Mostrando entradas con la etiqueta Aves (Laridae) gaviotas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Aves (Laridae) gaviotas. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de marzo de 2017

Cuando se inundan los campos


El oxígeno es un elemento químico, no metálico y gaseoso, de número atómico 8, incoloro, inodoro e insípido, que forma parte del aire y que es esencial para la respiración y para la combustión.
Es obvio que científicamente no lo saben las gaviotas reidoras Larus ridibundus, las cigüeñas Ciconia ciconia, las garzas reales Ardea cinerea, y tampoco las garcetas grandes Ardea alba. Sin embargo, cuando el oxígeno escasea y desaparece gracias a la capa de agua que lentamente elimina su espacio al cubrir las tablas de cultivo, entonces, dichas aves si conocen sus consecuencias y, evidentemente, saben sacarle un gran partido. Basta con ver los campos anegados con las aguas del río Ebro y tras de sí una cohorte de aves que esperarán a que los invertebrados, micromamíferos, anfibios y reptiles necesitados del oxígeno para respirar, tengan que salir para hallarlo sobre la capa de agua que se lo impide. Entonces, las oportunistas cigüeñas, garzas y gaviotas darán buena cuenta de ello en un festival de color y bullicio, brindando con las capturas, el maná secundado por del agua que da y quita la vida.











sábado, 6 de octubre de 2012

HYDE PARK; LONDON CITY.


8 -9 -2012
Fruto del tejo; Yew (Taxus baccata) Hyde Park.

No sólo hay buenas observaciones de fauna silvestre en el monte, los parques, sobre todo los respetados y cuidados por sus transeúntes, son un auténtico filón para disfrutar en primera línea de las habilidades de sus inquilinos alados y terrestres.

Hyde Park es un parque municipal ubicado en la zona central de la ciudad de Londres. Su tamaño es de 1.4 km² y se inauguró en 1637; fue sede de la Gran Exposición de 1851. Antes de abrirse al público, estaba cercado como un parque de venados y usado para la caza.

Al acercarme al lago en un estupendo día soleado, lo primero que encontré fue a una persona con su carrito de compras y una bolsa llena de pan que, poco a poco, fue vaciando y repartiendo entre las aves acuáticas. Todas agrupadas esperaban ordenadamente la ocasión para lanzarse oportunamente hacia el alimento. Terminada su encomiable tarea, el buen hombre, observó, como no puede ser de otro modo, su labor solidaria con satisfacción. Anteriormente, quedé embelesado mirando con curiosidad y a una distancia prudente, como una solitaria mujer ofrecía también manjares sobre la palma de su mano y, como con paciencia absoluta, esperaba a que bajaran del ramaje de un árbol herrerillos y carboneros. No me atreví a fotografiarla pero, reconozco que estaba muy familiarizada con ellos.

Pero volviendo al lago, frente a las aves expectantes, nos tocó el turno a nosotros. Por fortuna, todavía tenían hambre. Curiosamente, siempre hay aves de tamaño medio y pequeño que merodean cerca de la orilla; ánades, porrones etc, junto a fochas comunes y alguna gallineta. Las gaviotas ocupaban la zona más alejada. La jerarquía se establece siempre del mismo modo; haciendo uso de la fuerza, el tamaño es determinante. Las aves más ágiles explotan su capacidad acrobática para sacar bocado, como las gaviotas reidoras que, aunque no tienen la fuerza natatoria de los patos a pesar de sus palmeadas patas, si los aventajan con la habilidad de su vuelo. Por eso una gaviota partiendo en vuelo desde el agua, alcanzaba un punto determinado antes que un pato lo hiciera nadando. Los ánades reales adelantados a las fochas, porrones moñudos, pato mandarín, gallinetas y gaviotas reidoras, eran los que tenían el mando. Todos buscaban un espacio a su alrededor bien defendido de otros congéneres, incluyendo otras especies. Las gallinetas, sin membranas interdigitales, carecen de la velocidad de patos y fochas (estas últimas con membranas lobuladas) y, su pequeño tamaño, las relega a las últimas posiciones delante de sus jóvenes vástagos. Con la llegada de los gansos del Nilo y barnaclas canadienses los anteriores comensales van abriéndoles hueco y, posteriormente, llegan los ánsares que apartan a éstos últimos. Al final, la cúspide de la pirámide jerárquica la ocupan los reyes del lago, que son los cisnes. El tamaño impera.

Evidentemente, este orden establecido es menos violento que en estado salvaje. De algún modo, las aves del estanque aprenden gracias a su interacción diaria aun siendo el alimento abundante, que basta con leves intimidaciones para abrirse camino entre los competidores. Como en las aves de granja no enjauladas, hay dominantes y dominados.
Alimento y un territorio para criar, como defienden los etólogos, son intereses cruciales muy peleados por las aves, sobre todo silvestres. Y, el invierno, es la estación más crítica para las más débiles que compiten por la comida con sus congéneres. Las aves al agruparse se benefician de una cobertura eficiente para vigilar la presencia de predadores y, por supuesto, suman más ojos para detectar fuentes ocultas de alimento. Pero, también provoca una alta rivalidad entre ellas y, las más fuertes, tienen prioridad ante cualquier hallazgo a pesar de que el individuo débil que lo haya encontrado advierta durante un forcejeo su inferioridad. Éste dejará paso al dominante, precisamente, para evitar el combate, ya que un nefasto percance le impediría la oportunidad de buscar alimento en otro lugar.

