- El inquieto mamífero no dejaba de rebuscar por todos los rincones en busca de algún resto que llevarse a la boca.
La garduña (Martes foina) pertenece a la familia de los mustélidos: martas, visones, comadrejas, turones etc.; criaturas de cuerpo alargado y patas cortas. Su pelaje es pardo oscuro con una poblada cola. La mancha blanca bifurcada de la garganta y pecho, le diferencia entre otros detalles, de la marta, cuya mancha es amarillenta. Su peso oscila alrededor de los dos kilos, y su distribución es más extensa en iberia que la de la marta (Martes martes), recluida muy al norte entre Pirineos y zona Cantábrica.
Había un posadero de búho real en el interior de una sabina negra que se hallaba en la base de un cortado calizo. Al ir a revisar su interior, salió somnolienta una garduña que observé a placer durante unos quince minutos. Unos meses antes, salió del mismo lugar una gineta; hay que ver a las dos especies trepando por el cortado. Absolutamente asombrosas, sobre todo, por su agilidad.
Al borde de la carretera, semioculta por una zarza y en el final de una larga barandilla para proteger a los viandantes del balneario, siempre parecía esperarnos de camino a casa con el coche, ya no una garduña, sino, “la garduña”, a la que esperaba ávida nuestra mirada justo en el lugar del encuentro. Allí estaba la mayoría de las veces sentada como un gato alrededor de las 22´00 horas cuando regresábamos la familia, del pueblo vecino.
Hay muchas más anécdotas con esta preciosa criatura carnívora de afilados colmillos, y, termino precisamente con su versión más dócil.
Fue hace un par de años en el balneario de
Como las aves que optaron por la tranquilidad de la alta tensión a cambio de paz, la garduña, hizo lo propio con el balneario para asegurarse el alimento. Sorprendente.
- Esta secuencia invita a pasarle la mano por su suave pelaje, pero no es recomendable sobrepasar su área de seguridad, aunque parezca prestarse a la caricia.
- Imagen tomada de una diapositiva. La calidad es pésima, pero como documento, curioso. Enfoqué como pude a través de las lobuladas ramas de la sabina, y la vi adormecida a la vez que alerta durante unos 15 minutos de observación. Apenas nos separaban dos metros de distancia.
Que suerte tienes de poder ver a todos estos animales en libertad, yo nunca vi una garduña, ni siquiera se si las hay por aquí.
ResponderEliminarAhora que empiezo a hacer salidas para encontrarme con la naturaleza tendré que poner más atención a lo que me rodea pues a veces se corre el peligro de caminar y no ver todo lo que hay.
Esa garduña es preciosa y la verdad que apetece acariciarla.
Me encantó tu reportaje de hoy.
Un abrazo
Qué buena oportunidad para hacerle unas fotillos y deleitarse con estos animales normalmente tans esquivos y huraños con el hombre.
ResponderEliminarEs otro de los animales que normalmente sólo veo cuando ya es demasiado tarde para ellos, es decir: atropellaos.
Abrazos.
- Abedugu, si que tendrás allí una gran colección de mustélidos incluida la garduña; lo que ocurre es que son animales crepusculares y nocturnos, y toparse con ellos resulta complicado. Me gusta ver a las especies en su medio natural pero esta garduña concretamente, me llamó más la atención por su disposición a ser observada con toda tranquilidad. Son mamíferos que conviven con los humanos, sobre todo en zonas rurales. A veces Abedugu, es cuestión de suerte, nada más.
ResponderEliminarSaludos.
- Anzaga. La oportunidad fue muy buena, pero en un velador tomando unas cervezas por la tarde…, rara vez uno se encuentra con el equipo fotográfico a mano. Lo peor es cuando a la cámara de emergencia le falla la batería ¡Qué cruz!
Aprovecha los atardeceres y, tarde o temprano, la verás.
Saludos.
¡Hola Javier 16!
ResponderEliminarQué inteligente es la garduña al merodear cerca de un balneario en busca de comida. Y por lo que explicas no se hace extraña a las personas que la contemplan con respeto y guardando la distancia que ella requiere.
Me llama la atención estos ojos tan brillantes que se perciben en la foto segunda de tu post. Un animal más que no me va a pasar desapercibido, aunque de momento sólo lo vea en tu blog y en alguna guía de animales, quiero decir que me acordaré de ella y de lo que relatas. Saludos.
La necesidad les hace agudizar el ingenio y perder toda la vergüenza! Si que dan ganas de apretujarla aún a riesgo de un buen mordisco. Vaya momento! Saludos.
ResponderEliminarEsa garduña de balneario es otro síntoma de que algo va cambiando, de que cada vez más personas respetan a las antiguas alimañas.
ResponderEliminarEs una buena noticia.
