Ver amanecer entre los erguidos riscos calcáreos mientras se respira el aroma montaraz de la vegetación mediterránea, no sería lo mismo sin el bullicio y la algarabía de estos córvidos, cuyas voces, se multiplican por el eco incesante de las vertientes rocosas y encañonadas de nuestras serranías. Son la voz indiscutible de estos espacios. Por idéntico orden, fuera de la época de cría tanto en el amanecer como en el anochecer, siempre alborotando, inician el agrupamiento en busca de zonas adecuadas de campeo, hasta su regreso al final del día cuando el bando se desarticula ubicándose cada pareja en su respectivos dormitorios roqueros. Como en el resto de la familia de los córvidos, la chova piquirroja (Phyrrocorax phyrrocorax) tiene en común una marcada adaptación gregaria en la que se incluye la defensa a ultranza de los miembros de la comunidad. La cohesión de los bandos, sobre todo en vuelo, es la mejor manera de prevenir los ataques de sus enemigos. Una rapaz, sólo se atrevería a picar contra un ejemplar aislado calculando la maniobra de choque o captura tras un veloz vuelo, evitaría así el impacto contra algún componente del grupo que pudiera invadir su radio de acción. Ya se encargan las negras aves de achicar espacios graznando con fuerza ante cualquier peligro.
Pero no es el canto una herramienta de las aves para inspiración de poetas precisamente. Su utilidad principal es la de proclamar el dominio de un territorio, tanto para atraer hembras como para alejar competidores; además de alertar de la presencia de predadores y mantener contacto canoro entre miembros de la bandada, etc.
Recuerdo hace unos años en plena estepa de redondeadas lomas yesíferas, ver caminar a dos chovas piquirrojas entre una maraña de albardines, romeros y tomillos. Campeaban separadas unos treinta metros la una de la otra, y cada tres segundos, reclamaba una y contestaba la otra. Así estuvieron durante veinte minutos, intercambiando constantemente mensajes tranquilizadores de voz breve. Las observaba desde un altozano, cada una por su ruta, entre ellas no podían verse debido a la espesa cobertura vegetal, por eso conectaban con un fugaz reclamo, o voz de contacto. Cuando llegaron a un punto despejado de encuentro, la comunicación acústica se reemplazó por la visual y las voces ya, apenas fueron necesarias.
- Beber por la caña del largo pico es tarea complicada para un ave con una herramienta tan especializada, con la que atrapa sobre todo, a gran cantidad de insectos que son la base de su alimentación.
- La parada en el abrevadero es un momento delicado, ya que las aves han de alternar con atención la compleja maniobra de beber y vigilar a posibles enemigos acechando.
- En ocasiones, también utilizan el interior de casas abandonadas para criar; este joven nos muestra la suya. A diferencia de los adultos, en los jóvenes el pico es más corto y de color más apagado, como las patas que son de un tono anaranjado sucio.
Hienot kuvat . Terveiset Suomesta.
ResponderEliminarMarkku Mäkelä
¡Hola Javier 16!
ResponderEliminarOtra muestra de gran inteligencia por parte de estos córvidos, la cohesión que guardan con el grupo y el uso tan espectacular que hacen de su lenguaje que les permite estar en comunicación constante con el otro individuo o individuos del grupo, cosa que les da seguridad.
La primera fotografía es maravillosa, el paraje inspira soledad, pero de la buena, ésa que nos permite entrar en contacto profundo con la Naturaleza.
Las fotos de las chovas en su abrevadero también son bellísimas.
Y finalmente, esa reflexión que haces sobre el paraje y las chovas en un contexto de amaneceres y crepúsculos, supongo que ellas deben saber apreciar estos fenómenos de la Naturaleza más que muchos de nosotros, que con la ciudad los pasamos por alto. Son mágicos estos momentos que se pasan en tu blog, conociendo cosas de los animales y su entorno. Gracias y un abrazo.
