Mostrando entradas con la etiqueta garzas y cigüeñas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta garzas y cigüeñas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 28 de agosto de 2013

243V Cigüeña de Plaza Utrillas (Zaragoza)


El otro día, recibí un correo de José Antonio Pinzolas socio de Ansar (Asociación Naturalista de Aragón). Él estuvo presente durante el traslado de la  chimenea de Plaza Utrillas y pendiente de la correcta y definitiva ubicación del nido de las cigüeñas en lo alto de dicha construcción (1998). Entonces, no existía ninguna otra pareja en la ciudad de Zaragoza. Para mí, y me imagino que también lo serán para vosotros, los datos que me envía son interesantes por la curiosidad que siempre despierta la información de un individuo al que vemos en fotografía pero, del que desconocemos su vida privada. Me refiero a la cigüeña anillada en lo alto de la chimenea que, gracias a la generosidad de José Antonio y los observadores que aportaron sus datos, podemos hacernos una idea del recorrido peninsular de éste ejemplar anillado en un pueblo de la provincia de Zaragoza que acabó anidando sobre una vieja chimenea, ya histórica, de la misma ciudad.

243V

Anillada el 19-5-1999 en Marlofa (Zaragoza).
Vista el 13-9-2001 vertedero de Miramundo (Madrid).
Vista el 18-12-2002 Brazo del Este (Sevilla).
Vista el 4-12-2003 Hato ratón (Huelva).
Vista el 12-11-2003 Hato ratón (Huelva).
Vista el 20-11-2003 Hato ratón (Huelva).
Vista el 29-11-2010 río Ebro (Zaragoza).
Vista el 19-2-2011 nidificando en la Catedral de La Seo, lleva varios años anidando en la espadaña de la parte de atrás.
Vista el 4-7-2011 criando en iglesia junto Puente Hierro.
Vista el 25-2-2012 posada en la espadaña de La Seo junto a otra con anilla metálica en la parte de arriba de la pata.
Vista el 8-4-2012 río Ebro (Zaragoza).
Vista el 24-5-2012 río Ebro Junto Puente Hierro (Zaragoza)
Vista 28-9-2012 Vertedero residuos Zaragoza.
Vista el 21-11-2012 Cartuja Baja (Zaragoza).

                                        

lunes, 12 de agosto de 2013

LAS CIGÜEÑAS DE PLAZA UTRILLAS (ZARAGOZA)



La semana pasada, trabajé en un piso con una vista espectacular de la plaza Utrillas y su simbólica chimenea ocupada por una pareja de cigüeñas. Todas las mañanas estaban en su nido, precisamente, cuando me daba el sol de frente. Por la tarde, con el sol a favor, les tocaba la visita al río Ebro. Os dejo una breve historia de esta plaza, la chimenea y sus inquilinas.

 

Fue un espacio boyante en sus mejores años, cuando se construyó la estación de ferrocarril en 1857 con el nombre de Cappa por ser éste su impulsor y, posteriormente, conocida como de Utrillas por su trayecto hacia las antiguas minas de carbón de la mencionada localidad. Estuvo la línea del tren dedicada principalmente al transporte de personas y más tarde al del negro mineral, realizando un importante servicio a los habitantes de Zaragoza y las poblaciones del Bajo Aragón. Debido al auge ferroviario, nació el barrio zaragozano de Montemolín.
El último tren funcionó el 15 de enero de 1966. De todo aquello, quedaron dos edificios de bella arquitectura pertenecientes a la estación, salvados por la perseverancia vecinal de las garras de los especuladores inmobiliarios. Gente luchadora que no estaba dispuesta a perder tan emblemáticas edificaciones. La chimenea también se salvó, y fue ocupada por una pareja de cigüeñas. Por aquel entonces (década de los 90), todavía viajaban al territorio africano a pasar el invierno. El dicho de “por San Blas la cigüeña verás” quedó anticuado para estas zancudas al descubrir las oportunidades y beneficios de los vertederos; migrar era ya, un absurdo gasto de energía. Gracias a los vecinos y amantes de las cigüeñas, insisto, batallando sin descanso, el nido no se derribó, pues era la intención de la constructora para eliminar trabas a su proyecto. Para su traslado en 1998 -ya que en ese punto iba un centro comercial- se preparó una estructura metálica que recubría toda la chimenea. Introdujeron un tubo metálico y se rellenó de hormigón para compactar los ladrillos desde dentro. Las 140 toneladas de chimenea se movieron con dos grúas en 6 fases para recorrer los cien metros hasta su emplazamiento definitivo. El coste fue de unos 25 millones de pesetas.
Entre los cretinos de la constructora de viviendas que incomodaron intencionadamente a las cigüeñas con todos los medios posibles para ahuyentarlas y los necios prendiendo fuego en la base de la chimenea para hacer la gracia, estas aves soportaron estoicamente la mala fe de esta gentuza hasta que todos los interesados en su protección pusieron fin a tanta desfachatez.

