Acabándose el período estival, los tonos negruzcos de los machos se desvanecen volviéndose parduzcos.
El sábado pasado, llegué hasta la laguna aragonesa cuyo nombre comparte con el pueblo de Gallocanta. No era un día especialmente caluroso, más bien algo fresco. La primera imagen, de efecto impactante, fue ver la extensa cuenca de la laguna endorreica completamente vacía, blanquecina por la salinidad del terreno. Espero que la meteorología cumpla puntualmente con el ciclo estacional de lluvias que hidraten a este importante humedal. Si se cumple, los deseados aguaceros colmarán para beneficio de las aves viajeras otoñales e invernantes toda la superficie inundable de la laguna, lugar de descanso y recuperación.
No era precisamente la visita a este lugar el único objeto de mi desplazamiento, sino además, la observación del elanio azul (Elanus caeruleus) que, el sábado anterior, tuve la fortuna de ver junto a un nutrido grupo de cernícalos primilla (Falco naumanni). Aposté por el mismo lugar donde lo observé anteriormente y, la espera, fue larga. Fue tan larga que, con el cansancio acumulado de la semana debido al demoledor trabajo quedé tieso, sobado, anestesiado, totalmente dormido, tan dormido que, cuando desperté, sólo disponía del tiempo justo para volver a casa.
Pero no fue en vano el viaje, no, porque a pesar de la cabezada, pude disfrutar por el camino de varios ejemplares de tarabilla común (Saxicola torquata). Si, muy común, pero nunca monótona de observar. Me gusta este pequeño paseriforme, de contrastes definidos, anulados a su antojo dependiendo de la conveniencia de exhibición ante congéneres, hembras o depredadores. Es el pájaro de las atalayas, sean estas con forma de árbol, arbusto, matorral o tallo seco, siempre elevadas, altivas, aunque sean metálicas. Desde estos oteaderos ejecutan lances fugaces para capturar insectos, sus presas más habituales.
Una racha de viento sorprendió a este macho de tarabilla, alborotándole el plumaje. Mientras lo miraba, esperaba resignado a que su reacción inmediata no fuera la de abandonar la percha de hierro.
Y, dentro de las expectativas, con notable elegancia, no tardó en girarse para mantener las plumas ordenadas de cara al viento.
Joven del año en un paisaje habitual de la llanura agostada.
Arriba en el lado derecho se aprecia el elanio azul; más abajo y a la izquierda, un cernícalo primilla.
De eso se trataba precisamente el viaje de este sábado, de verlo más ampliado, pero…
Senti uma grande emoção ao ler as suas palavras, querido Javier... eu tive a impressão de estar lendo o primeiro capítulo de um livro cuja aventura estava apenas começando. Que delícia ler você...
ResponderEliminarE que mimoso é o tarabilla! Que fotos encantadoras! Penas ao vento... uffff!
Mesmo que você não tenha atingido completamente o objetivo primordial de sua viagem, valeu à pena esse momento tão rico de admiração à natureza, não é mesmo?
"Gracias" por essa reportagem tão gostosa com fotos tão delicadas.
É sempre um prazer passar aqui...
Um beijo doce e terno para ti, amigo.
Pues por lo que se ve fue un viaje muy fructífero porque pudiste ver a esos preciosos pájaros y tuviste la suerte de poder fotografiarlos, cosa nada fácil.
ResponderEliminarTendré que pasarme para ver los artículos que me perdí durante las vacaciones.
Buen día
No siempre es posible conseguir nuestros objetivos, pero es agradable aprovechar y disfrutar de
ResponderEliminarlas sorpresas que nos aparecen por el camino.
Un saludo.
Vemos las fotos y no pensamos en las horas de espera que nos han costado conseguirlas.
ResponderEliminarGallocanta está en mi lista de destinos, pero nunca encuentro el momento.
Un abrazo.
Merecido tributo a esta avecilla que siempre nos endulza las salidas camperas!
ResponderEliminarSaludos......camperos!
Una serie preciosas con un texto bien acompañado y a buen seguro un sitio precioso, buena serie y la última foto, buen observación. un saludo.
ResponderEliminarReconozco muy ignorancia respecto a los pájaros y por eso me ha encantado leer sobre esta ave y al final el premio bien merecido.
ResponderEliminar¡Cuánta paciencia para conseguir lo que pretendemos!
Un abrazo.
Hermosa fotos Javier, aquí también se despeinan los pájaros , son tan bellos. abrazos
ResponderEliminarHola Javier
ResponderEliminarÓjala las lluvias otoñales vuelvan pronto a llenar de agua la laguna, para muchas aves estos lugares son vitales.
Un saludo
:) Tarabilla una avecilla muy inteligente...mira que voltearse para no despeinarse jaja... muy interesante el post...por cierto jamas se me habia ocurrido que las mariposas reemplazaran a los sapos pero sin duda seria mejores
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTengo una avería en el ordenador.