Hola Javier! estoy completamente de acuerdo con Clariana, que la primera fotografía inspira una paz INDESCRIPTIBLE. Mira, la amplié todo lo pude y hasta me parecía escuchar los gritos de los pájaros. Además noté, en la pared del frente que en la roca hay cuevas. ¿qué son esas cuevas? hechas por el hombre o por la naturaleza misma?
ResponderEliminar¡qué maravilla! Cómo me gustaría estar allí rodeada SOLAMENTE POR LA NATURALEZA...
Gracias Javier por tu post ! Una maravilla.
Un abrazo !
La unión hace la fuerza. Más aún si se proclama además a los cuatro vientos. Esplédido reportaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jejeje, la unión hace la fuerza y eso lo saben bien los gregarios córvidos. La entrada es una maravilla, como siempre, y coincido en lo hermoso y majestuoso de la primera fotografía. Si desde aquí puedo oír a las chovas gritando: "¡Que viene Javier, que viene Javier!" con cierto tono de gozo, de alegría. :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Verdaderamente, Javier, sin esa algarabía de los grupos de chovas el monte sería un lugar menos vivo.
ResponderEliminarComencé a familiarizarme con ellas en cortados calizos de diversas serranías ibéricas, pero también me han acompañado lo suyo en las cumbres cimeras de Guadarrama (Peñalara, Los Claveles) e incluso en el Alto Atlas.
Saludos, por esta vez: chovinistas.
Uf qué sería de las "salidas montunas" sin la algarabia de las chovas. Me da sensación de libertad oirlas. Me encanta. Qué inteligentes son.
ResponderEliminarNo sabía lo de los colores más apagados en las jóvenes. Siempre aprendiendo de vuestros blogs.
Un placer.
Thank you for sharing
ResponderEliminarThis fabulous work with us
Good creations
Hala Javier, el año pasado vi un grupo de unas 50 chovas. Al principio pensaba que se trataba de gragillas pero a medida que me acercaba y cogí los prismáticos me llevé una sorpresa. Hera un día nublado pero entraban rallos de sol que las iluminaban y me sorprendió su hermoso plumaje que nos dejó ver unos reflejos verdosos y azules maravillosos. Lastima no llevar la cámara en ese momento.
ResponderEliminar- Gracias por pasarte Markku Mäkelä.
ResponderEliminarSaludos desde España
- Clariana, son muy especiales estas aves para mi. Las llevo viendo prácticamente en todas las salidas a realizadas al monte, y no me canso de echarles un vistazo cuando vuelan escandalosas durante sus desplazamientos. Muchas veces las ves en pareja, casi siempre posadas en la roca y comienzan el ritual amoroso de atusamiento recíproco de su plumaje, que suele ser siempre en lugares inaccesibles para el propio individuo; la zona ocular, la nuca etc.., vamos, una pareja como las de toda una vida.
Gracias a ti también.
Abrazos.
- Es cierto Mabel, paz indescriptible hasta que aparecen los bandos de chovas que, atruenan el estrecho canal rocoso con un eco digno de escuchar. Es romper el silencio, agregando vida con el palpitar escandaloso de estos córvidos y sus vistosas piruetas.
Las cuevas son naturales, fruto de la erosión de los materiales blandos de la roca caliza, y en ellas anidan los grandes e imponentes buitres leonados, habitantes habituales de estos parajes del Cañón del Río Mesa.
Muy agradecido.
Abrazos.
- Tawaki. Si necesitan mucha unión, pues la cantidad de enemigos es notable; el águila perdicera, águila calzada, halcón peregrino y búho real entre otros.
Abrazos.
- Ves Trotalomas, ya te vas destensando y haciéndote más familiar en la cuadrilla montaraz. Que no falte el humor. Me has hecho reflexionar y tal vez, la mayoría de las veces en que las chovas montan el follón acústico, puede que sea por mi presencia en el monte como comentas. Tendré que estudiarlo.