La entrada va dedicada a ellos, por perseverar en la protección de un bien común para el barrio y la ciudad.

 
 (Anilla 243 V)




domingo, 24 de febrero de 2013

Marca España...



A ver cuando se plantea y se lleva a cabo también la utilización de banderas que señalen la pureza y calidad de nuestros ríos como se hace con las playas. Que se sepa donde van los fondos de protección del medio ambiente para que no se nos caiga la cara de vergüenza viendo estas estampas, más típicas de lo admisible.


Para un turismo de calidad… hay tanto que limpiar en este país.
Río Ebro a su paso por Zaragoza.

viernes, 8 de febrero de 2013

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)



Y, terminando fotográficamente con el productivo observatorio sobre el aprovechamiento de la carne depositada espontáneamente, concluyo con la hermosa cigüeña blanca, una de las zancudas más bellas de nuestra fauna aun siendo tan común en nuestros campos. Ella también acudió a la carne atraída por el movimiento de cornejas, milanos reales y laguneros pero, después de poner en fuga a los comensales, la cigüeña advirtió recelosa algo que no le gustó, quizá un leve movimiento del teleobjetivo y, discretamente se giró sin prisas, alejándose, campeando tranquilamente sin dejar de mirar ocasionalmente.






Es realmente preciosa y, no me refiero a las fotos, si no a ella en particular.
Aquí la tenéis si queréis hacerle algún encargo...

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Eterna compañera...






Hay una estampa entrañable a la que no me resisto nunca, si tengo, por supuesto, la oportunidad de presenciar. Es una imagen que invita a sentarse para disfrutar durante largo rato de las cigüeñas mientras deambulan por un campo recién labrado. Me satisface contemplar esta relación todavía viva entre el hombre, el progreso y la cigüeña blanca.
El labrantío surcado por el arado del tractor, tachonado completamente de siluetas blanquinegras y destellantes mientras campean pausadamente sobre el terreno atemperado, invita a evadirse mentalmente del mundanal ruido de las grandes ciudades…vamos, como trasladarse con imaginación al silencio del arado y el mulo que presencié en la infancia.





Aunque sea muy corriente verlas en el campo, desde la hermética ciudad se las echa mucho de menos.



jueves, 29 de noviembre de 2012

Más cigüeñas para los sotos.

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia) en su nido dentro del soto ribereño

Qué cosas… Ocupadas prácticamente con nidos todas las torres de tendido eléctrico excepto las que se han inhabilitado con varillas para evitar que se posen estas zancudas en los puntos más susceptibles para ello, las cigüeñas vuelven poco a poco a los sotos, aprovechando aquellos álamos que sucumbieron a la fuerza del cierzo quebrándose sus troncos y sirviendo a su vez de base para la construcción de nidos; nidos inmensos de estas aves de hasta cuatrocientos kilos de leña acumulada, conseguida mediante un incesante aporte de ramas y desperdicios.


Está claro que, la estampa es bastante más bella y natural en los claros del sotobosque cerca del Ebro que en las torretas contiguas a cierta carretera zaragozana.

 

 Estas cigüeñas anidan entre el vertedero municipal y el río Ebro

miércoles, 31 de octubre de 2012

Garzas y vida para los ríos; no tu basura.



