Beija-flor-de-fronte-violeta Thalurania glaucopis (Gmelin, 1788)
Muchos días de infancia los pasé, cuando se me presentaba la oportunidad, mirando con fijación y asombro un insecto volador que nunca se posaba para libar las flores. Se movía con tanto nervio como velocidad frente a su objetivo repleto de polen o néctar, haciendo gala de un extraordinario control de vuelo capaz de variar súbitamente de posición entre las plantas. La esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum) me recordaba siempre a otra especie por su acentuada convergencia morfológica, sólo que dicha especie, estaba emplumada de brillantes colores. Era precisamente el colibrí, el que además, había legado su nombre a este hiperactivo lepidóptero ditrisio tanto por su equivalente capacidad de vuelo como por la de explotar el mismo soporte alimenticio. Por eso mismo, al ver a esta espectacular miniatura vertebrada de vuelo zumbante desplazarse delante de mí, no pude menos que recordar aquellas esfinges que avivaron desde entonces el encuentro con este añorado momento.
Picaflores, chupaflores, pájaros mosca son algunos nombres con los que se conoce a los colibríes en sus lugares de distribución, ya sea por su diminuto tamaño como por su modo de alimentarse y converger en el diseño de vuelo. Evidentemente, cabe resaltar la importancia de estas aves como polinizadoras de árboles y plantas en la misma línea que los himenópteros. Poco a poco, iba comprobando de la miniatura del colibrí toda su magnitud, sin dejar de atender ni un segundo el escenario natural que se abría delante de mí.
Conviene prestar atención al buscar colibríes, porque debido a su pequeño tamaño, puede ser fácilmente confundido con un gran abejorro o mariposa nocturna.
Si lo vemos desde escasa distancia y sin apenas ruido ambiental, es posible escuchar el zumbido provocado por el acelerado batir de alas; hasta 80 veces por segundo. Para soportar semejante sobreesfuerzo el colibrí posee la quilla del esternón más desarrollada que en otras aves, en esta pieza ósea, se inserta una poderosa musculación eficaz para este fin. Todo son maravillas anatómicas para colmar las exigencias de esta criatura adaptadas al sofisticado hábito de alimentarse sin dejar de volar. Por eso, hay añadidas en su esqueleto características estructurales donde el húmero y una articulación del hombro les permite variar el ángulo de las alas; de este modo, pueden permanecer estáticos (cerniéndose), volar de lado e incluso marcha hacia atrás. Naturalmente, tanto desgaste energético por el elevado metabolismo muscular requiere de una alimentación constante, siendo por ello, los vertebrados que mas comen en proporción a su propio peso. Y, nada de esto sería posible sin un motor irrigador tan preciso, por eso (se calcula), el corazón del colibrí late unas 1000 veces por minuto.
Así es, más o menos, este vibrante torbellino que como un diminuto y veloz tornado aparece y desaparece, eso sí, dejando no una oleada de destrucción, sino una estela de asombro para quien los mira entusiasmado.
Hibisco colibrí (Malvaviscus arboreus) planta de pétalos cerrados muy visitada por estos minúsculos pajarillos. La lengua protráctil de estos pájaros se contrae y extiende con velocidad a lo largo de la acanaladura de la mandíbula inferior, así consiguen ingerir el alimento del interior de las flores. Cuando el pico no da la medida proporcional al ser la corola muy larga, la perforan lateralmente para alcanzar el azucarado alimento.
Están incluidos en el Orden Apodiformes como los vencejos, aunque forman un suborden independiente. Si un colibrí cayera a tierra, sería incapaz de levantar el vuelo debido a sus cortas patas, exactamente igual que un vencejo.
Los colibríes también incluyen en su dieta insectos blandos que capturan mediante una táctica muy elaborada; consiste en acelerar el aire con sus alas para canalizar a sus presas y proyectarlas al interior de su boca.
Fijaos en las siguientes imágenes el efecto del vuelo del ave entre los abundantes mosquitos.
Beija-flor-preto Florisuga fusca (Vieillot, 1817)
Ejemplar joven.
Después de agitar la nube de mosquitos, el colibrí hace una breve parada para darles tiempo a reagruparse y, comenzar de nuevo la cacería.
Beija-flor-preto Florisuga fusca (Vieillot, 1817)
Ejemplar adulto; pierde los detalles de coloración rojiza en bigoteras y zona superior de la cabeza.
El colibrí gigante de Los Andes alcanza 20 centímetros de largo y es el mayor de todos; el mas diminuto es el sunsún de Cuba, que no llega a los cinco centímetros de longitud.
