con asiduidad. Después de días de patear sin conseguirlo, un buen día andando por un valle nevado se dió cuenta que al sacar los prismáticos había perdido un guante. Volvió sobre sus pasos claramente marcados en la nieve para recuperarlo, cuando se dió cuenta de que unas decenas de metros atrás, el lobo le había estado siguiendo a él.
¡Pero nunca llegó a verlo!
É uma grande verdade: "Las mejores observaciones, aparecen cuando permanecemos durante largo rato y quietos en el mismo punto". Há que se ter paciência e persistência para observar, anotar e registrar em fotos, se possível, cada detalhe, cada acercamento, cada curiosidade da natureza.
ResponderEliminarÉ tamanha a emoção quando surge na nossa frente qualquer que seja o animal, e se for da sua preferência, mais ainda...
Um beijo
Cuando he estado observando familias de búho real en el nido, muchos animales que pasan por allí los detecto con más ventaja que si los busco caminando. A veces, el mejor método de observación es el aguardo.
EliminarUn beso...