Latas vacías de cerveza, de refrescos, tarros para el cebo, cajetillas y colillas de tabaco, bolsas de supermercados y de snacks, en fin; todos los restos de una velada de pesca al lado del río tuve que soportar cuando me acerqué para disfrutar de su paisaje.
Esa gente de la caña y el sedal, concretamente ésos domingueros que dejan las orillas de los ríos hechas un asco con sus desperdicios deberían saber que no, que los ríos no les pertenecen, ni deben menospreciarlos afeándolos con sus asquerosos desechos. No tienen ni idea de la dinámica de un río ni del aporte vital que destinan estas masas de agua a su entorno más próximo y a todos los seres vivos inmersos en sus entrañas, como tampoco de la importancia de su conservación para nuestras necesidades básicas. En los ríos no sólo han de existir peces que resuelvan su “extraño pasatiempo deportivo”, tiene que haber por encima de esos caprichos superfluos una biodiversidad protegida que contribuya al correcto equilibrio ecológico imprescindible en sus aguas, el mismo que al resto de personas nos gusta disfrutar. Por eso, ni los ríos son suyos, ni el monte es exclusivamente de los cazadores y, menos, de los escopeteros.
Han de estar los ríos limpios de basura, y no arrasar los sotobosques que los protegen. Tenemos derecho a disfrutar de las bellas garzas bordeando sus corrientes, del martín pescador, de la nutria, del cormorán o de cualquier animal que representa la vida de estos cursos tan castigados. No tenemos por que soportar el comportamiento repugnante de un determinado tipo de personas degradadoras de estos espacios naturales. Aquellos “pescadores” que intentan eliminar de nuestros ríos diversas especies catalogándolas de alimañas por sus intereses, sólo pretenden apropiarse mediante una razón absurda de los ríos de todos y, ser ellos, quienes los gestionen a su capricho y antojo.







En un día nublado y ventoso la garceta común (Egretta garceta) prospecta las aguas del río Ebro en busca de alimento. La pupila delata la trayectoria de su mirada atenta hacia sus presuntas presas y mi observatorio.

Esta reflexión de Salomé que aparece a continuación, está extraída de su blog Hervás en cuatro saltos, creo que muy acertada para cerrar la distinta visión o “razonamiento” que muchos tenemos sobre el trato a nuestros cursos fluviales y naturaleza en general.

SENTIDO Y SENSIBILIDAD

“Hay gente para la que la razón pesa más que el plomo y vale más que el oro. Hay gente que, por su tozudez, acaba perdiéndolo todo pero vive feliz porque “yo tengo aún la razón”. Hay gente para la que la razón, su razón, es como el árbol que te tapa el bosque. Porque tan obsesionados viven por conservar su razón a toda costa, que en ella mueren ahogadas todas las razones. Hay gente que por su razón, por la quimera de esa puñetera razón absoluta que nunca ha existido, se pierde todas las verdaderas razones. Ésas que la vida ofrece pero ellos se empeñan en ignorar. Porque, gracias a las orejeras y los tapones que cuidadosamente se colocan, tiene los sentidos anestesiados".
(Salomé Guadalupe Ingelmo. Hervás, 10 de Junio de 2010)


                                             Garceta grande (Egretta alba)



Garza real (Ardea cinerea)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Garceta grande (Egretta alba)



Después de echar una ojeada a los anuarios ornitológicos de Aragón desde el año 1991 al actual (recordando viejos tiempos), las citas de garceta grande (Egretta alba) en esta región se han disparado. Ahora es fácil verlas, incluso, atravesado la zona fluvial urbana de la ciudad de Zaragoza. Atrás quedaron aquellos días extraordinarios citando estas ardeidas de distribución paleártica central en sus raras apariciones prenupciales y postnupciales. Recuerdo el júbilo de aquellas personas que se regodeaban con tan magnánima observación, alguna de ellas, en arrozales de la región. A pesar de verla ahora muchas veces, me costó anotar la primera cita de esta flamante garza nívea del tamaño de una garza real, casi nada.

Evidentemente, no he perdido el interés por ella, y sigo mirándola con deleite mientras camina parsimoniosa por orillas de aguas someras intentando sorprender con su afilado pico esas futuras presas de los remansos.








 

Las fotos, hechas en el río Ebro, corresponden a principios de año. La belleza que caracteriza a estas aves, se refleja en las riberas.


sábado, 1 de septiembre de 2012

SABER Y GANAR: tras los pasos del hombre.



Esta corneja cenicienta (Corvus c. cornix) también sabe sacar muy buen partido del Coliseo romano.