Mi mejor avistamiento de garduña lo tuve una mañanita de verano paseando entre un bosque mixto del alto Pirineo. Por el lugar supuse que sería una marta...pero, no, era su prima la garduña con unas manchas blanquecinas en el cuello, muy evidentes. La observé a pocos metros de distancia y relativamente confiada, tal vez era un ejemplar joven.
Saludos.
La garduña es uno de esos animales que conozco más por sus restos que por haberme sido presentada, jeje. Sus huellas y excrementos son lo más cercano que he tenido a una de ellas, al menos de forma visible. Te guardo una sana envidia por haber disfrutado en tantos y tan buenos momentos (la calidad de la foto es lo de menos, como bien dices) de este mustélido.
ResponderEliminarUn abrazo, y a seguir "llevándonos al campo" con imágenes como estas, jeje.
Es preciosa. Nunca he visto una, aunque sus excrementos siempre me acompañan, en casi todas las salidas. Mis compis sí que han tenido la visión fugaz, pero yo...siempre llego tarde. Me parecen tan huidizas!!! Me da algo de miedo que se hagan confiadas, no sé, no sé. ¿Creéis que es bueno?
ResponderEliminarSaludos!
Emocionante encuentro con otro duende del bosque, que estar, está, pero que muy pocos tienen la fortuna de verlo. Las fotos, magníficas, pues reflejan fielmente la emoción del encuentro. Saludos
ResponderEliminar- Clariana: no puede hallar otro lugar mejor para sobrevivir. En el balneario hay comida fácil y total prohibición de escopetas. Supongo que se aclimató perfectamente la garduña en un ambiente donde la gente, en parte, acude a solucionar sus problemas de salud.
ResponderEliminarLastima no haberos podido mostrar imágenes de mejor calidad, pues semejante preciosidad, lo merecía.
Saludos.
- También hubiera hecho lo mismo Asterina. Sé que su piel es muy suave, y por supuesto, sus dientes por el contrario, temibles.
Saludos.
- Bueno Javier: un pequeño secretillo; había un jubilado (supongo; pues van subvencionados por el Gobierno de Aragón), que no paraba de insistir a sus acompañantes de la presencia de tal “ardilla”. Me imagino que eso favoreció al mustélido, pues de lo contrario…, quién sabe.
Seguro que disfrutaste un montón con la visión de la garduña, aunque fuera joven.
Saludos.
- De todos modos Trotalomas, he visto bastantes garduñas pero, sin embargo, no he visto al mustélido más grande ibérico, que es el tejón. Sus restos y todo tipo de indicios los he disfrutado como tú con la garduña; pero al tejón por desgracia, solamente lo he visto atropellado.
Saludos.
- Mamen, la cita en el balneario es un hecho muy puntual. Es muy difícil hallar ejemplares con tan marcada docilidad. Pero lo mejor es que en el balneario, confío, que su subsistencia pudiera estar asegurada al igual que libre de disparos. De todos modos, la estancia en este tipo de lugares puede ser esporádica.
Saludos.
- Lo que ocurre con estos encuentros Lluís, es que nunca nos parecen suficientes. En estos casos, siempre pecamos de egoístas.
Saludos.
Pues mira! Yo al tejón sí que lo he visto!! Rarísimo, porque se me cruzó en pleno día en medio de un camino, a poquísima distancia, ¡además íbamos con perro! pero venia atrás. Yo iba adelantada del grupo. Se paró, se me quedó mirando un instante, y siguió con un trotecito lento, nada de asustarse ni correr. Alucinada me quedé. Para mí que iba a unas colmenas próximas que había (meles meles). Lo recuerdo como un encuentro mágico para mí y sólo para mí. Que se joroben los que venían detrás, jajajaja.
ResponderEliminarEl único que he visto en mi vida en la tira de años que llevo saliendo al monte. Pena de cámara que no llevaba. Pero ya te digo, graduñas no he visto ni una!
- Pues no te puedes ni imaginar, la de puñales que saldrían de los ojos de tus compañeros apartados, ante la comida visual y particular tuya del encuentro con el tejón. Debiste de ser el blanco perfecto de su ira. Pero…, que te quiten lo bailao.
ResponderEliminarEso, es el campo Mamen. Unas veces, se viene con las plumas hinchadas y otras, desplumado.
Que suerte tuviste. ¿No será una especie de pique, mmm…?
Saludos.
Hola Javier, excelente tu relato (como es usual) y las fotos me encantaron. Tuve que buscar en el diccionario lo de "garduña" ya que no conocía al animalito por ese nombre,pero sí por "marta", aunque tú dices que difieren un poco en las manchas del pecho.
ResponderEliminarPersonalmente me da un poco de miedo que se aproximen tan cándidamente al ser humano... ya que todos no son como deberían ser y hay muchos perversos.
