domingo, 9 de agosto de 2015

Otro nido de búho real (Bubo bubo)



Observar y observar; me gusta seguir las evoluciones de los animales en todas las ocasiones que se me presentan, sean mamíferos, reptiles, aves, insectos etc. durante su quehacer diario. El balance final de todos los seguimientos suele dividirse entre satisfactorios y decepcionantes. Las decepciones se originan por unas expectativas optimistas  y bien encauzadas que, al final, terminan de un modo completamente inesperado.


Vista al exterior desde un posadero de búho real.


Las plumas dispersas por el territorio del gran búho daban fe de las buenas expectativas de cría el año anterior en esta pareja y, así debió de ser, por otra parte, dada la abundancia de restos de presas.
Este año, puse algo más de interés para localizar el nido en esta zona que había olvidado temporalmente. Con ayuda del telescopio, descubrí a la hembra de búho real echada en una oquedad bastante ajustada. La rapaz no parecía excesivamente molesta con mi presencia permaneciendo con los penachos oblicuamente levantados. Su mirada fija, con los ojos entreabiertos, denotaba cierto recelo de carácter leve. Después de observarla detenidamente comprobé, por sus movimientos cuidadosos, que tenía pollos; no sabía cuántos pero, alguno había.


Marcado con un círculo, el diminuto espacio compartido por los pollos y elegido por la madre como nido. 


Imagen aumentada de la hembra con plumón. El macho se hallaba oculto en el pequeño habitáculo rocoso.

El lugar ofrecía una buena vista del nido y por fortuna, tenía mucha luz. El seguimiento fue muy interesante gracias a la buena ubicación del mismo.
A la semana siguiente, los pollos de unas tres semanas de edad se quedaban solos. Su progenitora ya no los acompañaría en ninguna de las visitas que repetí durante la cría; el motivo podría coincidir con el insuficiente espacio para los tres búhos. Tampoco hay que descartar la incordiante pesadez de los vástagos acosando a la progenitora debido a su curiosidad creciente; picoteándola o estimulándola para ser cebados.




Progenitora en su posadero habitual sobre el nido. Siempre atenta; unas veces abiertos los ojos y, otras cerrados, dormitando relajada.

Cuando uno enchufa los prismáticos y el telescopio buscando acción, puede conectar con buenas secuencias. Tuve la fortuna de observar la salida del macho de búho real poco después de que una pareja de grajillas Corvus monédula recién llegada al roquedo advirtiera su presencia inmediatamente. Acto seguido, ambos córvidos fueron tras la rapaz de la noche obligándola, en un atardecer todavía luminoso, a ocultarse de nuevo en un grupo de tupidos arbustos. También, fue una buena secuencia presenciar como la hembra de búho real reclamaba a su pareja el alimento para los pequeños mientras éste último, priorizaba el marcaje territorial con su profunda voz.
Varias veces, la presencia frecuente de las cabras montesas con sus facultades trepadoras, estuvieron a punto de alcanzar el nido de los búhos buscando esos brotes tiernos a su alcance.

Del crecimiento de los pollos siempre es estimulante observar como van cambiando poco a poco asomándose para presenciar todo lo que acontece fuera de su mundo prisionero. He comprobado en los nidos con dos pollos - si son macho y hembra – que el primero es mas decidido a la hora de investigar el exterior. Cuando el macho falta del nido, la hembra queda inmóvil, agazapada, como atemorizada y, solamente volverá a levantarse cuando su hermano regrese de nuevo. También el macho es mas agresivo de cara al peligro, ello podría interpretarse como una manera de equiparar fuerzas a la hora de recibir la ceba, ya que el macho es bastante mas pequeño que la hembra como ocurre en el resto de las rapaces. 
Una semana antes de abandonar el  nido –no lo hicieron hasta estar completamente emplumados– descasaba la hembra en la entrada del diminuto hueco y el macho arrinconado en el interior. El macho asomó la cabeza sobre el dorso de su compañera de nido, y acto seguido, salió empujándola con genio y fuerza para atisbar el exterior. El joven búho estuvo muy atento a la actividad de los insectos voladores en las flores amarillas de una planta frente a él. Observó el paso de las cabras con detenimiento cuando atravesaban un canchal, llamando primero su atención el ruido de las piedras mientras caminaban.