ResponderEliminarOs contestaré cuando sea reparada.
Pido disculpas...
Un abrazo a todas y todos
Muy buenas, Javier.
ResponderEliminarPor fin escribo (leer te sigo leyendo aunque las obligaciones me tengan callado en los últimos tiempos) para felicitarte por tan estupenda entrada.
La tarabilla, como todo lo pequeño e "insignificamente", me encanta. Demuestra lo necesario que es en nuestro planeta hasta lo más diminuto, y lo hermosa que es la vida si no nos empecinamos en destruirla.
Un abrazo grande.
Me gustan todos: elanio, cernícalo y tarabilla. No hay que menospreciar a ninguno. Suerte tú que los has visto a los tres. Yo tengo el elanio pendiente. Quizá algún día.
ResponderEliminarSalud amigo!
¡Uuuuh! Pues no habré visto pocas veces las poses de este pajaruelo... Del elanio ni hablamos, vaya preciosidad de ave.
ResponderEliminar¿Una siesta al aire libre? ¡Dormilón! Seguro que el elanio estuvo paseándose a tu alrededor, mientras roncabas...
Por cierto, qué bonitas fotos, y lo describes como si fuese un documental.
Un abrazo.
Javier, amigo ! siempre con tus hermosos animales y empapándonos de naturaleza...
ResponderEliminarEstoy bien, gracias (algún día volveré)
mi correo es yawiepuntoonce arrobagmailpuntocom para cuando gustes contactarte.
Un gran abrazo para un gran amigo!
Eu estava visitando alguns blogs e achei esse vídeo. Uma graça... Olha, Javier, que bonitinho:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=wka7ea9mGXY&feature=player_embedded#!
Espero que o seu computador fique logo consertado para podermos admirar suas reportagens e imagens tão magníficas.
Um beijo muito carinhoso.
El elanio azul...
ResponderEliminarNo le gustaba que el viento le alborotase las plumas y se giró en una posición más favorable en relación al viento. Se ve que el lugar le gustaba o que sintió la telepatía de tu pensamiento.
Parece un vigía en el mar, oteándolo todo y esperando la ocasión para volar en picado hacia alguna presa. ¿Vuelan así cuando cazan?
Un abrazo.
Con permiso Javier...
ResponderEliminar¡HOLA MABEL!
Me alegro mucho de haber encontrado un comentario tuyo en el blog de Javier y de saber que estás bien.
Tengo pendiente enviarte otro email a tu correo, disculpa que aún no lo he enviado, pasa el tiempo volando.
Un fuerte abrazo.
GRACIAS JAVIER, por utilizar tu espacio para enviarle ese mensaje a Mabel, que a parte de que puedo enviarle los email, me ha gustado decirle algo aquí.
Un abrazo.
Siempre hay algo que ver...cuando se sabe mirar. Y ¡mira por dónde! sorprendiste a D. Torcuato (alias El Tarabilla) en una incómoda pose sensatamente resuelta.
ResponderEliminarSaludos, Javier
...Y el elanio, tal vez el-anio que viene.
- teca: a natureza jamais faz sentir solidão, a cada pássaro, árvore ou planta, a cada brote singelo de vida oferece companhia…
ResponderEliminarObrigado por tua atenção e por estar aqui.
Beijo e abraço para ti…
- Abedugu: tú y yo sabemos, al igual que mucha gente de la naturaleza, que todos los viajes son fructíferos por ser diferentes. Siempre hay un animal que se deja ver y, alguno como la tarabilla, hasta fotografiar.
Espero que hayas disfrutado de tus vacaciones completamente. Es un lujo al alcance de muy pocos. Celebro tu privilegio merecido.
Saludos.
- Fernando: muy bien, es así, casi nunca conseguimos nuestros objetivos pero, sí otros similares de igual categoría. Es lo bueno que tiene salir al campo, las sorpresas añadidas.
Saludos.
-Tawaki: son muchas horas de espera y camino pero, siempre cuenta en el tiempo previsto soñar mientras buscas tu cometido. Al final es una cosa u otra, pero siempre hay premio; la naturaleza.
ResponderEliminarGallocanta no te lo puedes perder. A ver si las lluvias con insistencia logran humedecer la laguna aunque no se llene.
Saludos.
- elcamperoinquieto: la tarabilla es como el vecino de la comunidad pero en el campo (el vecino pero el de buen rollo no el incordiante).
Saludos.
- Salvador: bueno, tú que eres más avispado con la fotografía y con resultados tan sorprendentes, te habrás dado cuenta de la luz tan dura del mediodía que calcinó los colores del pájaro, sin embargo, aprecié el detalle de la atalaya y el golpe de viento con la posterior reacción tan chocante.
Saludos.