Por otra parte, parece que la obstinación de continuar la batalla podría responder a ciertas y equilibradas posibilidades, que darían como vencedor a cualquiera de las dos aves. Estas luchas ocasionalmente cruentas que pueden acabar con uno de los contendientes muerto, generalmente, se producen por la pretendida ocupación de un territorio. En cualquier caso, si uno de los interesados en adjudicarse dicho territorio advierte que sus posibilidades son escasas a pesar de la imperiosa necesidad de procrear, su retirada resultaría ventajosa, puesto que todavía tendría opciones de ocupar otro territorio, algo inalcanzable si perdiera la vida en una lucha sin posibilidades.

Resultan simpáticas las aves en  parques de este tipo pero, ese conjunto de aves aparentemente bien allegado, es producto de la abundancia de alimento ofrecido por gente que disfruta de su presencia. El mundo y su fauna lejos de estos espacios urbanos, desgraciadamente, es bastante más selectivo y, por lo tanto, más crudo.

                     
Focha común; Coot (Fulica atra) localizando plantas subacuáticas.

Sumergiéndose...

Emergiendo con la recolección.

Paloma torcaz; Woodpigeon (Columba palumbus) consumiendo frutos del majuelo (Crataegus monogyna).

Desde lo alto del paseo, una garza real; Grey Heron (Ardea cinerea) se solea ante la mirada atenta de los transeúntes. 

Porrón moñudo; Tuffed Duck (Aytya fuligula) muy presente en las peleas por la comida.

Posadas en los amarres del lago, las gaviotas reidoras; Blak-headed Gull (Larus ridibundus) aguardan su oportunidad observando atentas a las personas con bolsas de plástico.

Gaviota reidora; Blak-headed Gull (Larus ridibundus) en plumaje invernal.

Ganso del Nilo; Egyptian Goose (Alopochen aegyptiacus) en atención y dispuesto para los lances.

Ganso del Nilo ilustrado en un papiro egipcio con textos jeroglíficos (British Museum).

La gallineta; Moorhen (Gallinula chloropus) ocupa la zona de maraña vegetal desde donde aparece cuando atisba transeúntes con alimento.




Bueno, aquí entramos en otra sección; la del pájaro de limpieza del parque. Es una corneja negra; Carrion Crow (Corvus corone) y está consumiendo los restos de una rata gris Norway Rat (Rattus norvegicus) en la zona ajardinada donde descansa y pasea la gente. Buen trabajo.



Una de las especies más simpáticas de este recinto es la ardilla gris; Mexican Grey Squirrel (Sciurus aureogaser), originaria de Guatemala y del este y oeste de México. Fue introducida en Reino Unido donde se ha expandido con éxito.  


Es un verdadero placer dar de comer de la mano a una paloma torcaz; Woodpigeon (Columba palumbus). Una paloma que se ha sumado también junto a la paloma doméstica, a las bondades del oportunismo ofrecido por parques y ciudades.

Las palomas, más confiadas, rodean y abordan a todo aquel que aporte comida. Si uno la lanza a los patos, ellas siempre están debajo picoteando las migas que caen de los jirones del pan.

Una joven gallineta descubre el beneficio de tierra firme al abandonar el agua donde sus posibilidades de competir con el resto de acuáticas eran inciertas. 

La garza real; Grey Heron (Ardea cinerea) es un ave muy desconfiada. Al sentirse descubierta en su medio natural, emprende el vuelo emitiendo una voz ronca y áspera muy audible.
Me llamó la atención esta estampa entre la persona y la zancuda donde sobran más palabras.

El cormorán; Cormorant (Phalacrocorax carbo), muy especializado en la pesca, no acude a los visitantes para comer. Aunque había cormoranes soleándose en el parque, éste fue fotografiado al día siguiente mientras reposaba bajo la espectacular construcción del Parlamento Británico a orillas del Río Támesis.



Y…,en el Río Támesis, fue donde disfruté de la agilidad de las gaviotas reidoras después de avituallarlas sobre el agua mientras revoloteaban supuestamente desordenadas. Pasamos seguidamente, a lanzarles la comida al aire desde donde la capturaban con una pericia manifiesta digna de asombro. En el aire me parecieron más ordenadas, ya que formaron un carrusel y cada una daba buena cuenta de su turno gracias a su habilidad.

Para terminar esta entrada que, espero, os haya entusiasmado, quiero recordar a una persona muy entrañable y amiga de estos paseos por los parques, sobre todo, a la hora de disfrutar con los animales que los habitan. Me refiero a Clariana http://pensaipinta.blogspot.com. Muchísimo ánimo y esperanza para tu pronta y definitiva recuperación.
 

sábado, 6 de agosto de 2011

Esta especie de gaviota no tiene nada de idiota



La gaviota patiamarilla (Larus cachinnans) ha sido considerada hasta hace poco como (Larus argentatus) de la que difiere por la coloración amarilla de sus patas en lugar de rosadas, la mácula roja de la mandíbula inferior que es algo mayor y el pico en conjunto mas coloreado; además del anillo orbital rojo que destaca la intensidad de su iris pálido (Glutz y Bauer 1982).