Tienen genio y agresividad estos diminutos pájaros y, no dudarán en atacar con su zumbante vuelo y punzante pico a otras especies mayores que ellos, incluidas a las rapaces si su presencia les perturba.
Naturalmente tienen enemigos y, entre ellos, arácnidos de gran tamaño que los capturan en sus redes; también la mantis religiosa puede sorprenderlos.
Uffffff...magnífica entrada!!!!
ResponderEliminarBeijo de beija-flor.
Esta entrada muestra la paciencia, la entrega y el placer de entender y conocer los hábitos de estos animales.
ResponderEliminarEs difícil parar mediante instantáneas a estos inquietos voladores y enseñar sus detalles.
Tu trabajo es nuestro disfrute, gracias.
Una entrada interesantísima. Las fotos en las que está cazando a los mosquitos son impresionantes. No tenía conocimiento de esta técnica de caza de los colibríes, pues creía que sólo se alimentaban de néctar. Siempre se aprende algo nuevo en tus entradas. A mí también me gustan mucho los colibríes; son una preciosidad con esos colores metálicos pero me tendré que conformar por ahora con verlos en fotos y videos o ver de vez en cuando a la esfinge colibrí, que también es una maravilla verla volar de flor en flor.Gracias por tu entrada.
ResponderEliminarSaludos
No me lo puedo creer: de pequeña, cuando salía a pasear con mi abuelo, la esfinge me fascinaba precisamente por lo mismo... Besos.
ResponderEliminarHola, qué tal.
ResponderEliminarHacía tiempo que no entraba en tu blog. Lo tenía casi olvidado. Es excelente, tanto la información que das como las fotos que aparecen en ellas. Me he hecho seguidor para que me lleguen tus entradas nuevas.
Un abrazo.
¡Hola Javier!
ResponderEliminarUna entrada excelente, por un momento pensé estar viendo un reportaje al leer los detalles que nos das de estas aves que no tenemos en nuestro continente. Es impresionante como la evolución le a dotado de mecanismos y cómo cumple una función al ser un polinizador de muchas flores. El Malvaviscus arboreus está en nuestros parques y jardines, pero no tenemos este tipo de polinizador.
Un abrazo.
Dios, Javi. Qué envidia acabo de tenerte mientras leía la entrada. Tengo muchas ganas de ir a América y ver cómo los colibríes acuden a los comederos especiales para los colibríes.
ResponderEliminarPero mira, he aprendido que los colibríes tampoco pueden despegar si caen al suelo, no es que no lo supiera, es que nunca lo había pensado.
Las fotos están geniales, te estás luciendo con estas entradas brasileñas!! Son maravillosas.
Un abrazo.
G
Yo estuve viviendo en Lima, y los colibríes solían venir a mi terraza, por aquél entonces no tenía la misma afición que tengo ahora por la fotografía.
ResponderEliminarCuando veo fotos como las tuyas, los recuerdo, y siento rabia de no haberles hecho ninguna foto.
Una interesante entrada la de hoy, saludos
Son unos animales verdaderamente sorprendentes. Hace poco pusieron un precioso documental en La 2 y explicaban otros métodos de caza de insectos. También su capacidad para bajar el metabolismo por la noche. Impresionante.
ResponderEliminarTambién es interesante la convergencia con la familia Nectarinidae y Meliphagidae, de Africa y Asia, aunque no tengan tan espectacular forma de volar.
Magníficas fotos. Saludos.
Greetings from Oman!!!
ResponderEliminarGreat capture of the bird in flight.
Shantana
Los Colibris son un autentico iman para nosotros los Europeos.Yo lo vi una vez y me quede absorto.Es una pasada el ruido que meten!
ResponderEliminarPor cierto desconocia la tactica de caza sobre los mosquitos, muy interesante tecnica!
Saludos camperos!
- teca: muchas gracias incondicional amiga de este mundo. Mucha envidia la que me das al saber que, seguramente, puedes gozar de estas avecillas a diario.
ResponderEliminarEncantado de tu fascinación por el colibrí, que es la mía también.
Un abrazo…
- José: tuve suerte con el colibrí capturando insectos, no así tanta con el nectarífero; iban como centellas y me resultó, también por la falta de luz, imposible de fotografiarlos delante de las flores. El de la foto posó de milagro, cosa que le agradecí infinitamente. La luz ese día era muy mala.
Saludos.
- Pini: no te preocupes que algún día también te sonará la flauta y podrás viajar. Yo no lo tuve claro hasta que poco antes se me presentó la ocasión. Paciencia, si lo quieres, lo tendrás.
