El reciclaje actual no me convence y me toca la moral enormemente. Es un tocomocho bien entramado. Lo tengo muy claro, pienso reciclar lo menos posible con "el modelo derroche". Por no reciclar de este modo, dejé incluso de consumir agua embotellada entre otros artículos con envoltorio no reutilizable. Todos los malditos productos de consumo van empalagosamente envueltos, generando infinidad de desperdicios que por no tener un coste de retorno para facilitar su control, son tratados con descuido y desinterés por el consumidor. Unos se reciclan y otros se abandonan en cualquier lugar. Basta con ver el cauce de nuestros ríos y las afueras de nuestros pueblos y ciudades; todo el paisaje se complementa con la basura arrojada por gente sin escrúpulos. Gente sin duda, guarra por herencia genética.
Intentar encontrar establecimientos donde la venta de productos sea a granel, es una aventura “harto difícil”. La recogida de la leche con la típica lechera o el pan con la bolsa de tela como elementos útiles para trasladar los alimentos, pasaron a la historia. Eso sí era auténtico reciclaje, el uso continuado del mismo material no desechable.
La correcta gestión de la madera en nuestros montes supone un gran empuje económico para poblaciones que viven de ella.
Cómo recuerdo las patatas dentro del caldero sobre la lumbre que iban destinadas a la alimentación del tocino; era incontenible la tentación de comerlas pequeñas y recién hechas.
El pórtico de madera de encina soporta la zona de la fachada principal de la casa. Me fascina la obra hecha con materiales del lugar y la austeridad con que los moradores la construyeron. Aunque su edad es desconocida, la planta tiene algunos siglos; el resto de la casa, fue reformada en los años cincuenta.
Antes de la reforma no había puerta, y dentro se albergaba la pareja de mulos. Una barra de hierro cruzada en el marco no impedía que el Macho (mulo) lo sobrepasara ocasionalmente.
Unas viejas maderas ornamentales de las barras cortineras se pueden convertir, transformándolas, en curiosos soportes para colgar elementos de cocina o cualquier otro objeto.
Los candiles, eran antiguas lámparas con un vaso menor interpuesto llamado candileja, donde se vertía el aceite. Tenía apoyada en el pico una mecha de algodón que, prendiéndose, daba una luz algo más fuerte que la de las velas.
Este humilde mueble para la cubertería es una muestra tangible de sencillez creativa al alcance económico de antaño.
Efectivamente, este ostentoso mueble clásico no tiene cabida en una casa de labradores. La vitrina noble, fue un regalo que no deseché; en primer lugar, suponía la donación de un mueble con carga sentimental por parte de sus dueños. Un mueble con historia y recuerdos que acepté con respeto.
En su interior guardo los pucheros, unos recipientes muy habituales y apropiados para cocinar frente al fuego del hogar.
Las lecheras, eran los mismos envases de siempre para acudir a por la leche durante años y consumirla después de hervida.
Quién sabe si por el orificio bajo de la puerta pasó la ágil gineta o un escuálido gato hambriento. Los musulmanes fueron habitantes de estas tierras antes de que Alfonso I conquistara toda la comarca.
Puerta de acceso a las escaleras. Como se puede apreciar, tallada a mano. Por guardar la esencia de tan singular trabajo, la dejé como siempre ha estado desde su origen.
Latas de gasas, de harina lacteada Nestlé, etc., dos botellas de ceregumil y una de gaseosa junto a un elemento de madera para medir pequeñas cantidades de cereal. Todo era aprovechable en tiempos difíciles.
Rellano de acceso a las habitaciones. La cómoda, fue restaurada con mucha dedicación y tiempo, partiendo de un montón de madera apilada irreconocible.
Con cuatro hierros bien organizados, se disponía de una eficaz estructura para apoyar la palangana y la toalla.
Habitación de la chimenea. Este pequeño cuarto tenía la ventaja de ser el más caliente en invierno. Aquí dormía el abuelo.
La cama del abuelo, su gayata y un viejo baúl sin restaurar. Subí la cama al granero para disfrutar de esta reliquia durante la noche y despertar con el privilegio de ver a través de la ventana el vuelo de buitres, vencejos reales, chovas y todas las criaturas posibles del lugar.
El granero y algunos aperos para trabajar en el campo. Una decoración que jamás pasará de moda, ni hará olvidar mi pasado.
Un viejo collerón del mulo. Su función era la de anclar y amortiguar el pesado arrastre del arado.
Una foto entrañable y de gran valor para mí. Yo soy el de la izquierda. Advertiréis entre otras cosas, la gran similitud de nuestros pabellones auriculares.
