Desde un camino agrícola hay un punto donde se aprecia a la hembra de búho real (Bubo b. hispanus) cuando está tumbada en el nido en tiempo de incubación. Este año no la vi y aguardé hasta julio para determinar la causa de su ausencia; sabía que otro nido ubicado en la zona superior había sido usurpado por una pareja de buitres leonados.
Sobre otro cortado, ya en julio, comprobé el estado del nido y vi dos huevos enteros separados; estaban agujereados, probablemente vaciados por córvidos. Tras apreciar los rastros de excrementos y un encame pegado a la repisa, imaginé que las cabras montesas habrían bajado y ahuyentado a la hembra que incubaba.
Decidí aprovechar la tarde del sábado pasado para deleitarme con el búho real ahora que está en pleno apogeo amoroso. Quería cerciorarme tras el fracaso de la puesta, si la pareja estaba en el territorio. Me gusta saber de estas rapaces colaborando con los agentes medioambientales del lugar.
Aunque el macho de búho real no esté en celo, la custodia de su territorio está vigente a lo largo del año. Su atención hacia la hembra intentando formar pareja, me dará ventaja para saber de él en su feudo y será mas sencillo atraerlo.
Hace muchos años que imito el ulular del búho real y, gracias a ello, tengo inmejorables ocasiones para analizar su conducta sin tapujos. No lo hago por fotografiar a la rapaz, ya que la observación es mas emocionante con los prismáticos o el telescopio que desde el visor de la cámara donde los detalles son mas imprecisos. Me gusta enlazar con la rapaz y entrar en su mundo salvaje con una gran dosis de concentración, y poder así, apreciar y sentir mejor su esfuerzo por la lucha territorial. Pero, sobre todo, porque es una sensación indescriptible poder conectar con estas rapaces de la noche mediante la imitación de su canto utilizando la voz propia.
En este mismo territorio, hace algunos años, estuve con una hembra de otra pareja anterior, cerca de tres horas. Ella me prestó mucha atención, pero, no tenía nada para ofrecerle.
Se han hecho muchos trabajos de campo sobre esta rapaz, sin embargo, nadie mejor que el búho real para revelarme detalles privados de su vida campestre. Quiero añadir que, no es tan sencillo que los búhos reales entren al engaño, por lo tanto, los fracasos son también numerosos. Que entren al plagio podría depender de su carácter belicoso o receptivo.
"Los búhos reales ocupan una gran variedad de hábitats, desde bosques de coníferas en las taigas del norte hasta desiertos cálidos en el sur. Los prerequisitos mas importantes para la elección del territorio son, probablemente, una abundancia de comida adecuada y buenos lugares para anidar."
Rapaces Nocturnas de Europa Heimo Mikkola
"Los búhos reales ocupan una gran variedad de hábitats, desde bosques de coníferas en las taigas del norte hasta desiertos cálidos en el sur. Los prerequisitos mas importantes para la elección del territorio son, probablemente, una abundancia de comida adecuada y buenos lugares para anidar."
Rapaces Nocturnas de Europa Heimo Mikkola
CRONOLOGÍA DE LA SECUENCIA
Escuchando mi voz (imitando la de otro macho competidor), el dueño del territorio me descubre pronto en el fondo del barranco después de guiarse acústicamente.
No sólo ha de enfrentarse con un competidor, además, ha de seguir las evoluciones de la hembra que (sospecho por la mirada insistente del macho) se halla enfrente. Ha de esforzarse para conquistarla frente al invasor.
El cambio de atalaya es habitual en el marcaje territorial de la rapaz y no dejará de controlarme desde sus puntos mas señalados.
Al contaminar el escenario con mi presencia (por no estar oculto en hyde) el búho real mantiene una distancia prudencial; supongo que da mas importancia a mi voz de plagiador que a mi persona.
Sé que le resulto extraño, porque mi voz le suena como la de un competidor pero, no mi forma humana. Su mirada fija hacia mi ubicación la alterna con su canto territorial. Si fuera un congénere invasor me atacaría sin dudar.
El macho de búho real acostumbra a emitir su voz en todas las direcciones para dejar de manifiesto a otros rivales la propiedad de su territorio.
Un cuarto de hora después (19´00 horas) ceso la imitación de su voz; sé que el búho real confirmará su victoria con veinte minutos mas de canto territorial desde mi silencio, acaparando entonces toda la atención de la hembra.
A las 19´23 horas el macho me vigila en silencio, es una pausa que me desconcierta un poco. Me extraña que no abandone el lugar.
La tensión de la contienda se nota en el plumaje pegado al cuerpo, aunque los penachos (verticales en la exhibición) van cayendo lentamente.
Quién me hubiera dicho de pequeño, viendo aquellas imágenes tan lejanas del búho real en libros de naturaleza, que llegaría a comunicarme en el futuro con esta soberbia rapaz de la noche.
Cuando son las 19´45 horas y la luz escasea, la silueta del macho se relaja notablemente (el plumaje se ahueca y los penachos caen mas todavía). Tras este leve descanso (no lo había visto nunca) el búho real acude al encuentro de su pareja que comienza a reclamarlo con un ulular mas tenue y agudo, seguido de una voz de contacto mas áspera y corta.
Cuando abandono el barranco, veo la negra silueta recortada de nuestro protagonista sobre una sabina negral, emitiendo su voz monótona e insistente.
La luna ofrece una luz generosa que me ayuda a caminar cómodamente y, como no, ayudará además en las labores amorosas de la pareja.
Espero que el año que viene, la pareja, tenga mejor suerte con la puesta.
Esta entrada, quiero dedicarla personalmente, a los seguidores/as de esta magna rapaz de la noche con los/as que comparto la misma pasión.