El colibrí es maravilloso pero, cuando vea la esfinge, seguiré admirando a ambos; precisamente, ahora que entiendo la extraordinaria capacidad que tienen de alimentarse con el mismo nervio.
Saludos.
- Salomé: te entiendo perfectamente…a veces, tenía la fortuna cuando estaba sentado, distraído, de ver aparecer la esfinge delante de una flor; podía escuchar incluso el zumbido de sus alas.
Saludos.
- Antonio: la palabra “olvidado” es un poco dura; digamos que te distrajiste un poco, un despiste de nada, vamos.
Bienvenido seas y, a pesar de la limitada calidad de las fotos, agradezco que valoréis su finalidad documental.
Saludos.
- Fernando: bueno, tenemos todavía la esfinge colibrí que da mucho el pego. Y, por si fuera poco, la excusa de tener que viajar a las Américas para ver al auténtico colibrí. Vamos Fernando, que no se diga. Adelante.
Saludos.
- Guillermo: te digo lo mismo que a Fernando; anímate, no tienes nada más que hacerlo. Tu tienes mucho tiempo para esperanzarte, seguro que llegarás por tu tesón indiscutible.
ResponderEliminarEs cierto que la mejor manera de aprender es observando, muchas veces, vemos comportamientos curiosos en los animales, que desconocemos y, leyendo autores en esta disciplina, corroboramos el éxito de nuestro apunte particular.
Saludos y ánimo Guille.
- pacasapena: vaya, paradojas de la vida paca, a mi me da rabia no haber podido vivir en Lima (por cierto, uno de mis mejores amigos nació allí) para haber podido ver y disfrutar de los colibríes desde la terraza. Seguro que te resultará mas fácil coger ahora la cámara y emprender un viaje para fotografiarlos.
Adoro la suerte de tus vivencias.
Saludos.
- Jesús: queda tanto por ver y sorprenderse que, si no nos racionalizáramos en las observaciones, sucumbiríamos de estrés. Había mucho, mucho por ver…afortunadamente, todavía demasiado para un mundo tan castigado.
Recuerdo ese documental, si es el mismo; creo que era el colibrí de Los Andes que se refugiaba entre la roca para pasar la noche, descendía su temperatura corporal y amanecía escarchado. Es sencillamente asombroso.
Saludos.
- NatureStop: Graces by your visit and to share this so special world of the aves.
Greetings.
- camperoinquieto: creo que nos pasa a todos, conocemos ciertas especies pero, de no verlas en vivo, no profundizamos en la búsqueda de datos para interesarnos por ellas.
Al ver el colibrí en volando entre mosquitillas me interesé, me intrigaba la práctica de ese vuelo tan alto y ¡sorpresa! descubrí esa faceta peculiar del pajarillo también desconocida para mí.
Saludos.
Los colibríes... solo por ellos merece la pena cruzar el charco, frágiles, veloces, un metabolismo especial, genial el texto y las fotos , este rato me has trasladado all´de los mares a escuchar el zumbido de estas minaturas
ResponderEliminarun abrazu
Hola
ResponderEliminarEsta entrada me ha recordado el viaje que hice hace unos años a Brasil, recuerdo que cerca de Belo Horizonte perseguí a algunas de estas pequeñas aves igual que un crío para poderlas ver de más cerca. ¡Una auténtica joya natural!.
Un saludo
- Tomás: no te puedes imaginar lo poco que me costaría emprender de nuevo otro viaje hacia esas tierras llenas de vida por todos sus costados.
ResponderEliminarGanas no me faltan y cosas por ver, menos todavía.
Saludos.
- Pedro: supongo que repetirías ¿verdad? Creo que es un vicio de lo mas natural.
Vi bastantes colibríes pero, afotarlos era otra historia. Perdía la posibilidad detallada de observarlos al intentar fotografiarlos.
Una locura la que me provocaban estos hiperactivos pajarillos vacilones.
Saludos.
Nunca había leído una entrada tan completa sobre ellos. He quedado admirado de esta joya natural.
ResponderEliminarUn saludo.
Que aves tan curiosas biológicamente hablando! Es todo un lujo haberlas podido ver. Y enhorabuena por las fotografías, puesto que considero a estas aves muy muy muy complicadas de pillar en vuelo.
ResponderEliminarUn saludo Javier.
- Valverde: son diamantes coloreados y, verlos, acelera el corazón con la misma intensidad que su vuelo.
ResponderEliminarSaludos.
- La Poza: las fotografías, aunque no son de calidad, creo que son un documento interesante, por suerte, que he podido compartir con gente curiosa como vosotros.
Saludos.
