13 HORAS FRENTE A UN NIDO DE BÚHO REAL
Es fácil resumir las 13 horas frente al nido de búho real sólo con ésta imagen; así de sencillo. Pero, para hacerlo, hay que disfrutarlas minuto a minuto. Es la grandeza de la observación paciente.
He trabajado esta semana en una guardería infantil, pintando de diferentes colores los paños de la fachada de ladrillo del exterior e interior del patio de recreo. Mientras pintaba abstraído, se abrió de repente una puerta de donde salió como el torrente librado de una presa un turbulento batallón de pequeñas criaturas humanas estridentes y jubilosas. La primera conexión, la mirada; ese noble gesto universal con el que interactuar con ellos y adivinar parte de sus inquietudes. Y, después de su tierna expresión de curiosidad… un ¡hola! individualizado, casi por turnos. Así, sucesivamente, me respondía uno tras otro. Como se agradece la sinceridad de los niños con esa máxima expresión de nobleza en su incisiva mirada, y cuánto se echa de menos esta educación en ciertos vecinos de la comunidad con los que te cruzas a diario. Supongo que os preguntaréis, qué tiene que ver la introducción de unos simpáticos cachorros humanos con el búho real. Pues bien, a mí me viene a la mente algo primordial: la ingenua carita de un niño cuando duerme o cuando saluda, como reflejando en ella el no haber roto nunca un plato. Esto es (guardando las distancias) extrapolable a la de la hembra de búho real con los ojos cerrados mientras descansa segura en su oquedad nido con la misma estampa; tierna por el día, y un diablillo por la noche (cosas mías).
El 20 de febrero pasado, tal como sospechaba, después de haber escuchado al macho marcar el territorio desde su atalaya rocosa, pude oír un sonido ronco y tenue pero audible; era la contestación que emite la hembra cuando incuba o cuida de sus retoños.Al día siguiente, la localicé en una oquedad accesible y, desde una distancia de unos cien metros haciendo uso de los 60 aumentos del telescopio la vi echada en su cubil. Como acostumbra la especie, me recibe entreabriendo los ojos con un grado de cierto recelo. Basta con permanecer en el lugar sin ejecutar movimientos rudos y la rapaz entrará en un estado de seguridad y sosiego aceptando la ubicación fija del observador. No falla, cuando la distancia es la adecuada (cuanta más mejor) y utilizada asiduamente para todas las demás ocasiones desde el mismo punto, la rapaz se comportará con naturalidad. Si nos obcecamos en conseguir un lugar excesivamente cercano para ganar calidad de imagen, sólo veremos a un ave rígida, temerosa, que no moverá ni los párpados, y estará pendiente continuamente del observador sin otro menester. Por no hablar del riesgo que entraña esta conducta tan irresponsable.Han sido 13 horas frente al nido de búho real, divididas en cuatro días para observar detenidamente durante el paso de las mismas la influencia indirecta de otras especies perturbadoras de su descanso por ser enemigos potenciales, como también, posibles presas algunas de ellas.
Sólo el escándalo del cuervo atacando al águila real parece captar su atención
El día 21 de febrero sólo estuve una hora para analizar la adecuada distancia y comprobar que la hembra la aceptaba sin recelo. Esa misma hora presencié el ciclo nupcial completo del halcón peregrino (Falco peregrinus). El macho capturó, creo, una paloma zurita y la entregó a la hembra. En el encajonado cañón calizo el alboroto de los peregrinos era tremendo, por ello, seguidamente, miré por el telescopio la reacción de la hembra de búho real incubando que procesaba los sonidos con su fino oído; nada, la reina estaba completamente relajada y eso, a pesar del escandaloso griterío. Ni siquiera los halcones repararon en mi presencia.
El 7 de marzo escogí cuatro horas continuas de la tarde. A las 16´17 horas pasó un bando de unas 130 grullas (Grus grus) vocingleras que tampoco incomodaron a la rapaz, como tampoco lo hicieron los cuervos (Corvus corax) ni los dos zorros frente al cortado, uno de ellos, por cierto, atacado por sarna sarcóptica: la enfermedad es causada por un ácaro altamente infeccioso que se mete justo debajo de la superficie de la piel del animal. En fin, el 8 y el 9 del mismo mes en horario matinal, ni el halcón peregrino atacando a los cuervos, ni las chovas atacando al halcón peregrino, como tampoco el vuelo estruendoso de los buitres leonados accediendo al nido hicieron mella en el descanso de la hembra de búho real. Solamente el ataque de un macho de cuervo muy enojado a un águila real adulta de paso consiguió acaparar algo más su atención, por lo visto, el grado de voz era mas fuerte de lo habitual.La oquedad nido está bastante baja, es profunda y discreta, lo que le proporciona un lugar seguro ante posibles hostigadores. He comprobado que, por lo menos en estas fechas, no le da el sol a ese rincón en todo el día y eso no anima a muchas especies a deambular por esa zona fría de umbría. Todas las especies mencionadas buscaban el sol.
