domingo, 15 de septiembre de 2019

Un joven pinzón recuperado




Como en la cúpula del trueno de Mad Max versión pájaros; "dos pájaros entran y uno solo sale". Así ocurrió el mes de julio pasado con estos protagonistas de la entrada de hoy. 
Uno, el periquito Melopsittacus undulatus llegó escapado de alguna jaula y traído a casa por mi hija; y el segundo también, un pinzón fringilla coelebs aturdido por algún golpe o atropello en la calzada de la ciudad.

Actualmente el periquito sigue en casa desde hace algo mas de un año pero, por fortuna, el pinzón pudo irse "volando" en julio valga el doble sentido de la palabra. Uno salió y el otro sigue dentro, afortunadamente, agusto.




Las aves aprenden pronto mediante la observación. Se fijan en las demás para agregar a su conducta lo mejor de lo observado en beneficio propio. La actitud tranquila del periquito era seguida y aceptada por el joven pinzón.

Tras comprobar que el pinzón no tenía ninguna fractura y seguir los procesos pertinentes para calmar al joven pájaro, necesitaba que bebiera y comiera una vez tranquilizado. Ahí vino en mi ayuda el periquito, dócil y apaciguador, sirviendo de monitor para que el pinzón tomara nota de cómo beber, comer y bañarse en su nuevo hábitat. Por supuesto, cómo no, hacer ver al novato que mi presencia no era peligrosa y que dejara de revolotear desesperado. Hizo un papelón el periquito logrando la calma del pinzón pero, no su desconfianza, vital para la vida urbana en libertad.

La galería acristalada me ha servido para sacar adelante muchos pájaros por su longitud, muy apropiada como parque de vuelo para ejercitar sus alas.
Los pinzones jóvenes necesitan una dieta insectívora vital para su perfecto crecimiento, alternada con semillas, mas frecuente de cara al otoño e invierno.
Transcurridas dos semanas de adaptación y recuperación de peso, etc., fue liberado cuatro pisos mas arriba de donde fue capturado; tan solo abriendo la ventana.

"Me encanta que los planes salgan bien" diría el coronel Hannibal Smith del Equipo A.


Hembra joven de pinzón común.

El periquito, gran imitador de voces, no tardó en reclamar como su compañero de habitación. Tiene además, buen repertorio de palabras nuestras en su haber.

El periquito tiene su jaula que utiliza como posadero. Si emprende el vuelo, regresa a ella una vez termina la ronda. Entra a comer y sale de inmediato. A la hora de dormir siempre le cuesta un poco meterse y, hay que ayudarle llevándolo si se queda frito fuera de ella. 
De origen australiano, éste es mas español que una paella y desconozco cual será su generación. De todos modos, educado y poco conflictivo es.

12 comentarios:

  1. Tu relato me ha hecho rememorar historias de la radio de antaño, cuando era niño, pues el pajarito pinzón se encargaba en aquel entonces de decir al oído de los reyes magos qué niños se portaban bien y quienes mal, de manera que todos nosotros, los chavales, pegábamos atentos la oreja al aparato de radio para escuchar la traducción de lo que el dichoso pajarito piaba. Generalmente nos quedábamos algo intranquilos, porque quién no tenía algo que esconder, pero cuando finalmente los reyes nos traían cosas, nos reconciliábamos con el pajarito pinzón que, al fin y al cabo, había estado de nuestra parte y no todo lo había piado. Prometíamos en nuestro fuero interno portarnos mejor en adelante.

    Un abrazo, Javier.

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    1. Llegó a ser un pajarillo bastante odiado, sobre todo, para aquellos a los que se les descubrían todos los "delitos" de travesuras descontroladas.
      Creo que, tal vez, fuera el primer pájaro que conocí en profundidad bastante antes que al gorrión.
      La historia, por cierto, no deja de ser entrañable; buscando los mayores el apoyo del pinzón para vigilar y evitar los rastros cometidos por esos locos bajitos que diría Serrat.

      Un abrazo, Carlos.

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  2. Preciosa vivência familiar, Javier!
    Foi-se o tempo em que tínhamos um periquito australiano no apartamento no Rio de Janeiro em pleno 10º andar...
    Um beijo

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    1. El periquito es tremendo. Habla y habla sin parar cuando se aposenta en la cima de su jaula y está mas tranquilo. Se posa en los hombros y en la cabeza. Cuando le pones el dedo salta como un resorte.
      Si está solo durante largo rato, viene en nuestra búsqueda.
      Maravilloso como todas las criaturas vivas del planeta.
      Besos...

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    1. Así es... Por lo menos, tuvo otra oportunidad mas para seguir adelante.
      Espero que lo haya ido muy bien.
      Besos.

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  4. Preciosa vivencia que me ha hecho recordar una historia parecida pero entre un jilguero y, también, un periquito. Un saludo.

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  5. La verdad es que uno tira de memoria y puede descubrir otras tantas historias mas.
    Saludos.

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  6. Hola Javier.

    Sin duda tiene que ser reconfortante para ti, poder ayudar un ave y darle una segunda oportunidad, porque de no hacerlo negro futuro hubiera tenido.

    El comportamiento de las aves en casa, siempre resulta imprevisible, unas son dóciles y otras en cambio siempre desconfiadas, nosotros tenemos dos y una se posa en nuestro hombro y la otra solo con mirarla se da la vuelta.

    Un saludo

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    1. Es una grandísima satisfacción la suelta de un ave después de lograr recuperarla cuando está en tus manos, sin duda.
      Los animales al igual que los humanos pertenecemos a determinadas especies y, de cualquier especie, el carácter de cada uno de los individuos es diferente. Hay un extenso abanico temperamental desde una gran irascibilidad hasta la mansedumbre mas absoluta.
      Saludos.

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  7. De niño tuve un periquito encontrado por haberse escapado de alguna jaula y descubrimos que era un prófugo experimentado. Lo pusimos en una jaula nuestra y resultó que cogía el comedero con su pico hasta hacerlo saltar para evadirse por el agujero. Impresionante. Si no fuera porque los animales requieren de nuestra atención me gustaría tener alguna mascota, pero con mi ajetreada vida, eso es imposible.

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  8. Este tipo de aves son bastante inteligentes y observadoras; aprenden rápido. El periquito de la entrada fue recogido en la calle pero, no somos gente de tener mascotas salvo en estos casos obligados.
    Estoy seguro que, en tu vida tan ajetreada, por todos los rincones del mundo tendrás tiempo de tener mascotas espontáneas por todo el planeta; basta con algún animalillo que te preste atención para que le eches algo de comer.
    Saludos.

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