viernes, 3 de enero de 2014

El esmerejón (Falco columbarius): una rapaz discreta




Las atalayas preferidas del esmerejón están siempre en lugares bajos
Para definir la fuerza de esta portentosa rapaz o, microrapaz, dado el minúsculo tamaño del macho, tendríamos que alinearla con el sprint del guepardo por su capacidad de generar velocidad pura mediante el creciente esfuerzo físico de su batir de alas, y no mediante picados veloces de máxima nota dejándose caer como hace el halcón peregrino, considerado el animal más veloz del planeta. Quien haya visto al esmerejón perseguir o cazar a una presa sabrá que el concepto de velocidad pura viene avalado por su enorme fortaleza muscular al desplazarse, capaz de acelerar con potentes brazadas hasta conseguir su objetivo. Domina como nadie el vuelo a baja altura.
Quiero que disculpéis la mala calidad de las imágenes de este pequeño cazador invernal venido de la tundra y captadas en un día gris; aunque bien merecen la pena por lo curioso del momento en que se hicieron, ya que secaba las plumas de la cola abriéndola en abanico.
Los que hicieron el servicio militar, entenderán la angustia que suponía vivir un año alejado de sus actividades cotidianas, lejos del contacto familiar y de los amigos; a pesar de conseguir otros nuevos, también entrañables.
Para los que además de ver fotos os atrevéis a leer las entradas, os dejo una observación asombrosa por su espectacularidad, precisamente, dentro del cuartel militar. No la olvidaré jamás.
 Hoyo de Manzanares (Madrid) 3 enero de 1985
Me tocó junto a otros compañeros la última guardia de mi quinta en el cuartel. Todavía está fresca en mi mente la visión bulliciosa y agitada de mi reemplazo por su “licenciatura militar” con “La Blanca” en sus manos, seguidos atentamente desde la barrera de la entrada principal por donde accedían los altos mandos. No puedo describir la agonía devorándome por dentro al ver a todos vestidos de calle y, yo, con dos horas por delante de guardia y de mili.
Me gustaba mirar el enorme edificio de mando custodiado por unas enormes píceas, y la amplia explanada del patio de armas. Pasaba las horas vigilando y observando las especies de aves que por allí se desplazaban. Los gorriones siempre estaban conmigo a todas horas, pululando con libertad para entrar y salir del recinto. Los gorriones revoloteaban precavidos entre las ramas y el suelo donde trataban de hallar alimento. La tensión era tan alta cuando salían al exterior de la protectora fronda vegetal que, bastaba con que uno de ellos abandonara asustado el lugar sin causa justificada para que el resto lo siguiera sin contemplaciones; así, durante todas sus salidas cotidianas. No importaba si era o no falsa alarma, lo importante era estar atentos para salir volando. Aquella vez, reventó de nuevo el grupo pero, con tintes más dramáticos. Aquí sólo contaba el azar, escogiendo cada uno el escondite que su instinto en décimas de segundo le permitió asimilar; lo primordial era desaparecer del escenario. Fue un macho al que vi mas desesperado y, por consiguiente, el ejemplar que optó por la peor salida. No se ocultó de inmediato y prefirió escapar rápidamente sorteando los enormes árboles del edificio de mando ganando mi posición al pasar delante de la barrera de entrada al cuartel. Su expresión era dramática cuando me sobrepasó a dos metros de distancia seguido por una pequeña rapaz que le ganaba terreno por segundos. Era el esmerejón, frío como el filo cortante de su pico y sus garras, atento, acechante y paciente para aprovechar y optimizar el esfuerzo de su lance mortal. En una carrera que duró segundos, el macho de esmerejón atajando en un ajustado giro, golpeó fuerte con sus garras al desventurado gorrión aturdiéndolo y, mientras caía en barrena sin control, fue capturado súbitamente antes de llegar al suelo. Con el gorrión en sus garras el pequeño halcón gris se alejó a ras del terreno.
Cuando me quise dar cuenta, ya estaba vestido con la ropa de civil y la mili cumplida.  

Intermitentemente, la rapaz extendía las rectrices para potenciar su secaje 

29 comentarios:

  1. Pfffff, impresionante el relato, ahora me parece recordar yo mismo esa escena :o.
    Ciertamente es una rapaz portentosa
    Saludos!!

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    1. No pierdo la ocasión cuando veo a esta distinguida rapaz posada en cualquiera de sus posaderos; es el momento de verlo actuar.

      Saludos.

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  2. Bonito reencuentro. Cuando un ave así caza en nuestra presencia no se sabe si se ha visto o no. Impresionante. Buen final de relato. Saludos

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    1. Los lances me gustan del mismo modo tanto si culmina en captura como si la víctima del ataque logra escapar. La cuestión es disfrutar de la capacidad de vuelo de las aves.
      Entiendo que, por la velocidad del ataque, tienes que estar muy ágil con la cámara de fotos.