El territorio de esta pareja de búhos es bastante pobre en presas potenciales de las que se alimenta normalmente, por lo tanto, recurren a todo tipo de víctimas accesibles del entorno, presas variadas e interesantes por su escasa frecuencia. Iré comentándoos, si suceden, acontecimientos curiosos de esta pareja de búhos reales desde este incomparable marco natural de impresionantes moles calizas.
El mismo nido abandonado tras la cría en 2010
Entre las presas mas llamativas figuraba esta extremidad posterior de graduña (Martes foina)
Búho real en su posadero. La fotografía se hizo con el telescopio y la rapaz mostraba por la abertura de sus párpados una alarma de intensidad creciente. No abandonará el escondite por miedo a sus enemigos, por lo tanto, la observación de un ave estresada no lleva a ninguna parte. Lo mejor es abandonar o alejarse.
Estupenda e paciente observação! Precioso cuidado que você tem com as espécies da natureza.
ResponderEliminarBeijo.
Si, se me pasa el tiempo sin enterarme cuando observo.
EliminarUn abrazo...
No en vano el búho real es uno de lo pocos superdepredadores de la península, esa pata de marta da idea de su posición en la pirámide trófica. Estaré atento a las observaciones que publiques sobre esta pareja de búhos.
ResponderEliminarUn salujdo
El año de cría de esta pareja en 2010 además de la garduña, había restos de búho chico, mochuelo, cárabo, erizo y palomas entre otras. Uno de los pollos que cayó de la repisa del nido
Eliminarfue atacado por una hembra de halcón peregrino. No hay rapaz que ataque con mas saña al búho real que el peregrino.
Saludos.
Perdón, he tenido un lapsus quería decir de garduña.
ResponderEliminarCuando pasas horas de observación en el campo, no solo se obtiene valiosa información, sino que te vienen a la cabeza muchas curiosas relaciones. Algunas ayudan a interpretar otros sucesos y sacar conclusiones, aunque no sé yo lo de los niños de la guardería...
ResponderEliminarSaludos, señor de los búhos.
Ciertamente. Los datos corresponden a un determinado tipo de nido que habría que compararlo con otro tipo de opciones para nidificar. En una oquedad de solana muy expuesta, la hembra erizaba las plumas dorsales al paso del águila real, no estaba tan protegida como la del post.
EliminarRespecto a los niños de la guardería; sobre todo, cuando mis hijas eran pequeñas, les decía para hacerlas rabiar un poco cuando daban tanto mal, que eran como el búho real a la hora de dormir, buenecitas, pero cuando despertaban, eran tan peligrosas como la rapaz.
Saludos
Javi, gostei do que lhe chamou Jesús: "señor de los búhos".
EliminarPrecioso...
Se nota la admiración y cariño que sientes por esta bella rapaz.La verdad es que las rapaces nocturnas tienen algo mágico. Yo, a veces, he visto a algún mochuelo en la rama de un olivo y se siente algo especial al mirarlo y ver como te sostiene la mirada, sin inmutarse. Por desgracia, al Búho real no lo he visto nunca en su hábitat. Sí en cambio, en algún festival medieval, llegándolo a acariciar y sentir su mirada hipnotizadora, pero, me imagino que no será lo mismo que viéndolo en su hábitat.
ResponderEliminarSaludos
No hay animal que me haya sorprendido tanto como el búho real. Le he dedicado muchas horas de observación y seguimiento, me imagino que, en detrimento de otras especies también muy interesantes. No sé si resultaré cansino pero, deseo contar mas anécdotas sobre la especie siempre que tenga tiempo. Ya que no lo has visto Pini, y si no te cansa, me acordaré de ti cuando prepare mas entradas.
EliminarSaludos.
La primera parte del relato me ha gustado especialmente. ¿Por qué? Resulta que el que escribe es un profe de Primaria (con la cabeza a pájaros, claro), y estas cosas son las que me encantan también.
ResponderEliminarCon el búho... pues qué decir, esa tranquilidad ante casi cualquier movimiento de sus vecinos en el cortado transmite la seguridad del señor feudal en sus dominios. Un poderoso señor que puede matar una garduña implacablemente, pero que también cuida de su nidada con absoluta entrega.
¡Saludos!