Pasados siete días de ésta observación, el nido ya estaba vacío y, uno de los ejemplares, reposaba en la base de una sabina desde donde antes lo hacía su progenitora. Esta fue la última observación de los pollos, el siete de junio del año en curso.
Ciertamente, uno aprende muchas cosas mirando pacientemente a la vez que disfruta sin límites del comportamiento de la fauna. Paso muy buenos ratos pendiente de las travesuras y movimientos de los pequeños búhos en cualquiera de los nidos que tengo la fortuna de observar. Creo, también, que todo ello tiene mucho que ver con la escenificación de la vida desde el lugar de nacimiento en su periodo más delicado, cuando la curiosidad y las intenciones de los moradores son tan inocentes.


Plumas del joven macho; desarrolladas y con buena capacidad para el vuelo.

Siete semanas después, consideré oportuno averiguar cómo iba el desenlace de la familia dentro del territorio. La travesía trazada de ascenso por la loma del monte cercana al nido, caprichosa como el destino, me llevó hasta un montón de plumas, probablemente, pertenecían al macho joven. Bajo el cortado rocoso, en la línea vertical del nido, hallé las plumas del otro ejemplar, la hembra joven. Además del plumaje; los restos del esternón, el sinsacro, las garras y las mandíbulas sin el cráneo complementaban el hallazgo del segundo desafortunado pollo.


Lugar donde aparecen los restos de la hembra joven que son recogidos para analizar en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca en Zaragoza.

Como se desmorona la ilusión en cuestión de segundos y como uno regresa de nuevo al mundo de la naturaleza con su equilibrio consecuente y radical. Sólo pude determinar el final del segundo pollo de búho real que, sin duda, había sido devorado después de muerto, seguramente, por un buitre leonado; las muestras de bocados en la quilla del esternón eran inequívocas. Cuando un buitre devora un ave grande no se molesta como el águila real en desplumarla, por ello,  no aparecen los cañones de las plumas quebrados.


Mandíbula superior e inferior de la hembra joven. 


Esternón del mismo ejemplar, picoteado por rapaz de gran tamaño.

Los agentes sanitarios de la comunidad intervienen para hacer su parte. Los buitres se comen la carroña; las bacterias y las larvas de mosca se alimentan con ella y la descomponen. Los escarabajos necrófagos meten restos bajo tierra, el suelo se enriquece y queda sentado el fundamento para un nuevo ciclo vital sobre una superficie purificada.
Así se desarrolla la comunidad viviente en la naturaleza; las plantas extraen elementos del aire y del agua, así como energía solar, y construyen con ellos materia viva; los herbívoros se mantienen cerca de su fuente estacionaria de alimentación, convirtiendo energía en carne y cediendo ésta a los carnívoros.
Del desarrollo de este singular ciclo biológico, volverán, de nuevo, otros maravillosos pollos de búho real.


Garras del infortunado pollo.




20 comentarios:

  1. Buf, impresionante relato. He vivido por unos minutos la alegría y la decepción, aunque si no ha sido cosa de venenos o humanada similar, es eso que comentas al final: el ciclo de la vida. Como pequeño antídoto, al menos saber que es una especie que en general no va mal, de las pocas rapaces (¿la única?) que se puede afirmar.
    Gracias, ando escaso de campo demasiados meses ya y este ha sido un buen sucedáneo..

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    1. No tengo la mas mínima idea de lo ocurrido. Después de buscar rastros de todo tipo para buscar indicios de algo, me ha sido imposible aclarar nada. Lo único que vi muy claro es la actuación de algún buitre leonado pero, seguramente, después de muerto el búho.
      Bueno, no tardes pues en regresar al campo, es la mejor medicina contra la moral baja.