      Saludos.

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  3. Es de esas rapaces que no suelen aparecer muy a menudo ante nuestros ojos - yo no la he visto todavía - pero verla en un lance de caza, debe ser algo inolvidable, como te ocurrió a ti en la mili, como nos cuentas. Siempre es de agradecer que alguien le dedique unos minutos u horas a una rapaz tan difícil de ver al natural y nos dé algunos datos sobre ella y nos enseñe algunas fotos.
    Un saludo y a seguir disfrutando durante el 2014

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    1. Pasa bastante desapercibida si no se le presta la necesaria atención pero, cuando la sigues, si hay suerte y va de caza, será fácil completar el desenalce final tanto si caza como si no. En el cuartel tuve suerte puesto que pasaron muy cerca de mi posición, me quedé helado por la escena.

      Saludos.

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  4. Me ha gustado mucho tu narración. Yo también hice la "mili" y tengo bastantes recuerdos, aunque no tan vívidos como el que compartes con nosotros. Ayer mismo, desde elcoche, regresando a casa tuve la oportunidad de observar durante unos segundos un esmerejón. No es la primera vez, pero nunca me ha cogido "de caza", es decir, con la cámara ¡Cáchisss! Enhorabuena y saludos desde El Terrao.

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    1. Bueno Rafael, tuve la suerte dentro de la mala gana que teníamos al hacer la mili de, por lo menos, hacerla en un lugar privilegiado como es la Sierra de Guadarrama; cada rincón del cuartel tenía sus habitantes distinguidos.
      La captura de este esmerejón fue pura suerte, si no llega a ser por el secaje de sus rectrices, no hubiera aguantado mi presencia. Hace dos días que vi a otro ejemplar pero, a diferencia del de la imagen, voló sin permitirme observarlo con los prismáticos.

      Saludos.

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  5. Una vida dura para todos, en el planeta: siempre alertos para ver de dónde vendrá el "garrotazo"...
    Muy buena descripción, incluyendo tu último día en la mili.¡Cuántos recuerdos! ¿verdad?
    Te envío un abrazo, Javier y feliz fin de semana (tenéis puente ¿no? Pués aquí antes se festejaba el día de los Reyes Magos.... Pués ¡YA NO! ( ahora SOLO EL DE LOS "MAGOS" del gobierno)

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    1. A pesar de ser la mili, reconozco que con un lugar lleno de naturaleza, buenos amigos y un perro guardián que adoraba todo fue bastante llevadero. No me fue nada mal.
      Tenemos puente pero, quizá con los recortes terminen suprimiéndolo; bueno, no creo, puesto que es una fecha religiosa y aquí lo religioso con el actual gobierno es bien de primera necesidad.
      Buena suerte con lo demás Mabel.
      Abrazos.

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  6. Veo que tu mili no fue tan inútil como la mía... la verdad es que siempre que se ve una rapaz de estas cazando es así. Envidiables momentos.

    Saludos.

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  7. Veo que tu mili no fue tan inútil como la mía... la verdad es que siempre que se ve una rapaz de estas cazando es así. Envidiables momentos.

    Saludos.

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    1. No me puedo quejar, la verdad. Tengo alguna que otra historia que trataré más adelante, también en la mili y, si cabe, más extraña todavía.
      Lo más positivo de la mili es la gente que conoces y, en mi caso, el espectacular paisaje de la sierra madrileña de La Pedriza.

      Saludos.

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  8. Y tan discreto... tanto que este invierno aún no me he topado con ninguno.
    Menuda anécdota, si de por sí impresiona ver las persecuciones de estos rufianes (el año pasado sí tuve más suerte), más aún lo es verlo cobrar una presa.
    Son bravos sin duda, un amigo cetrero me contó que un macho de esmerejón se lanzó como una bala a pegarle pasadas a su águila de Harris... atacando de frente y sin chillar como los cernícalos, con muchos hígados.
    ¡Saludos!

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    1. Ya sabes Carlos, éste es otro descarado como el gavilán. Si cosigo otra fotos, cosa harto difícil, trataré de contar otra escena del esmerejón también interesante.
      Seguro que tu amigo cetrero también se inclinaría ante la bestial capacidad de vuelo del esmerejón, sobre todo, con esa admirable potencia de gran esprinter.
      Sólo con el recuerdo del golpe y la caputura del gorrión en dos tiempos, quedé sin respiración; que bicho.

      Saludos.

