Esta rapaz nocturna, a pesar de su abundancia, es una especie a la que me gusta dedicarle horas de observación cuando no tengo ganas de caminar. Me siento en un lugar cómodo, a distancia prudencial y, a pasar el rato mirando como poco a poco, se va asomando al balcón de su oquedad el observador incansable.
Años atrás, este espacio fue utilizado como nido por las grajillas.
El año pasado, criaron varias parejas de abejarucos en el mismo talud que el mochuelo. Concretamente, entre el territorio de dos parejas de la mencionada rapaz, y tres jóvenes fueron devorados por ellos. Jóvenes que abandonaron el profundo espacio nidal quizá sin haber desarrollado completamente el plumaje, problema añadido a la inexperiencia de su corta edad. Los restos de sus alas y plumas, confirmaban el tributo pagado por ésta multicolor ave a las leyes de la cadena trófica.
Con sus vecinos los cernícalos comunes, no tiene ningún problema y, en ocasiones, cuando hay concentraciones de insectos voladores sean coleópteros o lepidópteros nocturnos, ambos se organizan para no estorbarse y sacar el máximo partido a este momento de abundancia.
Hay que ver, lo que recompensa un largo espacio de relajación y atención.
Simplemente observando...
Sí que es simpático este pequeño buho. Hace unos años veía un ejemplar muy a menudo, en lo alto de un poste de teléfono cuando pasaba con el coche. Pero un mal día desapareció. Ahora ese lugar está demasiado poblado.
ResponderEliminarCerca de mi casa ni se escuchan ni se ven, en cambio sí hay invisibles autillos.
Precioso el mochuelo.
ResponderEliminarEso es lo que debería aprender yo, a observar, que luego me quejo de que no los veo. Hasta he tenido que ampliar la primera foto porque no lo veía. Me encanta, es bonito el jodío. ¡Cuánto hace que no veo yo nocturnas! Uff!
Y muy bonito el dibujo del abejaruco, está genial!
Bueno Jesús, no está mal, por lo menos, no te quedas sin disfrutar de toda representación de rapaces nocturnas.
ResponderEliminarEs una ventaja tener al autillo, aunque sea escuchándolo.
Saludos.
Nada Mamen, no hay que aprender nada cuando se va al campo. Deja caer tu mirada en cualquier punto, y mañana verás lo que quisiste ver hoy.
No me queda material fotográfico y cada vez, menos dibujos para rellenar los post. Al final tendré incluso que volver a dibujar.
Gracias.
Saludos.
El mochuelo es un ave por la que siento una especial predilección, venida seguramente de mis encuentros con ella en la niñez. Como bien dices, se presta a una observación sosegada.
ResponderEliminarA ver si es verdad eso y te pones a dibujar, que yo quiero ver más obras tuyas, así que te anímo a que cojas lápiz y pinceles para ilustrar tus encuentros con la Naturaleza.
Un saludo
Si, es cierto Lluís. El mochuelo es la nocturna más agradecida por su atividad tanto nocturna, como diurna. Luego, se echa alguna cabezadita y aprovecho para afotarlo.
ResponderEliminarQué generoso eres con mis dibujos, ahora, arte, es el tuyo. Lo mio es simplemente una apurada copia. Haré lo que pueda,gracias.
Saludos.