      Saludos

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  2. Echaba de menos estos relatos. Desgraciadamente, en esta ocasión, el final no ha sido satisfactorio, pero la naturaleza está llena de episodios dramáticos en la vida animal.Esperemos que esa pareja de Búhos reales sigan en su territorio y en el próximo ciclo reproductivo todo salga bien y nos lo puedas contar.
    saludos

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    1. Fue toda una sorpresa para mí después de comprobar como todo el desarrollo de la cría había salido muy bien, pues los pollos no abandonaron el nido hasta volar, y eso era una buena garantía de éxito para sobrevivir.
      Solo queda el misterio de un final que me extrañó completamente.

      Saludos

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  3. Uno de muchos capítulos que no acaban bien, aunque para la naturaleza es de lo más normal como ya sabemos, ¡en fin! Lo mismo me ha tocado vivir con los gavilanes, este mes pasado me encontré los restos de su único pollo superviviente depredado por el zorro, que sin duda se supo aprovechar de la torpeza de los primeros saltos e intentos de vuelo del pobre jovenzuelo.
    ¡Saludos!

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    1. Aguantaron bien en la segura repisa del nido y adquirieron el crecimiento correcto del plumaje por lo tanto volaron bien. Cuando ejercitan lo hacen estupendamente y dedican mucho tiempo a perfeccionar el vuelo al caer la noche. Aunque hallé los restos cinco semanas después, los restos podían llevar unas dos semanas.
      No creo que me puedan aportar nada con la necropsia o análisis de restos que envié al veterinario de fauna salvaje
      Siento lo de los gavilanes, cuando los animales tienen cara y pasado, aunque sea breve, nos apena algo mas.

      Saludos.

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  4. La Naturaleza sigue sus caminos por muy extraños que nos parezcan. Impresionantes garras, más aún si consideramos que pertenecían a un ejemplar joven. Siempre se aprende con la observación.

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    1. Así es, sigue su camino, tan estricta ella. No sé que pudo ocurrir pero, no me atrevo a pensar mal, a pesar de que aquí en Aragón siempre se dice: piensa mal y acertarás. En fin, espero que el año que viene tengan algo más de suerte.

      Saludos

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  5. Aunque el final no haya sido ideal, al menos uno de los pollos ha salido adelante, es una pena lo que le pasó, pero bueno muchas veces el día a día es así. La entrada impecable y preciosa, como siempre.
    Un saludo

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    1. Una lástima que, equipados con todo el plumaje, perecieran de forma extraña. No tengo la menor idea de lo que pudo pasar.

      Saludos

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  6. Breve fue la existencia del polluelo. La misericordia es un concepto humano del que nada entiende la Naturaleza. Ésta es natural, valga la perogrullada, y como tal se rige. Poco más podemos / debemos hacer los humanos sino observarla, interpretarla, acatarla, y seguir sus reglas, que a la postre seres naturales somos, por más que algunos se empeñen en otras cosas. Bello relato y buena observación. Abrazos.

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    1. Todo tiene un principio pero, cuánto fastidia cuando el final no es el esperado. Soy consciente de este tipo de finales y, por ello, estaré pendiente siempre que pueda para ser espectador de muevo, de estas historias naturales por crudas que sean.
      Gracias.

      Abrazos

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  7. Como la vida misma... Un artículo magnífico Javier, me ha gustado mucho. Un abrazo desde el Cantábrico.

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    1. Sencillamente, otra historia mas. La próxima espero que deje mejor sabor.

      Saludos.

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  8. Um capítulo mais daquele que parece ser um dos protagonistas deste precioso blog: o "búho real". Impressionante e ao mesmo tempo sentida história... incrível se você pudesse reunir essas vivências e grandiosas observações num livro... te parabenizo pelos detalhes, ainda que o final tenha sido duro.
    Um beijo.

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  9. Se, gosto muito da vida do búho real, é uma rapaz apasionante. A história que começou bem se torceu e acabou em tragédia pela morte dos frangos que pareciam muito bem assentados dado seu lustroso plumaje muito preparado para o voo.
    Obrigado sempre por tua agradável visita.

    Beijos

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  10. Impresionante historia. hay que ver de qué manera se producen las desilusiones, la naturaleza es así.
    Un abrazo.

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  11. Así es, lamentablemente. Como cambian las expectativas de modo tan radial. Espero mejor suerte el año que viene.

    Abrazos

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