Necesitaría mucho tiempo para redactar todo el potencial turístico de Roma, una de las ciudades más maravillosas del mundo, no me cabe la menor duda. Por ello me centraré en el esplendor mágico de estas aves que dan vida a esta ciudad esculpida por maestros del cincel. Sobre el arte escultórico romano del puente más bello de esta ciudad, el de Sant´Angelo sobre el río Tevere, se hallan las gaviotas patiamarillas (Larus cachinnans), talladas morfológicamente para faenar en el mar gracias a la adecuación evolutiva de su morfología; y en oportunistas, debido al bochornoso despilfarro alimenticio humano.



Es una gaviota bastante inteligente cuya población despuntó en los años sesenta, duplicándose y triplicándose su población gracias a la explotación trófica de los vertederos y descartes pesqueros, favoreciéndole por supuesto, una menor presión humana sobre sus colonias. Destaca su predilección por los crustáceos y los moluscos sin desdeñar todo tipo de carroñas; huevos de otras aves, sus pollos e, invertebrados.
Son aves muy arraigadas a la costa y de cría colonial, y también, colonizadora del interior. La estructura del nido consiste en un pequeño acumulo de algas o hierbas secas recolectadas por la playa. Anidan en comunidad y la pequeña parcela regentada por cada pareja es defendida con inquina ante sus congéneres y cualquier intruso, incluido el hombre. Finalizada la incubación generalmente de los dos o tres huevos de que consta la puesta, nacen los pollos “muy vivos” que abandonarán el nido inmediatamente (nidífugos).






El vuelo de las gaviotas les permite recorrer enormes distancias al ser rápido y sostenido. Hay especies merced a esa capacidad de desplazamiento que emprenden notables migraciones. Otra interesante adaptación es la de descansar sobre el agua con frecuencia, aunque no sean grandes nadadoras. La considerable acumulación de aire en su plumaje largo y grasiento les hace flotar en exceso y, por consiguiente, ofrecer mayor resistencia al viento. Sus patas poseen dedos con membranas interdigitales para desplazarse pero, no tienen la fuerza de otras aves más especializadas y nadadoras como las anátidas, que añaden a su equipo una línea menor de flotación y una silueta hidrodinámica más apta para el medio acuático.


Esta imagen es idéntica en todas las ciudades del mundo. Siempre hay personas generosas que ayudan a los gatos con comida suplementaria, al margen de las criticas de unos pocos. Las gaviotas, también entienden el mensaje de la ocasión, pero, el gato no se deja intimidar y defiende su puesto, las aves esperan. Sobre la ruinosa tapia del fondo aguarda por turno jerárquico, la también abundante corneja cenicienta (Corvus corone cornix). Esta foto me recordó a cuatro incondicionales amantes de estos felinos: Abedugu, Clariana , Mamen y Teca.


Hay personas que no soportan la presencia de gaviotas ni de palomas en las ciudades, sobre todo, por lo que ensucian.


Ejemplar joven del año. La opulencia del ser humano, el éxito oportunista de esta gaviota.


“Nikolaas Tinbergen etólogo holandés, fue pionero en el estudio del comportamiento animal junto a los biólogos Konrad Lorenz y Karl von Frisch, con quienes compartió el premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1973, por sus descubrimientos sobre la organización y las respuestas del comportamiento instintivo, tanto desde el punto de vista individual como social.”
Tinbergen, dedicó un profundo estudio a las gaviotas, poniendo de relieve el efecto dinamizador en un animal al desarrollar sus instintos; es decir, el comportamiento innato puede ser el resultado de un proceso adaptativo seleccionado a lo largo de la evolución.

Mientras filmaba a esta gaviota joven de segundo año, pasé largo rato deleitándome con su atrayente mirada, sus palmeados dedos y todo el conjunto físico de esta ave tan espléndida. Tras largo rato contemplándola me miró fijamente y comenzó mientras alzaba la cabeza, un recital estridente de griterío desbordante…


Después me ofreció una cortés reverencia… (Me llegó al corazón...)


Finalmente, el éxtasis culminó mediante un audible trompeteo que se expandió por toda la ciudad y que parecía contagiar a sus congéneres más cercanos. Así terminó su presentación. Tinbergen denomina a esta pauta de significado tan especial “llamada larga” utilizada por las gaviotas con carácter amigable.


Consolidado nuestro lazo de amistad con su aprobación, comenzó un acercamiento más íntimo.
Todo se desarrolló en lo alto del monumento a Vittorio Emanuele II, inaurgurado en 1911 y construido por Giuseppe Sacconi.


Ella comenzó a picotearme y… ¡bueno! Ya está bien ¿no? Creo que ya es suficiente…
Ahí acabó todo...