
Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zaragoza cede sus instalaciones para la colocación de las redes.
Carmina apunta los datos mientras Carlos atiende las primeras capturas de la mañana.
Hace algo más de una semana, concretamente el pasado día cinco de junio, concluyeron las jornadas ornitológicas promovidas por el Ayuntamiento de Zaragoza (Parques y Jardines). Conducidas por la sociedad ornitológica SEO/Birdlife como colaboradora, iniciaban desde El Aula de Naturaleza un interesante paseo de veinte participantes en cada ronda, acompañados por personal cualificado para observar las aves en el Parque Grande José A. Labordeta. La travesía finalizaba en una interesante estación de anillamiento científico. Carlos Pérez (anillador) con la colaboración de Carmina Franco, ambos profesionales ornitólogos, se encargaban de preparar todo el sistema de redes japonesas para capturar los especimenes que, más tarde, serían anillados ante la mirada atenta de los asistentes. Durante el transcurso de esta labor se iban explicando las características biológicas de las aves y la importancia de este trabajo técnico.
En el anillamiento científico se capturan controladamente aves para la toma precisa y útil de todos sus datos: especie, sexo, edad, peso y otros datos biométricos. También se anota la cantidad de grasa acumulada en especies migradoras, el estado de muda de las plumas o cualquier otra observación de interés. Toda la información anotada va codificada en la anilla metálica correspondiente de aleación ligera que portará el ave.
Desde que se iniciaron las jornadas ornitológicas en El Parque Grande de Zaragoza gozan de un enorme éxito y aceptación por parte del público asistente. Se han capturado algo más de cuarenta especies diferentes, una cifra muy interesante para un espacio tan limitado. Muchos de los ejemplares capturados con redes, sin el concurso de esta práctica, sería imposible observarlos en libertad por su carácter escondidizo.

Las redes se controlan cada quince minutos aproximadamente para evitar al ave un exceso de estrés innecesario.

Medida del ala plegada de un joven verdecillo (Serinus serinus).

Macho de verderón común (Carduelis chloris).

Hembra adulta de curruca capirotada (Sylvia atricapilla).

Joven macho de curruca capirotada; lucen el mismo tono marrón sobre la cabeza que las hembras hasta conseguir el negro de los machos adultos. En el ejemplar de la imagen se aprecian los primeros despuntes del futuro capirote negro.

Retrato de una hembra de mirlo común (Turdus merula).

Las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) son aguerridas luchadoras dañando incluso la mano del anillador. Un descuido puede pasar factura mientras se la manipula durante la medición y la colocación de la anilla.

Precioso ejemplar de pico de coral (Estrilda astrild) originario del África subsahariana. Estos pequeños paseriformes, han logrado colonizar muchos lugares de la península gracias a su adaptabilidad y, al absurdo comercio de aves exóticas unido al descontrol administrativo del Estado Español en materia medioambiental.
“SEO/Birdlife alertó del aumento de las aves invasoras porque pueden suponer un peligro tanto para la fauna autóctona como para la agricultura y pide que “se meta mano en el asunto para el seguimiento y erradicación” de estas aves.
A los anilladores se les ha sugerido no devolver la libertad a las aves consideradas “invasoras” cuando éstas caigan en las redes.