Los mulos eran grandes trabajadores en tareas agrícolas. En este caso el Macho, como lo llamábamos, era un equino curioso, obediente y bonachón. A escondidas en la cuadra le ofrecía algunas patatas y manzanas. El sonido característico de estos frutos triturados por sus molares, llamaba la atención de mis tíos que no tardaban en regañarme.
Hago mía la frase de Félix Rodríguez de
Lugares donde la tradición y la etnografía palpita con su séquito de años. Me ha gustado tu reportaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Luis.
Muy bonita y muy entrañable esta entrada.
ResponderEliminar¡Menos mal que nos indicas quien eres tú en la foto! je, je.
Estamos de acuerdo en muchas cosas.
Cuánta razón tienes...de lo que se trata es de volver a tener el sentido común que ya tenían nuestros abuelos en no deslpifarrar y aprovechar bien las cosas, creo que ahora lo llaman "Reducir, Reciclar, Reutilizar"....Preciosa casa y emotivos recuerdos.
ResponderEliminarEntrañable, evocadora y esclarecedora entrada, Javier (bueno, la entrada, las alcobas y hasta el granero).
ResponderEliminarRecuperar estas casas nos devuelve parte de la lucidez del pasado, un tiempo rico en recursos ahorrativos y creativos...y pobre en tonterías y estupidez consumista.
Paradójicamente, lo tenían más fácil que nosotros porque tenían poco y debían aprovecharlo mucho.
Siempre pienso que la clave de nuestro despilfarro está en el bajo coste que todavía tienen para nosotros los combustibles y la producción de energía. Si nos costara hasta esfuerzo físico ganarnos el pan (como ellos lo hicieron con el sudor de su frente...y la del mulo) otro gallo nos cantara (y no un despertador digital Made in China).
Un saludo, de los de toda la vida (que no requieren reciclado).
Nos tocará volver al pasado y dejar a un lado el plástico... Algún día... Hay una frase árabe, de algún jeque o algo así, que dice: "Mi abuelo iba en camello, mi padre en coche, yo en jet, mi hijo en coche... mi nieto volverá a ir en camello".
ResponderEliminar... Genial entrada y por otro lado muy necesario realizar este tipo de entradas: hay que concienciar mucho. Me encantan y sorprenden tus planteamientos, muy avanzados y respetuosos para este mundo donde poca gente toma "justo" lo que necesita...
ResponderEliminarAbrazos
-Comprenderás ahora Luis, porqué tus recorridos por lugares perdidos y ensalzados por antiguas construcciones, me resultan tan acogedores y entrañables.
ResponderEliminarHace falta tan poco.
Saludos.
-Exactamente Jesús. No quiero quitarle el protagonismo tan merecido al mulo. Que se sepa sin dudar, que el merecedor de los elogios como trabajador, está en el lado derecho.
Si existe otra vida; seguramente andará campeando por los mejores pastos como merecedor de tan destacado privilegio.
Saludos.
-Asterina, a pesar de ser cuatro los animados a cambiar esto un poco, por lo menos, sintámonos bien con nosotros mismos. Si otra gente lo ve claro, actuará. Lo que no resulta soportable es esa abundancia de plástico entre el jamón para separar las tiras; tampoco, el envoltorio individual de las magdalenas dentro de otra bolsa mayor y, tantos ejemplos más de plastificaciones inacabables.
Muy acertado Asterina: "Reducir, Reciclar, Reutilizar".
Gracias por tu atención.
Saludos.
-Javier, has hecho una gran exposición resumida de un pasado que, no debemos dejar pasar del todo. La vida era bastante complicada y dura, pero con ingenio y remiendos, se hacía más llevadera; sobre todo, económicamente. Había unas latas grandes de atún que se reutilizaban para medir la cantidad añadida de grano en la paja para los mulos o, las botellas vacías como soporte de las velas cuando se acabó la era del candil, que era muy sucio por el olor y humo desprendidos del aceite al quemarse.
¡Hombre! no se trata de volver materialmente a tiempos pasados, pero hacer un esfuerzo sin perder calidad de vida, no resulta nada traumático.
Un saludo del campo pero sin gallo, Javier, y otro del mulo, que seguramente, agradecerá tus palabras recalcando su esfuerzo físico en el trabajo.
-Nemolinx. Lo del plástico es demoledor. En parajes tan sorprendentes y rebosantes de naturaleza, encontrarse con ellos, tanto en el agua, como aferrados a las ramas de árboles y arbustos, es desolador.