Gracias una vez más por tus hermosas enseñanzas acerca de la naturaleza y sus magníficos habitantes.
Un abrazo amigo !
Bueno, ellos no son mucho de campo, excepto mi compañero, así que les dió un poco igual. No lo valoran.
ResponderEliminar¡¡No es un pique!! son ganas de compartir con alguien que sé que lo aprecia ;) Estas cosas se las comentas a los demás y se piensan que estás un poco "tarado" porque te ilusione ver un animal. Así que hay que comentarlas con cierta gente, la que lo va a entender.
Saludos Javier!
- Así es Mabel G., la marta es otra especie diferente y algo más ágil, sobre todo por su medio natural, los bosques. Tiene una agilidad comparable a la de la ardilla, a la cual persigue por las ramas hasta darle caza. Ocupa para descansar, y a veces saquear, los nidos de pito negro en árboles (es un pájaro carpintero del tamaño de una corneja). Es bastante más escasa que la garduña.
ResponderEliminarGracias Mabel por estar ahí.
Un abrazo y buen finde.
- Mamen: ellos se lo pierden. Ver al tejón o, a cualquier especie, implica poder repetir la observación, pero añadiendo conductas diferentes. Por lo tanto, nunca se aburre uno de ver la misma especie. A mí me ocurre por ejemplo: con los buitres leonados.
De todos modos, me alegro un montón y espero que pronto caiga la garduña y toda la saga de mustélidos que son el copón.
Que saques buena tajada este sábado. Saludos.
Javier, leí tu comentario en mi blog y me alegré tanto al verlo que decidí, más por la alegría que me causó que por obligación como suele pasar en la mayoría, escribirte también.
ResponderEliminarDéjame decirte que tu blog me gusta demasiado, me gusta la fotografía, es por eso que siempre 'chequeo' tu espacio.
También déjame darte las gracias por esas palabras que escribiste hacia mi persona, soy un joven de 16 años que sueña con ser un humilde escritor pero escritor, quiero que me conozcan como tal, que me llamen así y es que amo escribir, desde muy chico me gustó y ahora lo desarrollo con más frecuencia, mucha más frecuencia que antes, por eso pensé que sería una buena idea abrir un blog y creo, a mi pensar, que está resultanto.
Gracias por eso Javier y sigue así, que tu blog es muy bueno, convinar la fotografía con la naturaleza parece, para muchos, muy común -tomarle una foto a un viejo árbol, por ejemplo-; pero para mí no es así, la fotografía tiene una magia propia, lleva una ilusión en cada color, lleva vida, por eso me gusta este pequeño espacio y gracias doy por eso a ti, Javier.
Sigue visitanto mi blog con esas palabras que me motivan a seguir en este camino tan duro pero que amo cada día que pasa.
¡Hola Javier 16!
ResponderEliminarHe venido otra vez también para leer los comentarios sobre la garduña, de tus amigos del blog.
Y he pensado pues comentarte una pequeña experiencia de hace pocos años.
Ibamos mi marido, el Xiqui (un perrito que ya se murió) y yo por un bosque cercano a Sta. Coloma -donde vivimos- y de repente noté algo que se me posó en la cabeza, me asusté un poco pues no sabía qué era y José me dijo que era una ardilla que había escogido mi cabeza para posarse. Siempre lo guardo de recuerdo. Saludos afectuosos.
- Desde luego, no pierdas la ilusión de escribir Enrique, ya que con 16 años y un empeño desbordado, tienes mucho mundo por experimentar. Ya te comenté que no soy ningún entendido en relatos, pero tú, tienes y cultivas una cierta soltura imaginativa realmente curiosa. Creo que así empiezan los grandes escritores: gravando con la mirada el folio en blanco de su mente. Confío en tu saber hacer y espero leerte pronto.
ResponderEliminarSaludos.
- Hola Esteban. Me alegra mucho tu satisfacción por este blog. Aquí prioritariamente, tratamos de comentar a modo coloquial e informal, todas esas vivencias guardadas en nuestro recuerdo, y que es bueno rescatar para compartir. Nunca hay que desechar observaciones por muy pasadas que estén, todas tienen su importancia a la hora de elaborar datos sobre especies que quizás en su día, estuvieron en determinado lugar, y que posteriormente desaparecieron. Además, a mí particularmente, me gusta horrores las historias personales con nuestros vecinos del campo; los animales, cuando la gente que por aquí se pasan, cuenta con toda ilusión del mundo. Por lo tanto, sé bienvenido.
Saludos.
- ¡Que pasada Clariana! Me imagino que la descarada ardilla, sería ya por veterana, un experimentado huésped de la especie humana, un roedor que podía permitirse todo tipo de confianzas; hasta la desfachatez de posarse sobre tu cabeza.
Es lo que tienen algunos animales: “les das confianza, y se te suben a la cabeza”.