Hola , hemos visto su pagina web y nos a interesado mucho, por ello, le proponemos diferentes opciones como la colaboración mutua entre su pagina web y la nuestra y cualquier otra sugerencia que se les ocurra, que podeis mandarnosla a acamasociacion@hotmail.es. Les invito a formar parte de ACAM(Asociación de Cuidado de Animales del Mundo) http://es.acam.wikia.com/wiki/Wiki_ACAM , una pagina donde puedes debatir, investigar y editar artículos de animales y otras disciplinas relacionadas con el mundo de la ciencia.
ResponderEliminarEs un pajarito de cuento de hadas. Tan hermosos son, que hasta emocionan!
ResponderEliminar............
Javier te paso un correo de Ferran, el hermano de Mariangels (Clariana) al que yo le pregunté hace unos días por ella y cómo seguía:
..................
Amiga Mabel,
Mariangels sigue igual no tenmos novedades,la siguente semana José su marido tiene que ver a la doctora que la lleva, y esperamos tener alguna noticia, pero el tratamiento parece mucho más largo de lo que creiamos.
Traspasremos tus saludos a José.
Recibe un abrazo nuestro.
Ferran i Sebastià.
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La verdad, Javier, es que se la echa muchísimo de menos... creo que debe seguir en el hospital, pero no lo sé con certeza.
Un abrazo
- ACAM: gracias, me pasaré y lo miraré detenidamente.
ResponderEliminarSaludos.
- Mabel: muchas gracias por el detalle.
Es una larga agonía también en nuestra esperanza, pero, la esperanza es la mejor combinación para permanecer con optimismo.
Abrazos.
Espectaculares imágenes. Son unos pájaros preciosos pero hay manera de que paren quietos. Al menos los pocos que he podido ver.
ResponderEliminarUna maravilla de reportaje, amigo, genial..un abarzo desde Murcia..seguimos...
ResponderEliminar- Tawaki: en efecto, como bien dices, hay momentos de verlos quietos como en la foto. Pero, cuando intenté fotografiarlos frente a la flor, eran veloces, ávidos y esquivos frente al fotógrafo, imposible para mi.
ResponderEliminarSaludos.
- alp: gracias por tu amable presencia; un abrazo para Murcia.
Saludos.
Mis felicitaciones por los artículos de fauna americana
ResponderEliminarBarracuda
Javi, olha que coisa mais rica esse vídeo: Resgate do bebê colibri
ResponderEliminarNão tenho certeza, mas acho que já te enviei algo parecido há algum tempo.
Beijo grande, meu amigo querido.
- Lygeum: Gracias por tu atención e interés.
ResponderEliminarEn estos lugares la cantidad de fauna es tan inmensa que uno se pierde entre tanta biodiversidad.
Saludos.
- teca: gracias de nuevo por esos aportes documentales tan entrañables.
Hace falta tacto y paciencia para sacar adelante a este tipo de pajarillos, pero vale la pena.
Un abrazo amiga…
...Bueno, Javier, acabo de darme un largo paseo por entre tu fauna brasileña hasta llegar al colibrí, es lo que tiene picar de flor en flor.
ResponderEliminarTambién guardo la misma sensación-asociación respecto a este ave y el insecto homónomo. Es imposible olvidar a ninguno de ellos tras verlos por primera vez.
Y ahora, me voy zzzzzumbando.
Saludos.
He tenido la suerte de contemplarlos (¡Cuántas ganas tenía!) en Cuba en plena ciudad de La Habana, y también en la República Dominicana. Son espectaculares estos pajarines.
ResponderEliminarBonita entrada e interesante la entrada de le gineta. Mira que tienen la cara bonita estos animales a pesar de ser tan fieros cazadores.
Saludos Javier!
- Fº Javier: tienes toda la razón, es verlos y, después de soñar con ellos toda la vida, encontrarlos en su ambiente natural con la vegetación mas agradecida que pueda existir. Brasil tiene mucha naturaleza, la verdad.
ResponderEliminarSaludos.
- Mamen: es la sensación intensa que expresan todos aquellos que han tenido la fortuna de verlos. Quien ha disfrutado se sus colores, su tamaño y su toque miniaturizado, coincide en describirlo como una criatura mágica. No es para menos.
Saludos.
Nunca vi un colibrí al natural y me encantaría porque es un ave fascinante. Magnífico el reportaje de tus fotos ya que la serie en que están seguidas, si las pasas rápido parece que le veas volar.
ResponderEliminarVete a verlos en cuanto puedas y, luego me lo cuentas, Abedugu. Estoy seguro de que vendrás maravillada. Hay tantas cosas por las que disfrutar en este mundo…
ResponderEliminarSaludos.