Ya escuché el otro día la voz del más
machacón de los escríbanos. De discreto plumaje, iba desempolvando sus trinos
para alcanzar el grado conquistador aceptable para las hembras. Por supuesto,
además, con la idea de atajar el paso a otros competidores en su parcela
llegado el momento.
El escribano triguero Emberiza calandra es el menos agraciado
en cuanto a la coloración de su plumaje comparado con el resto de sus
parientes. Todas sus referencias coinciden con la misma descripción; coloración
pardusca de pájaro estepario, casi más cercano por ello a los aláudidos que a
los escríbanos.
La primavera lo espera. Su canto se
convertirá en una sintonía fácil de distinguir de entre todas las demás, con un
sello muy suyo por inconfundible.
Volará de un lado para otro,
rellenando entre la mies temprana, el ambiente sosegado de su canto rayado.
Desde habituales e imprevistas atalayas sonará incansable y, en trayectos
cortos, volará con sus patitas colgando como perezoso de recogerlas, dispuestas
para la siguiente parada.
Si hay algo que me gusta de este pájaro, es su permisividad a la hora de observarlo. No es tan receloso como otras aves.
Es muy activo en el periodo más
importante de su vida; la reproducción. Por ello, tendrá que acelerar y afinar
todas sus capacidades con objeto de envolver a la hembra mediante sus cualidades para sacar adelante una, dos e
incluso tres nidadas. Se creía que el macho de triguero era polígamo, pero parece que no es así; dependiendo, evidentemente, del criterio de cada uno de los expertos. Claro está, que será ella quien se encargue prácticamente del
grueso de la cría.
¿Qué sería de la primavera sin el
chirriante canto del triguero, el verdecillo o los estridentes vencejos?
Ruidosos sí, pero…, ¿quién se atreve con unos meses de calor sin el bullicio de
estas escandalosas aves cual estampida de críos saliendo del colegio iniciadas
las vacaciones…?
Vamos, que se note la fiesta de la
vida con la llegada de la primavera.
Un pájaro que me gusta por lo confiado que es. No se asusta fácilmente y te deja observarlo tranquilamente. Un poco cansino con su reclamo, pero por algo será. En la naturaleza nada es superfluo. Los huevos que pone la hembra, son una preciosidad.
ResponderEliminarSaludos
Jaja...es lo que tiene este entrañable pájaro para contrarrestar un plumaje muy apto con el que camuflarse pero, que nos deja con las ganas de algo mas de color. Sin embargo, quedamos muy satisfechos con su bajo recelo ante nuestra presencia, lo que nos permite disfrutar de ellos.
EliminarSaludos
Hace un par de semanas estuve oyendo unos trigueros empezar con sus cantos en medio de una vega nevada, ésos no se dejaban enfriar fácilmente, jaja.
ResponderEliminarQué sería de los roquedos sin el bullicio de las chovas y de los campos sin el reclamo de los trigueros.
¡Saludos!
Es cierto, hay muchos pájaros con una gran voz pero, qué sería de los más característicos cantores, aquellos que son exclusivos por lo fácilmente reconocibles.
EliminarSaludos.
El triguero llena de cantos la primavera. En vísperas de la misma, ahora avanzado febrero, llega el momento de la poda. Podan las ramas sin recato de los nidos, ramas y nidos caen unidos.
ResponderEliminarUna picaraza (urraca para los más) recoge afanosa ramita tras ramita al pie del "desmelenado" árbol y, todavía sin graznar, reconstruye lo perdido.
Nada en la naturaleza está quieto y sin sentido, todo se hace con algún fin, hasta la inmovilidad lo tiene.
Un abrazo, Javier.
Aunque no oficialmente, comienza la primavera y se palpa en el escenario campestre. Ya comenzaron la carrera los almendros con su espectacular fronda albina y muchos pájaros ya están en pleno apogeo con sus melodías y la búsqueda de espacios para preparar vivienda.
EliminarSe ve desde todos los lugares el despertar bullicioso de la vida.
Un abrazo.
No puedo estar más de acuerdo, que sería la primavera sin el canto de los trigueros y de los vencejos... Precioso post, me ha encantado, un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarPues nada, esto está a punto de estallar y se siente la próxima explosión de vida que hará una delicia para los amantes de la vida.
EliminarUn abrazo.
É toda uma fauna alada característica da sua terra... cada passarinho mais "guapo" que o outro. Todos têm um encanto, são preciosíssimas joias locais... estar no campo ouvindo os sons característicos da natureza é um verdadeiro tesouro, um maravilhoso privilégio!
ResponderEliminarQue jeito gracioso você tem de narrar os acontecimentos, as suas experiências e vivências!...
Tudo muito lindo e bem cuidado por aqui... um blog que vale a pena vir e voltar outras vezes em todas as estações do ano!...
Felicidade, precioso! ;)
Um beijo
Es como el patito feo pero ¡Ojo! a pesar de sus colores ocráceos y canto nada agraciado es un pájaro que me encanta ver por su singularidad. Y es, precisamente, su canto y ese estilo particular de volar con las patas colgando entre sus posaderos seleccionados.
EliminarComo bien dices, cada estación del año tiene sus peculiaridades faunísticas.
La naturaleza es el mayor de los regalos para el ser humano.
Gracias preciosa.
Besos...
Que nos duren para siempre. La vida sin ellos no sería la misma.
ResponderEliminarEso es, que duren y duren, por que a su manera son la alegría de los campos.
EliminarSaludos.
Que se note, ay sí, que se note la fiesta de la primavera!, muy bien dicho! Que ya no falta nada para que vuelva el color al mundo. La alegría de los primeros brotes, de los pajarillos, de la luz tibia y amable!
ResponderEliminarFeliz Primavera, Javier!!!
Y no firmo. Que cabeza.
EliminarAnónima Eve, claro.
Que ganas tengo de que estén todos los bichos en casa recién llegados de sus cuarteles de invernada. Es una pasada lo que los echo de menos, sobre todo, la algarabía de golondrinas y vencejos.
EliminarUn abrazo
Un ave muy especial por lo que escribes. Mira por donde se llama escribano. No sería capaz de distinguirlo, soy muy torpe para las aves.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno Segundo, no te preocupes que, cuando veas un pajarillo del tamaño de un gorrión y tan pardo como él cantando de un modo chirriante pero con entrega sobre cualquier tallo del ribazo entre tablas de cultivo, podrás reconocerlo seguro.
ResponderEliminarYa verás como te resulta familiar.
Saludos.