domingo, 5 de febrero de 2023

Pito real; sorprendente y seductor




Los pícidos me fascinan sobremanera. No hay observación de estas aves dada por concluida hasta que desaparecen voluntariamente de mi vista.
 
He de destacar entre todos ellos, a los dos ejemplares que más me impresionan; uno es el pito negro Dryocopus martius y el otro, el pito real Picus viridis. Los gritos de ambos retumban en el espacio cuando emergen de las grandes masas boscosas. 
El pito real no es tan forestal como el negro y, eso, me llama mucho la atención. Es por ello, que lo tengo como el favorito de todos. Tiene pinta de alocado y marcada expresión gruñona. Con todo, resulta de lo más seductor. 

Foto de la portada del vídeo Thomas Reich.

He aprovechado la enorme sorpresa al ver los vídeos captados en las tarjetas de  fototrampeo, donde aparece el picamaderos verde sobre un bloque térreo desprendido de un gran talud. Lo picotea en busca de invertebrados y, levemente, se aprecia como una pequeña parte de su lengua tantea el orificio practicado.

Si hemos de ver a este pájaro de colores tan miméticos cuando deambula por la fronda de los árboles, nos resultará prácticamente imposible. Por fortuna, pasa largos períodos de tiempo rebuscando en el suelo buenos hormigueros para alimentarse. Precisamente, forman un 80% de su dieta. Con su larga lengua pegajosa y de terminación a modo de pequeños ganchos, penetra en los hormigueros y las extrae con supuesta facilidad. 

Ya no me resulta extraño ver al pito real sujeto a la verticalidad de ruinosas fortalezas hurgando entre las rendijas de las piedras con su extensa lengua, en los taludes y, sobre todo en el suelo, donde es más habitual.

Terminaré con tres curiosos apuntes que, a día de hoy, me siguen pareciendo muy interesantes. 

- Junio de 2008, circulando con el vehículo por una carretera comarcal cerca de Cetina (Zaragoza) sorprendí al verdoso pícido capturando por la carretera insectos atropellados.

- Junio de 2005, en una explanada abarrotada de coches entre dos calles con tráfico abundante, un pito real removía la endurecida tierra a picotazos con intención de darse un baño de arena. Me hizo mucha gracia ver a los tres gorriones aguardando a que el ave concluyera su aprovechable labor para apuntarse al improvisado spa.

- Abril de 1979 me llevó hasta una de las grandes sorpresas de mi vida. Fue en el nacimiento del río Ginel en Mediana de Aragón. Acompañado de Ángel, hicimos un aguardo frente al curvado talud que rodeaba a un grupo de raquíticos tamarices. Tal vez fuera el único arbolado en tres kilómetros a la redonda. 
Vi salir un pájaro verde de una de las redondas oquedades y, sabiendo que era el pito real, intensificó mi curiosidad. Aupado por Ángel, pude meter la mano en el agujero que tenía exactamente las mismas medidas que los nidos de pícidos en los troncos, sólo que ahora, se trataba de un nido practicado en un tajo arenoso de unos 5 metros de altura. En el fondo, había cuatro huevos blancos y cálidos. Rápidamente bajé y nos apartamos del nido a una distancia suficiente para ver al cabo de unos 10 minutos, como el ejemplar regresaba de nuevo al interior. 

La salida del nido por parte del pito real fue voluntaria. A veces, las aves dejan airear la puesta si la temperatura es excesiva, regresando a su labor de incubación cuando lo consideran oportuno. 

Pito real Picus viridis, pájaro carpintero y albañil.


Dibujo de una hembra de pito real en una de las puertas de los armarios del pasillo hacia la Capilla Sixtina en El Vaticano.


10 comentarios:

  1. Por ahora no lo he visto y bien que me gustaría; es precioso. Por aquí me tengo que conformar con el Pico Picapinos y el Pico menor. Lo que más me gusta de estas aves es el "tamborileo" sobre alguna rama hueca que realizan como reclamo ; es un sonido que me encanta. A veces me desplazo a alguna zona donde sé que los hay, sólo por escuchar este sonido, porque verlo, sin que te vean es algo complicado.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El pito real, precisamente, no es de los de aporrear mucho la madera. Parece que con ese estridente canto deja bien claro a quién pertenece dicho feudo.
      Por aquí los picapinos y los menores se ven relativamente fácil. No son muy huidizos. Tal vez el pico menor por la costumbre que tienen de acceder a las ramas mas finas de los árboles y su pequeño tamaño, resultan algo más complicados de ver. Todos ellos siempre me hacen detenerme para observarlos. merece la pena.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Es un pájaro precioso. Lo vi varias veces por la Sierra de Gata, de esto hace bastante, ya no lo he vuelto a ver y me encantaría. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como ocurre con todos los animales, las mejores oportunidades nos las dan los parques urbanos. Allí podemos verlos a placer. Cuando iba a correr por las tardes, casi siempre lo veía en la explanada.
      Besos.

      Eliminar
  3. ¡Que bonito que es!

    Este fin de semana lo estuve escuchando en un soto del río Gállego y me fue imposible verlo. Claro, que solo miraba a los árboles, no sabía que le gustaba también rebuscar los hormigueros.

    Muchas gracias por compartirlo.

    Salud!

    Fer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si vas temprano con un buen teleobjetivo en primavera al Parque Grande (Zaragoza) lo verás a placer sobre el césped. El único problema es el de algunos dueños tocapelotas que van a pasar delante de ti jodiéndote la foto.

      En Londres (Hyde Park) estaba haciendo unas fotos a una garza real. Cuando me di cuenta, había un montón de gente, educadamente, esperando a que terminara. Qué maravilla.
      Saludos.


      Eliminar
    2. Muchas gracias Javier.
      Tomo nota para la primavera.

      ¡Salud!

      Fer

      Eliminar
  4. Exatamente como o título: surpreendente e sedutor!
    Obrigada por compartilhar!
    Um beijo

    ResponderEliminar