Espero que esa frase árabe, se cumpla sobre todo y a ser posible, con el uso mayoritario de la bicicleta; que no será poco.
Saludos.
-Gracias Anzaga. En la casa del pueblo, lo más entretenido es el mantenimiento. Aprovechar viejas maderas con las que construir estanterías, cajones, etcétera. Lo de menos es ahorrar, que también es importante pero, destacando sobre todo, la satisfacción de ser autosuficiente arreglando los desperfectos que se presentan reutilizando todo lo posible.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue gratos recuerdos me trae estas fotos y el reportaje que las acompaña, un cordial saludo
ResponderEliminarBuenos días Javier!
ResponderEliminarLos pelos de punta y una media sonrisilla la cual me delata, que ma ha encantado el relato. He decidido esta mañana antes de ponerme a estudiar, a repasar algún blog, y así da gusto empezar la mañana.Ya sólo empezar a leer y encontrarte con una buena estufa de leña o lumbre "tirando a más no poder" tan típica de los pueblos, y con el frío que está haciendo en tierras leonesas ,no tiene precio. Las siguientes descripciones de las fotos te hacen sentir alli sin estar y enriquecen a cualquiera. Personalmente quiero destacar las fotos del armario (lo qu daría mi madre por ese armario....), las lecheras hablando por sí sólas y diciendo aquí vive un pajarero nato. Los grandes muros que componen la casa dejan ver sus entrañas en la foto con las latas de gasas... y por último, gran maravillosa foto y sobre todo sentimental para tí, con tal animal que ha hecho tanto por el ser humano sin pedir nada a cambio, a lo largo de la historia y tan poco renocido su mérito en algunas tierras. Qué animal tan sufrido y tan entrañable a la vez!
Está vez te has lucido.
Un saludo
Juan
-Jorapavi: son inmensos todos los recuerdos. Tanto, como seguir disfrutando de la vida, sin tantas cargas superficiales por las que nos empeñamos económicamente hasta esclavizarnos. Los buenos recuerdos, hay que continuarlos.
ResponderEliminarSaludos.
-Me alegro profundamente Juan, que te haya gustado el ambiente rústico de la casa. Qué poco hacía falta entonces para vivir, y qué comodones nos hemos vuelto. Han sido muchas horas de trabajo en la casa, para dejarla en el presente estado.
Apenas sin cambios.
El armario vitrina; imagínate, en su lugar de origen, albergaba un extraordinario juego de porcelana inmenso. Ahora, el contraste es irónico: pucheros de chapa recubiertos de porcelana de batalla de clase agrícola. Los he puesto, como en un altar. Donde se merecen.
Los mulos (que para mí eran auténticos caballos del oeste) hacían la labor de transportar, labrar y trillar, y sobre el reseco páramo de agosto, vivía mis aventuras contra los vaqueros mientras los llevaba al abrevadero. Una pasada.
Espero que los estudios te vayan estupendamente y no los descuides. Necesitamos biólogos como tú.
Saludos.
Javier, una reflexión profunda que comparto en su totalidad. ¡Cuántas veces no habré pensado que creamos necesidades donde no las hay! Sin duda alguna la energía más ecológica es la que no se consume y el mejor reciclaje la reducción en el consumo.
ResponderEliminarTu entrada entronca directamente con un pensamiento que tenía hoy, de índole tecnológica y que, si me dejan, tal vez plasme aunque sea brevemente en mi blog.
Un abrazo grande.
Completamente de acuerdo Trotalomas. Voy buscando como loco, los productos que no requieren envoltorio y a pesar de ser complicado, no es imposible. El de las botellas de agua mineral, es un problema con el que quiero machacar cuantas veces haga falta.
ResponderEliminarSaludos.
No puedo estar más de acuerdo en la hipocresía de este "reciclaje consumista".
ResponderEliminarEste post es de los que más me ha gustado hasta el momento, porque me siento muy identificado, conocí la casa de mis abuelos, me he criado en un pueblo y he visto traer a mi casa diariamente la lechera con la leche recién ordeñada, y ningúno pillábamos enfermedades ni infecciones catastróficas.
¿Cómo podemos dejar que nos tomen el pelo de la forma que lo hacen??
Ejem... esto.... seguro que eres el de la izquierda????? no se.....
