12/10/2015
Estaba plácidamente observando a las denostadas cotorras
argentinas una vez abandonada su morada entre las ramas de un gigantesco nido de
cigüeña blanca ubicado en una torreta de tendido eléctrico. Se habían posado en
uno de los cables para arreglarse el plumaje. Al fondo, visto con el rabillo
del ojo, pude contemplar un bando de estorninos negros pero, uno de ellos, no
era negro. Que cosas, no era un estornino negro, era un estornino blanco, claro
está, perteneciente a la misma especie. Se trataba de un ejemplar leucístico localizado en un polígono industrial de Zaragoza.
Regurgitando una egagrópila que la cámara no captó
Salta a la vista que el mimetismo en la zona industrial se inclina claramente hacia el ejemplar leucístico.
Enseguida me ocupé de él y fui en su busca. Partía dentro de un bando pequeño
que iba y venía de un campo de labor hasta el mismo tejado de una nave industrial
cercada y con vigilancia; por lo tanto, el ave, estaba a buen recaudo. Poco más
que decir, ya que su comportamiento era exactamente idéntico al de los demás
ejemplares. El marcado pájaro me servía para saber los desplazamientos del
grupo en los que durante no mucho tiempo, descubrí, gracias al estornino
pálido, cuáles eran sus rutas y, la verdad, no excedían de los 500 metros a la
redonda aproximadamente.
No voy a ocultar mi ilusión ante esta observación, ya que todo lo que tenga que ver con avistamientos extraordinarios, a pesar de no ser
tan raro el leucismo en esta especie, no es menor mi alegría por este
hallazgo.
Siento poder ofreceros solamente unas pobres fotos, al natural el
ave gana muchísimo.
Esta zona no la compartía con nadie salvo con el ejemplar de la imagen
¿Dónde está el estornino blanco?
Se arreglaba el plumaje sobre la farola y...
Después se ocultaba detrás para descansar
¿Será este el secreto de su blancura y distinción?
Jajaja, que buena es esta última foto. El invierno pasado vi a un pinto blanco en un gran bando haciendo sus particulares coreografías, era la nota de color, todo un espectáculo.
ResponderEliminarMuy chulo el reportaje Javier, un abrazo desde el Cantábrico.
Si es que, estos pájaros no pierden la ocasión de nada. Es cierto, en vuelo cantan un montón al tener de fondo a sus congéneres negros.
EliminarSaludos Germán.
Ahahah... precioso relato e grande final!
ResponderEliminarImpressiona-me saber que na natureza o leucismo não é tão raro...
Quanto às fotos: graciosas e imprescindíveis.
Um beijo.
Que saibas que é estornina e, como as mulheres, não podem estar num lugar onde não tenha acesso aos elementos de beleza.
EliminarBeijos
un relato que nos la oportunidad de conocer lo raro de las aves,,,saludos
ResponderEliminarEs una suerte con mucha suerte tener la fortuna de topar con un fenómeno genético tan curioso como el leucísmo. Siempre es grato un hallazgo como éste.
EliminarSaludos
No he tenido la suerte de ver todavía ningún estornino leucística;y mira que pasan estorninos todas las tardes y mañanas sobre mi casa, cercana a unos jardines, que usan como dormidero. Debe ser algo especial.
ResponderEliminarSaludos
Estas cosas Pini son fruto de la casualidad. Cuando menos te lo esperas aparecen. A veces, uno se empeña en buscarlos y, pierde la ocasión simultáneamente, de observar otras cosas que acontecen en el mismo momento. Lo mejor es salir a observar lo que haya.
EliminarSaludos
No imaginaba que pudiera haber estorninos blancos. ¡Qué importante es estar alerta!
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso es, y no dejes de estar alerta ante todo tipo de aves o animales, por que puedes llevarte la sorpresa sin buscarla; como me ocurrió agradablemente.