- Valverde: para disfrutar de los animales del campo no apremia la ignorancia, sino las ganas de vivirlos. En tus salidas senderistas tu mirada se alimenta de todo el paisaje, ten paciencia y ve anotando con la ayuda de unos prismáticos y una guía.
Abrazos.
- Maelgi: todos estos detalles tan sencillos llenan mi tiempo libre con una enorme sensación de bienestar y alegría. Poco más necesito…
Abrazos.
- Pedro: ciertamente, hace muchísima falta. Es una posada importantísima para muchas aves entre las que destacan por su vocerío tan nostálgico, las grullas.
Saludos.
- Capriyunliuz: una avecilla muy inteligente y coqueta.
Las mariposas son aterciopeladas pero si toparan en vuelo bajo con una rana sería una tragedia.
Saludos.
- Trota: lo primero frotar la lámpara para que el mago vele por tus días de exámenes. Espero que todo vaya bien (es título está en tus manos).
ResponderEliminarEstoy seguro que los pajareros del mundo le tienen tanto aprecio como al gorrión. Son aves que siempre están allí, con su conducta tan estricta, cada uno, en su biotopo habitual pero, visibles.
Otro gran abrazo.
- Mamen: cierto que he visto a los tres pero, al elanio azul lo he tenido que perseguir por Monfragúe en el 82 y 88 y, este año, en Cabañeros. En ninguna de las ocasiones lo logré, cosas del gafe, es una rapaz que siempre se me resistió. Sin embargo, he tenido que verlo en Aragón.
Saludos.
- Guillermo: el exceso de concentración ante semejantes observaciones es lo que tiene; de repente, te ves abducido por el agujero blanco y te dejas llevar por la luz durante (me da vergüenza) tres horas y media de viaje hipnótico. Quién sabe las vueltas que daría el elanio sobre mi cabeza…
Las fotos normalillas, el mérito es de la tarabilla que viste muy bien y no le gusta despeinarse. Muy fotogénica ella.
Abrazos.
- Mabel: veo por el mensaje que me oíste; hacemos la ola…descorchamos champán…esto es un gran acontecimiento. Celebro que estés bien y…, de eso se trata Mabel, de que un día vuelvas, la gente somos así de pesadita con las personas que apreciamos.
Tómatelo como unas vacaciones de reflexión y ya sabes que por aquí te apreciamos.
Otro gran abrazo para una gran amiga de la naturaleza.
- teca: vi-o e é uma reportagem muito bem feito. O pajarillo sai muito colorido, como corresponde ao período de sua actividade reproductora.
ResponderEliminar¿Viste como permanece de cara ao vento? Asi evita desordenar suas plumas.
Outro beijo para ti…
- Clariana: las aves son muy cuidadosas con el plumaje y dedican mucho tiempo durante el día a su cuidado.
Qué coincidencia cuando dices que parece un vigía en el mar, pues su vuelo se asemeja al de una gaviota, por lo menos a mí me lo parece. Su vuelo es bastante sencillo, no tiene la espectacularidad de los fulgurantes quiebros del halcón peregrino, el alcotán o el esmerejón. Es una rapaz crepuscular y de atalaya, desde donde aguarda a sus presas para sorprenderlas, por eso su vuelo no es rápido. También se cierne como el cernícalo y pica desde el cielo pero, pausadamente. Su plumaje agrisado con tonos claros y oscuros unidos a unos grandes ojos de color rubí, hace de este cazador una rapaz de enorme atractivo.
Es una gran noticia que sepamos de Mabel, por lo menos que no se vaya del todo.
Abrazos.
- Javier: ¿Miranda…? Su sobrino hizo la mili conmigo y se fue a los seis meses…cosas de un buen contacto.
Espero ver a esta rapaz de nuevo antes de que acabe el año, aunque tenga que rebuscar hasta debajo de las piedras.
Saludos.
Gracias, Javier, absolutamente delicioso tu blog.Iré de puntillas y despacito, escuchando cada aleteo para no molestar.
ResponderEliminarPreciosos.
Un saludo
Bienvenida Manoli, aquí hay sitio para la gente como tú que mira sigilosa la silueta de un pájaro cantando y, sale por patas cuando hay un avispero.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Saludos.
'Peazo siestaca', que diríamos aquí (malamente, claro). ¿Te sentó bien? Seguro que sí...
ResponderEliminarYo hoy he estado en la sierra y más de una vez me han dado ganas de echarme a dormir bajo un quejigo, una encina o un nogal, y eso que dicen que la sombra del nogal da dolor de cabeza, pero yo no me lo creo. Sólo es una sombra.
¿Has visto cómo trascendemos?
Felices sueños.
Pues Guillermo, no seas cobarde y déjate llevar por el placentero valor de una buena reflexión en brazos de la naturaleza. Con la colaboración de la buena sombra de los mejores amigos del hombre; los arboles.
ResponderEliminarLa trascendencia es vital para momentos especiales.
Saludos.