Un fuerte abrazo Javier¡¡¡
A Salto De Mata
Qué buena entrada Javier!!! Me ha encantado y hasta emocionado. Qué suerte tienes de conservar aún todo eso y de no haberte dejado "vencer" por la modernidad. A mí también me gustan las cosas simples, no necesito lujos ni consumismo para vivir. Lo esencial está en las cosas pequeñas y sencillas. Comparto opinión en cuanto al negocio de la ecología. No hay nada de lo que el hombre no saque beneficio, pero deberíamos preguntarnos si lo está sacando en realidad o echando por tierra algo de gran valor que ya tenía.
ResponderEliminarCuánto hubiera yo querido una infancia como la tuya. Entrañable la foto y entrañable Macho.
Un abrazo!
-Esas vivencias Miguel, ya no nos las quitará nadie. Había un poco de todo; mucha naturaleza y productos menos manipulados con conservantes, aunque eso si, menos abundancia.
ResponderEliminarDe nosotros dependen las cantidades de desperdicios generados; si cuantos menos mejor, será un gran avance.
¡Que fallo!, te lo he puesto a güevo.
Saludos.
-Si Mamen, en la ciudad también podemos ser tan restrictivos con el consumo como el los pueblos. Aunque alterno el pueblo con la ciudad, en la última, como toda la gente concienciada, soy un maniático de apagar luces y minimizar el consumo de agua. He conseguido sobrevivir sin aire acondicionado; le suple un metalizado y cromado ventilador tipo clásico. Desde luego, ante el negocio de la ecología en referencia al reciclaje, nada mejor que los productos a granel. Cuantos menos envoltorios, mejor.
La infancia mía, Mamen, a ratos; duros y blandos. Pero como imagino que te refieres al entorno de gran pureza natural de los paisajes de antaño, pues seguro que los has disfrutado similarmente en tus excursiones.
Saludos míos y del Macho.
¡Cuanta razón tienes!
ResponderEliminarBueno Uge; en estas acciones cuando valoramos el sentido común, beneficiamos a toda la comunidad tanto animal como humana. Pienso que es necesario para todos.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Saludos.
Si, es más que necesario, debería ser obligatorio.
ResponderEliminarexcepcional y entrañable entrada Javier, sobre todo para concienciar a las personas de la importancia de reciclar, pero hemos carecido de tantas cosas que damos lo que no tenemos,intentamos darles a nuestros hijos todo lo que la vida nos ha negado cuando eramos pequeños, los yogures, los helados, los caramelos, juegos, informática, todo un mundo de consumismo que nos esta ahogando. Estoy totalmente de acuerdo con Trotalomas que dice,que la energía más ecológica es la que no se consume y el mejor reciclaje la reducción en el consumo, pero también estoy de acuerdo contigo en que el autentico reciclaje es el uso continuado del mismos material no desechable. Precisamente es lo que esta ocurriendo poco a poco en los grandes almacenes de mi zona, por lo pronto tienes que llevar la bolsa para poder echar los alimentos. Bueno... algo es algo. me ha encantado tu entrada. Un cordial saludo
ResponderEliminar-Ahí está el problema Uge: las obligaciones rebotan al personal y aparte; nuestro sistema capitalista funciona gracias a una devastadora fabricación de cuanto más mejor.
ResponderEliminarAunque va algo lenta la concienciación, tengo esperanza. Una poca por lo menos.
Saludos.
-Espero y deseo Domingo, que los hijos, a pesar de haberse saltado la austeridad de los tiempos difíciles, sepan adaptarse a la actualidad y ajustarse a los medios disponibles, siendo autónomos totalmente en el control de gastos y necesidades.
A pesar de no ser yo precisamente el optimismo personificado, si quiero continuar la lucha para hacer esto más habitable. Tu opinión es un avance más para la rehabilitación del planeta.
Saludos.
Hola Javier. Mira, me has hecho dar el paseo más bonito de los últimos tiempos. Con lo que me gusta todo lo rural, natural, sencillo, con historia y respeto hacia la naturaleza. Lo disfruté totalmente. Además me hiciste acordar las papas (patatas) y las batatas que mi abuelito de Pontevedra, me hacía siempre en las hogueras, y todo eso me llena de alegría, sólo con recordarlo.
ResponderEliminarLo has puesto todo tan bien, que me sentí caminando por la casa y respirando los olores de la madera, de la comida, de las hierbas y las plantas.
Sólo te puedo decir: Gracias por tan bonito regalo a los ojos y a los recuerdos.
Un abrazo desde Argentina.
Suscribo todas y cada una de tus palabras de esta entrada. Se da la paradoja en esta sociedad actual de que toda la avalancha de artilugios que debemos tener son para hacernos la vida más fácil, cuando lo que hacen es complicarnosla más. Además, nos enseñan que hay que valorar a los demás por lo que tienen y no por lo que son. Un abrazo
ResponderEliminar-Gracias Mabel.