Abrazos.
- Si estuviera más puesto Javier, en esto del ordenador, no sé si es posible, me hubiera gustado con la imagen completa en la pantalla, que hubiese sonado con toda su potencia el eco repitiendo con fuerza el reclamo de las chovas piquirrojas. Pero sólo cabe de momento, en la imaginación.
Saludo chévere.
- Y que lo digas Mamen, sería como salir al monte con los oídos tapados. Hay otros muchos sonidos, pero el de las chovas siempre es el más rompedor, reinando como corresponde en todas las cumbres rocosas de nuestra geografía.
Abrazos.
- SKIZO. Gracias a ti, por pasarte e interesarte por la naturaleza.
Saludos.
- Bikayak: tiene una cierta similitud sonora el reclamo de las chovas piquirrojas y el de las grajillas, aunque la diferencia está en la nota más breve y hueca de la grajilla. De todos modos, al margen de la indiscutible belleza morfológica de todos los córvidos, su estructura social es de las más interesantes del mundo de las aves, manteniendo una activa jerarquía muy implicada en la cohesión de grupo.
Los córvidos negros no cuentan con los contrastados tonos de arrendajos y rabilargos, pero en su lugar, poseen unos espléndidos reflejos tornasolados que despiden todos los colores imaginables.
Saludos.
hermosa ave!...me gusta el encendido color de sus picos...me parece tambien hermosa la primera foto de la entrada la sensacion que me trasmite es liberadora....denuevo vuelvo y te digo excelente trabajo ....gracias por compartir tus experincias ....hasta la proxima
ResponderEliminarFiquei bem impressionada com o tipo de comunicação que os corvos fazem entre si.
ResponderEliminarJavier, não tenho certeza, mas acho que aqui no Brasil só temos as gralhas, gralhas azuis; não os corvos.
O seu texto está impregnado de emoção, pelo menos eu senti essa aproximação. Gostei muito das fotos. Bastante expressivas.
Um belo trabalho. Obrigada por compartilhar essa experiência conosco.
Beijos ternos.
Uno de los momentos más bonitos al llegar a una cima es ver a las chovas volar de cerca y desde arriba jugando en el aire, especialmente los días de viento.
ResponderEliminarPor aquí las que yo vi son las chovas piquigualdas o pico amarillo, tienen el pico un poco más corto y menos curvado que las piquirrojas pero es tan ruidosa como las que tú nos muestras hoy.
ResponderEliminarFantásticos esos riscos, tiene que ser una gozada poder ver a las chovas y poder escucharlas también.
Buen fin de semana
- Capriyunliuz, celebro que te guste tan espléndido pájaro negro de rojo pico, el cual, gana color debido a las primeras luces del día, cuando el sol despunta sobre el horizonte.
ResponderEliminarAbrazos.
- Sin duda Teca, estas aves sorprenden con su comportamiento social enriquecido por el paso del tiempo, en el que no dejan de sorprendernos con su inteligencia, incluso en las ciudades. Esas urracas azules o arrendajos supongo, a los que te refieres, tienen también una coloración extraordinaria. Aquí tenemos también uno azulado que vive en la mitad sur de la península ibérica, el rabilargo.
Me alegra que te haya gustado. Ésa es la labor de un apasionado de la observación de la vida, para gente como tú.
Abrazos.
- Es cierto Jesús. Tienen además, infinidad de características de vuelo que cautivan a cualquiera.
Saludos.
- Pues Abedugu, aunque tus chovas sean las de pico amarillo que son la versión alpina de las chovas, tienes que disfrutarlas un montón. Yo quedé sorprendido de la mansedad de dichas aves cuando subí a los lagos de Covadonga, todas ellas se situaban alrededor para esperar la generosidad de la gente. Que vivencias.
Los riscos están al lado de mi pueblo, y esas paredes calizas son tremendas cuando alguien alza la voz.
Abrazos.