La primera parte, jaja...es para comérselos y, cuando son mayores, te arrepientes de no habértelos comido. Bueno, no es para tanto, son una cosa maravillosa aparte. Me alegra que tengas ese gran privilegio como profesor, sobre todo, seguro que ellos contigo estarán bien ambientados en el tema de los animales.
EliminarEspero ansioso que la cría del búho real tenga un final feliz y, una vez acabada, poder recorrer la repisa para ver con toda curiosidad del mundo, esos despojos de presas consumidas.
Saludos.
En verdad eso es paciencia y tenacidad en la observación de esta especie, en verdad es recelosa, ya está tan alerta a gran distancia. Cuando uno se apasiona el tiempo parece casi no haber pasado, me ha sucedido varias veces cuando salgo a observar y fotografiar.
ResponderEliminarSaludos
Y, no es sólo la atención hacia el búho en su oquedad, sino el mundo exterior y sus consecuencias. Todo hay que anotarlo, puesto que todo es interesante a la hora de compararlo con otras obaservaciones con las que sa sacan suculentas conclusiones.
EliminarSaludos Hernán.
Me encantó tu entrada y el amor que pones en lo que haces.
ResponderEliminarDices:"Supongo que os preguntaréis, qué tiene que ver la introducción de unos simpáticos cachorros humanos con el búho real"... ¡y tiene todo que ver!. Entendí perfectamente la conexión que encontraste por ser tan observador de la VIDA."por lo tierna de día y diablillo a la noche"
Tierna observación, la tuya.
Un abrazo, amigo.
Me alegra que te gustara y celebro que lo hayas interpretado como era mi intención. Globalmente, todas las criaturas vivas en su periodo infantil son entrañables y nos mueven de una u otra manera el corazón con sus gestos ingénuos de su aprendizaje.
EliminarAbrazos Mabel.
La paciencia suele dar buenos resultados, pero no todo el mundo tiene la suficiente. Me sorprende ver lo accesible que es el nido, aunque quizás esté equivocado y no esté tan cerca del suelo como parece.
ResponderEliminarAsí es y, en estos casos, nunca defrauda. El nido es accesible por un extremo de la ladera, aunque la fotografía mas alejada da una falsa imagen de altura. Por fortuna, esta zona no tiene cabras montesas puesto que si las hubiera, la rapaz no habría criado en el mismo lugar.
EliminarSaludos
Estare atento a sigueintes capitulos.Este año observe uno (con teles y lejos) que me recuerda a l tuyo(a).
ResponderEliminarSALUDOS CAMPEROS.
Estoy seguro que acontecerá algo interesante con esta pareja. Si lo vi Haritz, se parecen por el cutrescoping ya que con sesenta aumentos y toda la ampliación de la coolpix no da para mas calidad. Menos mal que me perdonais la mala calidad.
EliminarSaludos Campero.
Completamente de acuerdo. Hay que guardar una distancia de seguridad. Precioso reportaje. Eres un privilegiado. Un saludo Javier.
ResponderEliminarDesde luego, si es para ver solamente al búho real, por verlo, basta con mirarlo un poco aun que recele por nuestra presencia pero, si se pretende arrancar el comportamiento natural con sus vecinos, entonces, incluso con la presencia humana que, también es un engorroso vecino ocasional, podremos anotar momentos muy interesantes en nuestro cuaderno bastante naturales.
EliminarPor cierto ¿qué tal te fue la observación?
Saludos Mamen.
La paciencia ha dado su fruto, la posibilidad de disfrutar de las idas y venidas de un búho real y de sus compañeros de hábitat. Los niños de infantil están llenos de espontaneidad, el problema es que con los años se va perdiendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sólo me faltó; el día que esperé hasta anochecer, que el macho hubiera aparecido con alguna presa para la hembra pero, no ocurrió, y tuve que marcharme a oscuras.
EliminarEs lo que tiene la infancia, pero, los padres recordamos lo mejor de ellos...Los profesores, teneis que multiplicar esas sensaciones.
Saludos.
Qué paciencia, hace poco descubrí a unos pájaros que iban a beber a una fuente que tiene mi vecina en su jardín y quise fotografiarlos mientras se bañaban, me escondí entre los setos y tan sólo aguanté media hora Los muy listos sabían que yo estaba allí y ni se acercaron Tú por lo menos lo has conseguido
ResponderEliminarSaludos
Bueno Paca, esto es mas sencillo, puesto que la rapaz no se mueve de su oquedad.
EliminarLas fotos son de mala calidad pero, tienen un valor documental suficiente. Para lo que pretendes, será mejor que te prepares un escondite bien camuflado, una buena dosis de paciencia y, a esperar esos frutos tan agradables tras la espera.
Saludos.