ResponderEliminarQue grande es lo sencillo. Reconforta bastante, darse esporádicamente paseos por espacios rurales donde recuperar esa nostalgia acaparadora de tantas ilusiones perdidas. Recuerdo que cuando comíamos, casi siempre patatas, lo hacíamos en una fuente grande para todos; unas cuatro o cinco personas. Se nota y mucho, la comida cocinada al fuego.
Me enorgullece y alegra muchísimo el entusiasmo que te haya podido producir este post, capaz de hacerte viajar por la senda de tu pasado más preciado.
Afortunadamente, este tipo de regalo se convierte en un valor que traspasa fronteras, las que no existen para nosotros.
Gracias por tus amables palabras.
Un abrazo.
-Con esta crisis Lluís, más de uno irá tomando conciencia de lo superfluo que resulta encadenarse a tanta comodidad imprescindible con un coste demasiado elevado. Espero que se presente una etapa más razonable en cuanto al consumo y necesidades que se requieran.
Un abrazo.
Que pasa Javier 16 soy Esca de conoce tu comarca me mando´mi amigo y socio Uge la direccion de tu blog y despues de dar un repaso por esta entrada se me amontonan en mi cabeza tantos comentarios a este tema que no se por donde empezar,es complicado y al vez es tan basico como la vida en si,en mi juventud pensaba en el futuro,el progreso y en la tecnologia aplicada a la vida de antes,virgeria,y me decia dentro de unos años las maquinas lo haran todo y viviremos de ellas,pero ¿que ingenuidad?que no,que no,de veria de haber sido a si´,entonces ¿que ha pasado?somos exclavos de las maquinas y de sus vertidos¿nos viene grande tanta tecnologia? lo que esta´ claro es que una tecnologia mal aplicada trae como consencuencias tanta basura y tan mal tratada,nos supero´la tecnologia y el progreso porque lo que si esta´claro es que el hombre no evoluciona a su ritmo,seguimos como siempre desde la revolucion del neolitico cuando empezamos a sangrar a la naturaleza y esto no tiene fin y es mas cada siglo que pasa los vertidos se mutiplican ,Un pequeño detalle de energias verdes,los molinos eolicos,¿os pasasteis por debajo de ellos en alguna ocasion?para lo que producen de energia el impacto visual y la degradacion de montes es terrible,y a eso lo llaman energia verde, la solucion no esta´´ en producir si no en algo que tenemos como maxima en los pueblos no consumir mas de lo necesario e incluso menos de lo necesario,y para terminar,siempre me hago una pregunta ,¿que titulo les acredita a estados,comunidades a ciertos humanos de aprovecharse mas que nadie de los recursos del planeta? ¿QUE VIRTUD TIENEN QUE NO TENGAMOS LOS DEMAS?.La de explotar el planeta para hacer exclavos a los demas robandoles sus materias primas,claro que ¿acaso tienen dueño?
ResponderEliminarMe paro ya,pero no por falta de temas por supuesto por que esto no tiene fin,y otra cosa mas las crisis son jodidas para quien las pasamos ,pero son necesarias para alargar un poco mas esta agonia y dar una oportunidad a futuras generaciones
Un saludo a todos Esca
Qué tal Esca.
ResponderEliminarTe comprendo perfectamente, y por la lectura de tu comentario, advierto esa impotencia compartida por la que nos sentimos desplazados de un mundo que hace tiempo tiene dueño. Un dueño como dices, sangrador de los recursos naturales, esos que pertenecen a toda la gente, y no sólo a los elegidos por un extraño azar.
Está claro que las nucleares son una gangrena en parte de la tierra; y los aerogeneradores como alternativa y tratamiento, la amputación del miembro afectado. No he visto nunca, unos artefactos tan odiados y despreciables en mi vida. Artefactos irónicamente colocados en la cima de todo. Asesinándolo todo. Donde más destrozan el porvenir de nuestros paisajes. Si esto es energía limpia, supongo que el aprovechamiento futuro y ecológico de los ríos será el hormigonado de sus cauces.
Gracias Esca por pasarte por aquí. Te he entendido perfectamente. Siempre intento engañarme viendo alguna posibilidad de cambio en los hábitos excesivos y consumistas del planeta, esperanzado con la intención de mejorar el presente con vistas a un futuro más racional. Pero…, si me lo creo, es que soy algo ignorante. Ignoraré.
Saludos.