Estas agradables anécdotas, son las que llenan de magia nuestros momentos cotidianos.
Me alegro mucho de tu vivencia, y suerte con las futuras.
Saludos.
Esto es aprovechar las oportunidades
ResponderEliminarQué placer poder ver a este animal tan huidizo, a excepción de éste.
Uhm... a ver, que le has prometido para tener este enchfe??
Otro post que me ha encantado y que me descubre un animal fascinante¡¡
Un fuerte abrazo
A Salto De Mata
En los balnearios Miguel, hay que disfrutar de su tranquilidad. La garduña, con su conducta desestresada, lo demuestra claramente. Haz la garduña un poco, y verás cómo te relajas.
ResponderEliminarSaludos.
¡Hola Javier 16!
ResponderEliminarHoy ha sido uno de los días más felices de mi vida. Esta mañana he ido a los jardines del Parlament a añadirme a una pequeña manifestación en contra de las corridas y ha sido una alegría inmensa cuando se ha sabido la votación, un momento histórico que ha valido la pena de vivir. Espero y deseo que los políticos de turno no lo estropeen y sean capaces de llegar a enero del 2012 y abolir definitivamente las corridas. Gracias por tu comentario y por compartir este momento, ahora entiendo más lo que me comentastes una vez. Un abrazo.
Totalmente de acuerdo contigo. Es una sensación de justicia de la que no encuentro palabras para expresarme. Pero una sensación muy grata y emotiva.
ResponderEliminarPor lo demás, me ratifico completamente por lo que comenté.
Es un gran momento en el que no hay que bajar la guardia, pues el mecanismo impositor no parará hasta intentar darle la vuelta. Sin embargo, soy optimista, ya que para la gente razonable es normal que una expresión cultural bañada en sangre, no sea admitida cómo cultura educativa.
Un abrazo Clariana
Gracias por entrar y comentar en mi blog! Per te digo que la naturaleza es lo mas bonito que se nos ha podido regalar y mucha gente no valora eso y la dañan...
ResponderEliminarGracias a ti Yamilo, por ese interés especial hacia la naturaleza. Acuérdate de ella en tus poemas.
ResponderEliminarSaludos.
Vaya suerte tuviste. A mí me gustan mucho los animales, pero creo que hacen falta mucha experiencia y mucha paciencia para poder verlos en estado salvaje. No te digo y fotografiarlos.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog, creo que pasaré por aquí a menudo.
Un abrazo.
Gracias Tawaki; tú lo has dicho: suerte. Y, no hace falta tanta experiencia, a veces, sentado largo rato en el mismo sitio, puedes ver todos los animales que lentamente se van acercando. Lo peor es, ir a su encuentro, de este modo los ahuyentas.
ResponderEliminartú, sigue saliendo a ver fauna que, en cualquier momento, sonará la flauta.
Nos leemos.
Saludos.
Buenas, Javier.
ResponderEliminarPues con el tejón he tenido, entonces, más suerte que tú. Aunque nunca he podido "cazarlo", a ver si algún día puedo traerlo (de pezuña o garra, jeje) al blog con una foto.
Un saludo.
superb photo;and nice blog,congratulations
ResponderEliminarSe te echa en falta ¿estás de vacaciones?. Si es así, que disfrutes un montón.
ResponderEliminarUn abrazo
- Qué tal trotalomas. Vaya, vaya; este gesto, como veo, es equiparable a una secuencia de la infancia, donde tú, agitas una golosina ante mí, detrás de un cristal. Eres un poco perverso, y la venganza será terrible.
ResponderEliminarCréeme que al tejón le tengo muchas ganas, y por supuesto; darte la enhorabuena por haber disfrutado de su presencia. Es una auténtica suerte.
Saludos.
- Muchas gracias Sebi-2569 por tus amables palabras.
- Hola Abedugu. Pues no, no estoy de vacaciones. Estoy con un pequeño exceso de trabajo y algo de vaguitis, además de poquísima inspiración. No sé si caerán vacaciones este año, pero bueno, gracias por pasarte. Espero que tú, si las disfrutes.
Saludos.
¡Hola Javier 16!
ResponderEliminarMe gustaría que pudieras coger algunos días de vacaciones, es necesario para nuestro organismo y bienestar en general.
Encuentro a faltar tus post como Abedugu, pero si no puedes por exceso de trabajo ya esperaré no te preocupes. Cuidate mucho. Un abrazo.
Parece de momento, algo complicado y lujoso lo del tema vacacional. El trabajo se me amontona, y el mes de agosto prácticamente está sentenciado.
ResponderEliminarNo sabes cuánto te agradezco, al igual que a Abegudu y a Mabel, esas palabras de ánimo, son palabras que refuerzan la ilusión de preparar nuevas historias. Gracias, y descansa tú también.
Saludos.