EliminarAbrazos Segundo
¡Qué curioso! El caso es que por lo que comentas es bastante factible que en ese entorno artificial con esos fondos tan claros puede que una descendencia leucística tenga tantas o más posibilidades de éxito que la coloración habitual de la especie.
ResponderEliminarUn saludo
Salvando las distancias, me recordaba a la mariposa del abedul (Biston betularia) cuyos ejemplares blancos y tachonados pasaban desapercibidos en los troncos de dicho árbol ante sus depredadores. Más adelante cambió el proceso; aparecieron ejemplares oscuros de la misma especie, que fueron favorecidas por la era industrial en detrimento de las claras, cuando los troncos de los abedules se oscurecieron debido a la contaminación del hollín y los humos.
ResponderEliminarEl caso de los estorninos todavía queda lejos, creo...
Saludos
Cosmética natural, ¡sin duda! Mucho más blanco que la focha leucística que vi hace años. Hablando de eso, hace un par de años quedé intrigadísimo con un paseriforme de alas blancas en un embalse, mi imaginación no paraba de volar... hasta resolverse el misterio en forma de triguero leucístico.
ResponderEliminar¡Saludos!
Y, no siempre las aves visten igual de elegantes ese leucísmo. Recuerdo en el Parque Grande de Zaragoza, ver una paloma torcaz con leucismo pero, a medias...El caso es que la pobre paloma tenía prácticamente una decoloración media, como si el sol hubiera calcinado su plumaje.
EliminarPero, bueno, como observación, me gustó de igual manera.
Saludos
Muy curioso. Ya he aprendido una palabra nueva.
ResponderEliminarBueno, y aunque sea en foto, ya has visto un estornino blanco.
EliminarSaludos
El naturalista va alerta sin proponérselo; con toda naturalidad camina paseando la mirada, sin aparente propósito, tanto en campo como en ciudad. Es fruto del hábito y así, como por casualidad, sus ojos se fijan en detalles poco aparentes o relevantes, pero que enfocados transmiten todo un mundo de sensaciones. A veces falta la cámara para plasmarlos, y entonces recurre al móvil, si lo lleva, y si no, un chasquido de lengua y a mirar. Suerte pocas veces se encuentra sin recursos. Enhorabuena, Javier; la próxima a por el mirlo del mismo color:)) Saludos.
ResponderEliminarYa sabes que esto siempre se trata de estar en el momento adecuado y con la herramienta adecuada y, por desgracia, no siempre es así. Es ésta una de las pocas ocasiones que me pilló con todo lo necesario.
EliminarCréeme Carmar que deseo, aparte del mirlo, ver tanta variedad de especies blancas por leucísmo como días tiene el año; por lo menos.
Saludos
Qué curiosidad ver siempre algún leucista. De pura casualidad estaba viendo estas aves de nuevo en mi blog porque unos biólogos desean mi colaboración en un artículo sobre el tema y encuentro esto en tu página.
ResponderEliminarHe subido algo a mi blog sobre un estornino leucista, te paso unos enlaces por si quieres ver:
http://avesbonaerenses.blogspot.com.ar/2012/04/por-la-blanqueada.html
http://avesbonaerenses.blogspot.com.ar/2013/05/bandada-de-estorninos-con-uno-peculiar.html
http://avesbonaerenses.blogspot.com.ar/search/label/Aberraciones%20crom%C3%A1ticas
Saludos!
Desde luego, por la originalidad del plumaje tan diferente, tiene su punto. Son cosas que siempre acoges con gran alegría y entusiasmo.
ResponderEliminarLo bueno de todo es, que al pájaro más o menos, lo tengo localizado.
Saludos
Muy chulo. no te quejes de las fotos... que has podido hacer un mogollón. Siempre alegra poder observar cosas que se salen de lo comun al lado mismo de casa...
ResponderEliminarTIenes razón, nada de quejarse puesto que el encuentro ha sido morrocotudo pero, ya sabes que, puestos a pedir, a ver si el próximo encuentro es un búho real blanco. Por pedir, que no quede...
EliminarSaludos