lunes, 29 de mayo de 2017

Estampas de hembras de cabra montés

Cabras preñadas 15/04/2017

Aprovechando la verticalidad de los paredones calizos, entre brotes tiernos de plantas seleccionadas, las hembras de cabra montesa Capra pyrenaica hispanica ramonean todos los rincones con objeto de alimentarse y producir la leche necesaria para los tres o seis meses de lactancia de sus recentales a punto de nacer. Han pasado casi los 150-170 días de gestación, aún preñadas, caminan con soltura por las encrespadas rocas calizas. El parto tendrá lugar en mayo y junio.



Los gamones están a punto de florecer y contrastar en las laderas con el amarillo intenso de erizones y aliagas; entre el aroma montaraz de romeros y tomillos.
Después de producirse el parto, los recién nacidos aguardan muy vigilados por sus madres el momento de sumar fuerzas para ponerse en pie. El tiempo apremia, puesto que, si fueran sorprendidos por un poderoso predador, la madre poco podría hacer por él si no estuviera preparado.
Muchos de los nidos de búho real han sido usurpados por estos bóvidos, más fuertes que ellos. Personalmente, he podido comprobar como los espacios de expansión de jóvenes búhos, también son ocupados por hembras parturientas que encuentran estos cobijos ideales para traer al mundo a sus recentales.
Desde la base de los farallones calizos, me impresiona ver a las madres vigilar desde lo alto de cualquier fragmento pétreo sobresaliente el amplio espacio que se abre ante sus ojos, escudriñando todos los rincones con su inquieta mirada a la búsqueda de un peligro inminente. Con ello, la progenitora pretende ganar el tiempo necesario para el fortalecimiento de su vástago por si tuviera que salir a la desesperada.
Da igual que sea un joven búho real, la cabra montesa pendiente de su recental estará dispuesta a todo con tal de protegerlo: ver ejemplo.




Me gustan las escenas animales por su dinámica vital, y no me conformo solamente con ejemplares fotogénicos por su magnitud, si no por el concepto etológico dentro del enriquecido mundo de su biología; por muy sencilla que sea la especie. 

Hembra vigilando desde un punto rocoso elevado. El recental aguarda seguro y oculto en algún hueco de sabina negra o entre la roca.



Cuando el pequeño es capaz de sostener una buena carrera para ponerse a salvo, sigue a la madre. 


 Las cabras de monte se acomodan en cualquier lugar.



Del rebaño de ovejas, siempre hay alguna que se despista perdiendo la estela de sus congéneres.




14 comentarios:

  1. Siempre de lo más interesante seguir las andanzas de estas artistas de los roquedos. Hace un par de años en junio me llamó la atención ver una hembra que se resistía a huir ante mi presencia pese a estar muy cerca, entonces vi que la pequeña cría aún húmeda estaba tendida a su lado y comprendí que era el momento de marcharme.
    ¡Saludos!

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    1. Es un momento muy delicado aunque, a veces, no lo ves hasta estar muy encima. Si puedo ver a la hembra como en la imagen superior, la rodeo al máximo para no entorpecer su tranquilidad. Si el recental está en condiciones de correr, no esperan mucho para salir pitando.

      Saludos.

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  2. Cuando hace un mes estuvimos merodeando por las alturas de Los Cintos de Cazorla, en un lugar bien apartado y alejado de la mano del hombre, topamos con tres ovejas macilentas y sucias que habitaban en un covacho al pie del paredón calizo. Se habrían despistado del resto ni se sabe cuánto haría, y allí habían establecido sus reales.

    Las cabras ocupando esos antiguos nidos de búho nunca las había visto.

    Como siempre, sumamente interesante tu entrada.

    Un abrazo, Javier.

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    1. He topado con algunas ovejas. Algunas con el tiempo, parecen cada vez más asilvestradas y no dejan ni que las mires.
      Hasta que aparecieron las cabras por los lugares de búho real que frecuentaba, la rapaz de la noche no había tenido ningún problema con ellas por la utilización de oquedades. Pero, desde su irrupción al ser éstas más fuertes, se hicieron con el control inmobiliario del monte.

      Un abrazo.

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  3. Sí que son de armas tomar cuando se trata de defender a la progenie. Siempre me maravilló su capacidad para escalar por las zonas más difíciles.

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    1. Desde luego, cuando tienen descendencia son muy bravas. Incluso en las domésticas, si están con su vástago, basta con que se acerque algún perro para embestirlo sin miramientos.

      Saludos.

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  4. Encantada com esta entrada!...
    Quando vi uma cabra montesa pela primeira vez na Espanha, percebi sua graça e elegância de forma e aparência ao subir pelas montanhas, apesar da braveza aparente com que defende sua cria (qual mãe verdadeiramente não age assim?). Muitas vezes elas têm de criar os pequenos em circunstâncias adversas e com toda maestria mostram dedicação e altruísmo ao desincumbir-se desta responsabilidade (como as mães humanas...). Que incrível vê-las ocupando ninhos de búho!!! Nunca imaginaria tal feito tão gracioso...
    Um prazer ler seus relatos e especialmente admirar os registros fotográficos que nos presenteia em cada postagem.
    Um beijo

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    1. De todos los ungulados es el que más me gusta, bueno, junto con el sarrio. Debe de ser por la misma afición a la roca pero, mi manera de trepar por ella está a millones de años luz frente a la pericia escaladora de ambos.
      Cuando veo cabras en las sierras interiores y sarrios en la alta montaña, quedo perplejo ante la enorme capacidad de ascensión aparentemente fácil, pero, es el resultado de un esfuerzo disimulado.
      Besos...

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  5. Ya vi el ejemplo. Es admirable como se defienden las cabras. Hay que tener cuidado con ellas.
    Un abrazo.

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    1. Si, personalmente probé el topetazo de una de ellas y, tienen buen viaje si te dan con fuerza. Me salvó que fuera doméstica y no muy arisca. No le guardo rencor...

      Otro abrazo

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  6. Desde criança essas cabras me chamam a atenção;
    primeiro pela sua beleza e segundo por conseguirem estar
    nessas montanhas e não caírem k.
    Boa continuação de semana.

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  7. A mi me gusta verlas subir los riscos con sus afiladas pezuñas. Esa agilidad tan espectacular hace que preste la máxima atención a sus desplazamientos por las rocas. Cuando las veo, me siento para verlas y ellas no se alejan, al contrario, se afianzan.
    Buena semana para ti también.

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  8. Sería fenomenal que la población de cabras fuese controlada por el lobo, ahora que éste último está dando tanto de qué hablar, con los supuestos ataques al ganado doméstico en Los Monegros. Entre cabras, corzos y jabalíes, no me negarás que tienen la despensa bien provista de presas naturales...

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  9. El problema es la cerrazón de cierto tipo de gente. Haga lo que haga el lobo, será un ser odiado y perseguido allá donde aparezca. Ocurre así desde tiempo inmemorial. Esa conexión de competidores encarnizados no ha desaparecido ni desaparecerá en la mente de ciertos ganaderos que la heredaron de sus ancestros como un archivo imperecedero.
    En las ayudas europeas que reciben hay partidas que cubren los ataques de lobos y perros; también, la reconversión de los corrales para garantizar la seguridad del ganado. Otra cosa es, en qué lo gastan.
    Desde luego, sería maravilloso que un país como éste supiera proteger como riqueza natural y patrimonial la presencia del lobo, y reparar correctamente y en el menor tiempo posible las bajas animales de los ganaderos. Sin embargo, en política, no hay nada más que ineptos.

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