Por el monte, siempre
que camino ganando altura, me sorprende el corzo Capreolus capreolus. Sus ladridos roncos rebotan
por todo el roquedo al ventearme. Apenas su curiosidad da para unos pocos
segundos de observación tras localizar su paradero. A veces, es fácil, otras
muy complicado por la masa arbórea y arbustiva que lo protege.
Sobre las inclinadas
repisas de los murallones pétreos, entre los tupidos arbustos y vegetación
apretada, los corzos dejan a sus crías bien escondidas una vez han llegado al
mundo. Si han de llamar la atención ante la presencia de cualquier peligro las madres salen a su encuentro confiadas en su gran capacidad física para
alejarlo del corcino, su valor más preciado en este tramo de vital importancia.
Los apareamientos
llegan en julio y agosto y, aunque la preñez dura siete meses, es interrumpida
por la gestación retardada. Esta estrategia reproductiva se conoce como
implantación diferida o diapausa embrionaria. El óvulo fecundado permanece en
el útero, sin desarrollarse hasta el principio de la primavera, que es cuando
comienza la gestación. Puede durar desde unas semanas hasta cinco meses según
la fecha del apareamiento.
La implantación
diferida en estos mamíferos evita riesgos para sus propias vidas en situaciones
poco propicias o condiciones ambientales adversas. Se trata de hacer coincidir
el nacimiento de sus crías con períodos favorables. La reproducción arrastra un
gran coste energético, y beneficia disponer de recursos fiables como alimento
suficiente y temperaturas adecuadas que garanticen la supervivencia de sus
crías antes de dar a luz.
El mes de mayo
pasado, tanto en la ida como en la vuelta de la senda de un encajonado barranco,
coincidí con la ajetreada hembra de corzo que velaba desesperadamente por su
descendencia. Apenas una parada para las fotografías en dos sesiones y, salir a
paso ligero para no fatigarla más.
Esta corza se refugia
en un cañón bastante transitado durante los fines de semana, ya que es un lugar
muy sugerido por los medios de comunicación regionales.
No me preocupa mucho su actividad,
pues sé perfectamente que el corcino o corcinos estarán a buen recaudo. Tengo
en cuenta, además, que la madre pecará de sobreactuación antes que de
confianza.
No sabía lo de la gestación retardada en esta especie. Bonitas y testimoniales fotos de lo que cuentas a cerca de distraer a los posibles predadores y alejarlos de sus crías.
ResponderEliminarUna vez más se demuestra la inteligencia y astucia de los animales para proteger su descendencia
Saludos
Es una estrategia también común en los mustélidos y en más de cien especies de otros mamíferos. Cuando lo leí también quedé asombrado de esta capacidad de adaptación para momentos más adecuados de parto.
EliminarMe topo muchas veces con corzos y corzas, éstas últimas me dicen con su conducta si tienen el recental oculto ya que me van esperando a medida que huyen. Cuando me he alejado de la zona del recental, ella se da la vuelta y regresa con su pequeño. Muchas veces, veo en lugares ocultos entre la hierba el encame donde el corcino suele permanecer de dos a tres días.
Saludos.
Preciosas fotografias! Um animal muito gracioso…
ResponderEliminarFiquei impressionada com o que nos contou sobre a gestação diferenciada do corso. Não tinha a menor ideia…
Um beijo
En su día, también quedé impresionado por ello. En las fotos, se ve como la corza huye a la carrera pero, se detiene para controlar mi presencia. Me espera y sigue alejándose hasta que considera suficiente mi distancia de la del recental.
EliminarBesos...
Hace un par de años tuve al fin la suerte de ver en el parque de Los Alcornocales una corza con su cría, llama la atención lo pequeña que es esta subespecie que llaman corzo morisco.
ResponderEliminarPor supuesto no tardaron mucho en esconderse tras su mágica observación.
¡Saludos!
Es una suerte poder disfrutar de una madre corza con su recental. La mayoría de las veces, tan sólo puedes ver a la madre practicar la técnica del despiste para alejar al intruso del lugar de cría.
EliminarAunque la secuencia de observación sea corta, no deja de se excepcional.
Saludos.
Muy interesante lo que nos cuentas, cosas que no sabía sobre los corzos. Las fotografías muy bonitas. Besos.
ResponderEliminarLos corzos son unas criaturas a las que su voz no les hace una fiel definición. Una voz ronca y áspera para un cérvido tan elegante y vistoso.
EliminarGracias.
Besos.
Asombrosas las adaptaciones en la naturaleza, eso les hace ser como mecanismos de precisión insuperable en el difícil reto que les supone la diaria supervivencia. Muy bien descrito.
ResponderEliminarSaludos
Está todo tan bien entretejido que, uno no deja de sorprenderse. Todos los animales hacen coincidir su etapa de cría con el período más propicio para su descendencia. Qué maravilla.
EliminarGracias.
Saludos.