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  9. Los pardais están con la gente por todas las esquinas en todos los lugares del mundo. (Por cierto, considero una suerte tener la compañía de estos pequeninos divertidos por cerca). Así como compañía me hace esas historias que siempre nos deja en tu blog. "La Naturaleza que nos queda" ya forma parte de mi vida como los libros en la cabecera de mi cama.
    Gracias por enseñarme tantos detalles bonitos de la naturaleza y, en especial, sobre el esmerejón, que está guapíssimo en estas fotos, incluso el la primera pose. Ni me importa de saber se están buenas o no. Lo que valle es la documentación eterna que queda para quien no conoce como yo.
    Mira que tras unas cervezas yo desembesté escribir en tu idioma. El traductor me ayudó un poco, pero confieso que de tanto leer en castellano, la gente acaba aprendiendo un poquito.
    No note los errores, note la admiración inmensa que tengo de venir aquí y leerte tantas y tantas veces cuantas yo tenga ganas de entrar y salir de este blog estupendo que más parece un pedazo rico de esta naturaleza inmensa que nos cerca y nos queda.
    Enhorabuena por seres lo que eres. Gracias, muchas gracias por compartir tus vivencias con nosotros. Eres grande! Precioso!
    Besos, flores, y mi amistad sincera.
    Saludos cariñosos, guapo! ;)

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    1. Mira, Javi, solamente donde fue registrado en Brasil esta especie, en la región norte del país, en los estados de Roraima y Acre. Clicas en los puntos rojos y podrás ver las únicas 3 fotos conseguidas: http://www.wikiaves.com.br/mapaRegistros_esmerilhao

      Más besos, amigo querido.

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    2. Es de agradecer la grandísima sensación de amor por la naturaleza que emanas con tus palabras en los comentarios que dejas aquí. Te lo agradezco enormemente, puesto que eres una seguidora incondicional de este blog y para mí es muy meritorio. Créeme que ello me anima a trabajar en más entradas para ti y para el resto de la gente que también quiere conversar sobre sus vivencias con los animales en este espacio común. Gracias por ser como eres.
      Me pasaré para ver las fotos que me comentas. Desde luego ver a esta pequeña rapaz a placer es algo complicado y, si queremos verla cazando ya es más complicado.
      Muy agradecido Teca, quizá demasiado para mí.

      Un abrazo…

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  10. Siempre sorprendes con especies diferentes, como en este caso el esmerejón. Transmites entusiasmo y admiración por esta pequeña rapaz. Una entrada muy emocionante, especialmente en el suceso de la mili.
    Un abrazo.

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    1. Es un entusiasmo generalizado poder disfrutar de las características biológicas de todas las especies que tenga la oportunidad de observar. Su comportamiento, me atrae sobremanera, quedo embelesado en cada salida al campo.

      Saludos

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  11. Si que es discreta esta pequeña rapáz, por Plaiaundi ( Txingudi ) tenemos una que parece este es el segundo invierno que elige como zona de campeo la pequeña laguna interior del aeropuerto de San Sebastián, colindante al parque, yo aún no lo he visto.
    A mi el último mes de mili se me hizo interminable, contaba los días horas etc
    Un saludo
    Javi

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    1. Pues ya puedes aprovechar si consigues verlo, para seguirlo en todo momento. Si tuvieras la oportunidad de verlo despegar desde un oteadero a baja altura y como aletea con fuerza endemoniada, quedarías prendado, es fascinante este pequeño demonio.
      Desde luego Javier, te comprendo perfectamente pero, recuerdo cuando me faltaban tres meses que, prácticamente eras veterano, lo llevabas con mas calma pero, después de ver a tus compañeros gritando y vestidos de calle y yo con haciendo guardia con dos horas por delante, resultó inhumano completamente. Gracias a la secuencia con el esmerejón quedé obnubilado el resto de la guardia, no me enteré de la agonía.
      Ahora ha pasado mucho, mucho tiempo jaja...

      Saludos.

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  12. Mereció entonces la pena esas dos horas extras de mili.

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  13. No he probado un calmante para los nervios tan eficaz como el comentado en mi vida. Anuló la agonía de las dos horas.

    Saludos.

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  14. No sólo la comentada tensa espera final para terminar la mili, sino también el observar gorriones propició esa espectacular observación. Muchas de las mejores observaciones son fruto de otras aparentemente más discretas.

    Un saludo

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  15. Hola

    En este caso la observación más que fruto de la paciencia o de desplazarse a ciertos lugares fue fruto de la tensión. ¡Cosas de la vida!.

    Un saludo

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    1. Tienes razón Pedro, no hay que desdeñar ningún lugar donde dirigir la mirada, cualquier especie por más común que sea organiza una secuencia espectacular.

      Saludos

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  16. El gorrión no se libró de las garras del esmerejón, afortunadamente tú sí de las del ejército. Una observación precisa y una minuciosa descripción (casi se oye el sonido del sesgo de alas).
    Saludos, Javier.

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  17. Eso es, me libré del ejército pero, después de comérmelo completo y a fuego lento.
    Al esmerejón lo vi tan sólo aquella vez pero, seguramente, al pobre gorrión lo llevaba viendo bastantes días. Naturaleza en estado puro y crudo.

    Saludos serranos Fcº Javier.

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