El hombre, desde tiempo inmemorial, incluso transformando agresivamente algunos hábitats a su conveniencia, ha favorecido con sus infraestructuras y, sobre todo, con la generación de residuos orgánicos, el asentamiento interesado de muchas especies animales que han visto colmadas sus principales necesidades biológicas a su lado. 
Las aves son grandes observadoras, y saben por ello, sacar el máximo partido de sus intrusiones en territorio humano donde las facilidades abundan. Sin embargo, el hacinamiento por la limitación de los espacios habitables así como la lucha por ellos, hacen que los ciclos fenológicos se aceleren gracias a la bonanza, y provoquen como en el gorrión común, abandonos prematuros de los pollos del nido por la desatención de los adultos dispuestos a criar de nuevo. Los etólogos conocen, debido al estrés que genera la ciudad en aves urbanas, ciertas aberraciones en su comportamiento. Ésta y otras tantas causas negativas, son la otra cara de la moneda.


 


Me recordó la estampa de este zorzal charlo (Turdus viscivorus) habitual en parques urbanos por su manera de alcanzar el agua de esta boca de riego a la de aquellos herrerillos que desmembraban las tapas de las botellas de leche con el mismo fin.
Los etólogos descubrieron que, hacia 1914, algún herrerillo (Parus caeruleus) consiguió acceder a la nata láctea de las botellas de vidrio perforando el aluminio que le separaba de su contenido. El lechero depositaba a la entrada de las viviendas la caja de leche, y los herrerillos, mediante un selectivo aprendizaje, fueron imitando la ocasión con el consiguiente y nutritivo resultado por todo el territorio inglés. Se fastidió el invento cuando los lecheros colocaron vasos vacíos de yogur boca abajo en el cuello de las botellas.

 Garceta grande (Egretta alba)

Garza real (Ardea cinerea)

Las garcetas grandes (Egretta alba) y las reales (Ardea cinerea) como el resto de ardeidos son tremendamente territoriales, pero, cuando existe un lugar -llamémoslo neutral, por el interés común- al que todas acceden dada su temperatura agradable para escapar de las crudas heladas, entonces la permisividad se acentúa debido al logro de un mismo fin; el de mitigar las bajas temperaturas del río. Pero, ¿cuál es ese lugar? pues la salida de agua templada de la depuradora de una gran ciudad al devolver al río el líquido elemento una vez tratado dentro de las instalaciones. Cuando el sol caldea la mañana, las garzas parecen independizarse, se separan  y pelean  por una buena parcela de pesca a lo largo del río. Se acabó la comunidad hasta la noche.


 

Como el agua de la depuradora sale templada en invierno, el contraste de temperaturas marca la diferencia, por ello, se convierte en una fuente de atracción y activación para los insectos de los que el bisbita alpino (Anthus spinoletta) llegado de cotas más altas, saca el correspondiente partido en días difíciles del frío invierno.




 Hembra de águila real (Aquila chrysaetos)

 Macho de águila real (Aquila chrysaetos)

Hay aves como esta pareja de águilas reales (Aquila chrysaetos) que descansan y montan la guardia utilizando torres de alta tensión de gran altura; en este caso, sobre el terreno seco y desabrigado de la estepa monegrina.
La instalación de aerogeneradores sobre nuestros montes, ha multiplicado el número de torres que soportan interminables cordones metálicos, cuyo fin, es trasladar la energía generada por estas turbinas a distintos puntos creando peligrosas autopistas eléctricas por los valles. No polemizaré sobre la incidencia beneficiosa o perjudicial de estos artefactos, como tampoco lo haré sobre la correcta o incorrecta valoración de los estudios de  impacto medioambiental realizados en los lugares donde se instalaron y se instalarán estos gigantes eólicos. Sé que mueren muchas aves, quirópteros e insectos víctimas de sus enormes palas, y también sé, que el impacto visual en el paisaje es demoledor. Las águilas y otras aves en un futuro próximo dispondrán de muchas más estructuras metálicas de este tipo para posarse y anidar.


Abejarucos (Merops apiaster)

No son sólo grandes rapaces las víctimas de los aerogeneradores, el 30% de aves muertas son aláudidos que, junto a vencejos abejarucos y otros pequeños pájaros difíciles de localizar en los muestreos, suman como mínimo hasta 2000 bajas anuales. Para animales carroñeros como el zorro, estas masacres se convierten en un productivo filón.

 


En este horrendo rincón vive y anida una pareja de búhos reales. Como el lugar es rico en especies presa, las rapaces nocturnas han aprendido a convivir con todo el despliegue metálico que lo rodea antes que abandonarlo. Como el águila real, su antagonista el búho real también utiliza las torres de alta tensión como atalaya de caza y descansadero.